De la paranoia de Don Luis
De sistemas de información y de competencia periodística, el dueño de
Micabu sabe lo que yo sé de física nuclear. Debe ser por ello que le dio
ese ataque de caspa cuando se enteró que los canales de televisión y las
emisoras de radio están pensando en un operativo conjunto, para cubrir el
evento del siglo: las Megaelecciones. Así que esta escribidora, con alguito
de experiencia en temas de información, cree casi un deber patrio instruir
a Don luis y a los otros miembros paranoicos del Congresillo sobre cómo es
la cosa.
Si la cuenta no me falla, en este país operan algo así como 17 ó 18 plantas
de tv (entre nacionales y regionales), y unas 200 y tantas emisoras de
radio (entre am y fm). El próximo 28 de Mayo tendrá lugar en este país un
evento comunicacional sin precedentes. A lo largo y ancho del territorio
nacional, once millones y medio de votantes han sido convocados a elegir a
un total de 6 mil y muchos representantes a toda suerte de cargos públicos.
Es decir, esto no es un asunto de una elección tradicional. No. La cosa va
desde el hueped de Miraflores hasta el miembro de la Junta Parroquial de
Valderrama, un pueblo vecino a Santa Cruz de Zulia, en el cual, por cierto,
vive una señora que prepara las más deliciosas mandocas. Y, siendo tímidos
en los cálculos, habrá a lo menos 12 millones de personas en Venezuela
interesados en saber qué está pasando.
Claro, para quienes entubar y manipular votos, acciones, informaciones y
conciencias es una práctica cotidiana y conocida, un operativo orientado a
la eficiencia como el que quieren emprender los medios de comunicación
radioeléctricos, no puede oler a otra cosa que no sea lo mismo que ellos
suelen hacer. Pero resulta – y ahí va la contribución académica de
esta maracuchita que algo presume saber sobre el tema – que en el mundo del
periodismo moderno, un esfuerzo consolidado como el que desean realizar los
medios no oficiales, para beneficio de nosotros la soberana audiencia, el
proceso se conoce como Sindicación (del inglés «Sindication»). Consiste no
en encadenarse, sino en apoyarse, en conectarse, en hacer equipo, en «ahora
vamos a darle el pase a….». ¿Para qué o por qué? Por una razón
poderosísima: por alcance y cobertura. No hace falta ser Einstein para
imaginar que ninguna empresa de comunicación en Venezuela (ni creo que en
el mundo), cuenta con un cuerpo técnico y de reporteros propios como para
poder cubrir el acontecer electoral en cada rincón de esta nuestra
bolivariana patria. Que el trabajo lo hace gente de carne y hueso, no el
Espíritu Santo. Que es cuestión de eficiencia comunicacional, de alcance,
de eficacia y efectividad, no de soterrados, maquiavélicos y turbios
manejos. ¿Y saben ustedes por qué no se encadenarían? Muy simple. Porque el
28 de Mayo el encendido de radio y televisión probablemente superará todos
los records, y cada canal o emisora querrá ofrecer a la audiencia una razón
para seleccionarlos entre una muy variada oferta. Porque quien puede tener
acceso a mayor audiencia, puede ganar mayor número de anunciantes que
pauten sus cuñas. Ley de oferta y demanda, la cual Don Luis y el diputado
Jaua desconocen hasta en sus principios más elementales (claro, Micabu
nunca tuvo que competir). La verdad es sólo una, que las megalecciones
serán un show interminable, un macro Domingo Sensacional que tendrá
seguramente los más altos índices de rating. Y créanme, los canales de
televisión y las emisoras de radio no pelan ese boche. Ni que estuvieran
locos. Que ya suficiente ha sido el trancazo de tener que enfrentar una
fuerte merma en las pautas publicitarias de sus anunciantes, quienes
afectados por la recesión, cada día hacen más recortes en su presupuestos
de promoción.
Escuché a Don Luis decir que la Comisión Legislativa no permitirá una
manipulación de información como la que ocurrió con la misa del Día de las
Madres, el pasado domingo en la Catedral. Imagino que cuando habla de
manipulación se refiere a que hubo más tomas de la Sra. Arias que de la
Sra. Chávez. Quizás eso no hubiera ocurrido si la Primera Dama no hubiera
llegado con retraso, como suele ser costumbre de los Chávez, quienes no
logran entender que la puntualidad no es sólo un asunto de respeto sino de
educación, de buenos modales.
No se preocupen. Salvo que el todopoderoso dedo del Estado decida lo
contrario, el 28 de Mayo las únicas cadenas serán las del CNE, cuando tenga
a bien anunciar los resultados de estos pulcrísimos y transparentísimos
comicios. El resto será pura, directa, libre y sanísima competencia, porque
en los medios que no maneja el Gobierno, quien manda es el señor rating.