De agencia de noticias a instrumento político de manipulación
El Ministro del Interior y Justicia declaró lo siguiente, a propósito del tenebroso y vergonzoso episodio montado por Venpres para tratar de herir la dignidad y la reputación de tres distinguidos profesionales del periodismo: “Yo les pido (a los periodistas), para cerrar el caso, que vayan a hacerse los exámenes toxicológicos para que el país conozca esos resultados”. Queda así demostrado que detrás de la transmisión a través de los hilos de Venpres del malhadado artículo del fantasmal J. Valverde, no existía otro objetivo que no fuera el de sembrar en la opinión pública la idea de que los periodistas aludidos por el articulista de marras tienen alguna vinculación con el narcotráfico.
Quienes estamos familiarizados con la agencia estatal de noticias desde su creación hace ya más de tres decenios, debemos lamentar que ésta se haya transformado en un instrumento político de manipulación informativa en vez de mantener el notable perfil que había alcanzado dentro del medio durante el período democrático, cuando los materiales de Venpres eran recibidos con interés por los distintos órganos de difusión tanto en la esfera doméstica como también fuera de nuestras fronteras. Por cierto que es oportuno señalar que la agencia no está impedida de transmitir artículos de opinión siempre que éstos sean bien identificados como tales, diferenciándolos así de las noticias e informaciones propiamente dichas, que no es el caso del artículo de J. Valverde que, además de su ostensible intención política fue emitido como material noticioso.
Ya se anuncia la renuncia del director de la agencia, militar retirado para más señas, como corresponde gracias a la militarización de la administración pública que lleva adelante la supuesta “revolución democrática y pacífica”, pretendiéndose posiblemente con esta acción reparar el daño causado, tanto a los periodistas afectados como a la libertad de expresión. Y en verdad una y otra cosa serán objetivos inalcanzables por parte del régimen ya que los profesionales agraviados mantendrán sus posturas oposicionistas, sin duda alguna, en tanto que la libertad de expresión continuará siendo amenazada y puesta en entredicho en nuestro país, tal como lo indican los debates sobre el tema que se acaban de efectuar en la reunión de la SIP que ha tenido como escenario la capital dominicana.
Si algo ha caracterizado al régimen que encabeza el comandante Hugo Chávez Frías, en su relación con los medios de comunicación y, consiguientemente, con los periodistas, ha sido la torpeza con la que se ha manejado esa situación, producto de la obsesión que domina al jefe del Estado de que las políticas, tanto editoriales como informativas de los medios, sean éstos impresos, audiovisuales o radioeléctricos, deben estar sujetas no a los intereses del público, como está establecido en una sociedad democrática, sino a los requerimientos del gobierno de turno. Con lo cual puede adelantarse que continuarán la confrontación y el enfrentamiento entre el régimen y los medios, ya que éstos no cederán frente a las pretensiones de aquél, a menos que se impongan el autoritarismo y el personalismo por métodos violentos y desaparezcan las instituciones democráticas que la sociedad venezolana mayoritariamente ha venido defendiendo y respetando.