De estadios y escuelas
Las propuestas para el llamado Parque Hugo Chávez en La Rinconada constituyen una reveladora radiografía de la ética socialista que con tan sospechosa insistencia proclaman los tapahuecos responsables de «transformar» nuestras ciudades: sus elementos más destacados son dos enormes estadios, uno de fútbol y otro de beisbol. Éste con mayor aforo que el Fenway Park o el estadio de los Marlins, de un liga con una temporada más larga y donde los estadios suelen ser multiusos (beisbol en verano, fútbol americano en invierno); el otro con un aforo similar al Mestalla o el del Sevilla, segundos en España solo al Camp Nou y el Bernabeu, en los que se juegan distintos campeonatos y en un país con una tradición futbolística centenaria. La perspectiva no puede ser sino la de dos elefantes blancos o aún peor: ruinas prematuras.
A menos que se trate de una coyuntura excepcional como la de haber sido seleccionados como sede de una Olimpíada o un Campeonato Mundial, lo normal en países con gobiernos serios es que ese tipo de instalaciones sean construidas y regentadas por los propios equipos profesionales que las tienen como sedes. En el caso caraqueño, donde existen otros tres estadios de alta competencia, el de beisbol de la UCV, el Olímpico y el Brígido Iriarte, la observación no solo adquiere mayor relevancia sino que exige responder a la pregunta acerca de cuál será el destino de estos si efectivamente llegaran a construirse los de La Rinconada.
Pero el despropósito adquiere proporciones mayúsculas cuando se piensa en las gravísimas carencias de la ciudad: ¿cuántas escuelas, ambulatorios y canchas de barrio podrían construirse con la fortuna destinada a esos elefantes blancos? ¿Son esas las prioridades de la población caraqueña?
Dejando de lado la porción de rastacuerismo que sin duda está por detrás de tan alucinada propuesta debe recordarse que, además de sus cualidades profesionales, el arquitecto seleccionado ostenta el nada proletario título de Barón de Riverside y conocidos los antecedentes del régimen, es imposible descartar que también la aliente el negociado de alguna de las mafias que él amamanta. Así es que, por donde quiera que se la vea, se trata de una de las iniciativas más reveladoras de la ética del socialismo caribe. Se agradece esta involuntaria transparencia.
@marconegron