¿De donde salieron nuestros partidos políticos? 1/2
El historiador venezolano Jorge Olavarría, el 16 de enero de 1996, en su trabajo: Los cincuenta años de Copei (1), nos relata lo siguiente:
«Los orígenes de Copei hablan de un Caldera heróico y superdotado redactor de la Ley del Trabajo y ardoroso combatiente por la recién alcanzada libertad política producida en 1935 por la muerte de [Juan Vicente] Gómez. La verdad es otra.
A pesar de las incitaciones de sus mentores ideológicos [la Iglesia Católica], por alguna razón desconocida, los dirigentes de la «Acción Católica» venezolana, con Caldera a la cabeza, no tuvieron el coraje y no se decidieron a crear el partido de sus convicciones. Lo hicieron a fuerza de empujones ajenos.
El primer empujón fue el 6 de mayo de 1936 cuando la «Federación de Estudiantes» recién recreada a la muerte de Gómez produjo un documento insensato firmado por Jóvito Villalba y Luis Emilio Gómez Ruiz, en contra de la enseñanza religiosa en Venezuela y pidió la expulsión de los jesuítas.
Eso obligó a los timoratos estudiantes que venían de los colegios católicos a separarase de la FEV (2). En los años de 1936 a 1941, la actuación de la UNE (3) y de Caldera, comparada con otras organizaciones y líderes de su época, fue mediocre y pusilánime.
Por ejemplo, cuando el 4 de febrero de 1937, el gobernador [de Caracas] Mibelli revocó la autorización para el funcionamiento de la FEV, omitió hacerlo con la UNE, que nada dijo ni protestó.
Una razón puede haber sido que para ese momento el bachiller Rafael Caldera tenía un cargo público en la Oficina del Trabajo y su padrastro Tomás Liscano era Senador del congreso lopecista [por Eleazar López Contreras].
Otro ejemplo es el del 11 de febrero de 1937, cuando se produjo un grave incidente en la Universidad con la muerte del estudiante Eutimio Rivas, todos protestaron menos la UNE y Caldera, quien señaló como responsables a los «instigadores de oficio».
De esa época nace el mito de la «redacción» de la Ley del Trabajo por el joven Caldera y a esa época pertenece el olvido de la cobarde paliza que Caldera, a la cabeza de un grupo de estudiantes, le propinaron el 10 de octubre de 1937 al viejo periodista Leoncio Martínez.
Un episodio menos conocido que este, es el relativo a la fundación en 1941 del antecesor de Copei, el Partido «Acción Electoral», la «elección» de Caldera como Diputado y su actuación en el Congreso. Allí Caldera se opuso a la reforma del Código Civil, criticó el Tratado de Límites con Colombia y negó la derogatoria del inciso constitucional que prohibía actuar al Partido Comunista.
En 1944 el Partido «Acción Electoral» cambió su nombre a «Acción Nacional». En enero de 1945, Rafael Caldera con una bien ganada fama de conservador reaccionario, pactó por primera vez con Rómulo Betancourt y Acción Democrática para participar conjuntamente en la elección de Diputados por Caracas que debía hacer el Concejo Municipal. Pero el PDV (4) se le adelantó y pactó con el Concejal de AD Cirilo Brea y los comunistas.
Resultado de ello fue que el Concejo Municipal eligió como Diputados al Congreso Nacional a Arturo Uslar Pietri, Carlos Irazábal, Inocente Palacios, Cirilo Brea y otros. Los candidatos derrotados fueron Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Lorenzo Fernández, Gonzalo Barrios y Carlos D’Ascoli. Todos ellos, tomarán el poder el 18 de octubre de ese año, aliados con Marcos Pérez Jiménez. (4)
El 27 de octubre de 1945, Rafael Caldera fue nombrado por Rómulo Betancourt, Procurador General de la Nación. Ese fue el segundo empujón que creó Copei [Comité Organizado Para Elecciones Independientes]. Hasta ese momento Caldera había sido Secretario General de Acción Nacional, pero allí había habido una división de hecho ya que el otro miembro prominente del insignificante Partido, Pedro José Lara Peña, proponía apoyar la candidatura de López Contreras.
La aceptación del cargo de abogado del gobierno, por Caldera, llevó a la disolución de Acción Nacional.
El 13 de enero de 1946, en los altos de la lavandería «Ugarte» se fundó el Partido «Copei». Inició su acción con la consigna «Por el triunfo de los ideales de la Revolución de octubre».
En la clausura del acto Rafael Caldera, quien en ese momento era un alto funcionario público, miembro del gobierno dijo que: «Si queremos salvar este golpe hermoso, realizado por un grupo de jóvenes abnegados, si queremos corresponder a la responsabilidad que un grupo de ciudadanos han echado sobre sus hombros, es necesario que nosotros hagamos nuestra Revolución, hagamos nuestros los ideales formados por la Revolución, que no podrían hallarse más hermosos en nuestra historia política. Si lo hacemos, habremos salvado la Patria».
¿Lo hicieron? ¿La salvaron?»
Notas:
(1): Ver: Historia Viva, Artículos Publicados en El Nacional, 1996 por Jorge Olavarría. Editorial Panapo de Venezuela, C.A., Caracas, diciembre de 1996. Páginas 15-19]
(2) FEV: Federación de Estudiantes de Venezuela (existente únicamente, en la UCV, Universidad Central de Vnezuela).
(3) UNE: Unión Nacional de Estudiantes [católicos]
(4) PDV: Partido Demócrata de Venezuela
(5) Ese golpe de estado, que derrocó al entonces Presidente de la República, General Isaías Medina Angarita, y que fue bautizado por sus organizadores como «La Revolución de Octubre»; conformó una «Junta Revolucionaria de Gobierno» que presidió Rómulo Betancourt, e integraron sus correligionarios políticos de Acción Democrática, Raúl Leoni, Gonzalo Barrios, Luis Beltrán Prieto Figueroa y Edmundo Fernández; junto con los Tenientes-Coroneles del Ejército, Carlos Delgado Chalbaud y Mario Vargas. Dos años después, promulgaron la Constitución Nacional de los Estados Unidos de Venezuela de 1947, que convirtió a nuestro país en un Estado Socialista.