Opinión Nacional

Daisaku Ikeda y el alma de la Paz

La Paz es el estado de plenitud del alma. Ninguna sensación está mas llena de satisfacción en el ser humano que la Paz. Todos los seres humanos lo sabemos.Todos la deseamos. Sin embargo, la más sencilla de las condiciones en tanto supone la ausencia de la violencia, es la más dificil de lograr por el espíritu humano. Hemos alcanzado hitos importantes en  la ciencia y la tecnología, pero no hemos logrado en modo alguno, hacer avances similares en cuanto a la Paz del Planeta se refiere.

       Las guerras constituyen los episodios mas referidos por la Historia del Hombre.Son los sucesos más destacados, mas glorificados.Mientras mas destrucción han supuesto, más prolijos son los impresos que los recuerdan. La Humanidad glorifica a los héroes de la Guerra. La Humanidad idolatra profusamente al héroe bélico y no cesa de aplaudir a los que traen cual jinetes del Apocalipsis, muerte  y destrucción. En síntesis, la figura del guerrero es santificada. El Arte de la Guerra es más apreciado que el Arte de la Paz.

       La Teología, asimismo, ha constituido un importante aporte del Ser Humano para poner en orden su espiritualidad. Más, sin embargo, se ha pretendido por mucho tiempo, no solo en Occidente sino tambien en Oriente, buscarle causas divinas a la Guerra, hacer de ésta una empresa justa, ocupar territorios de otros pueblos, sojuzgarlos y exterminarlos, para de esa manera violar un espacio arrasando con su cultura original. Si todas las creencias proclaman la Paz ¿Por qué  hacemos la Guerra?

      Un hombre nacido en el Japón milenario en el siglo XX, un contemporáneo nuestro se ha atrevido a lo largo de los años desde su temprana juventud, a ver el mundo mas allá de los muros y las cercas, mas allá de los dogmas y los nacionalismos, mas allá de las liturgias          y de los ritos, mas allá de los idiomas y las barreras culturales, mas allá de los cerrados códigos científicos o de los secretos herméticos de las fraternidades.Se ha atrevido a develar el gran misterio, la gran paradoja de nuestra existencia como especie. Un hombre que cree fervientemente en la transparencia de la Paz. Lo destacable de su acción, es que todo lo que ha hecho, lo ha construido fuera de la mitificación y desde la acera del hombre común. Un hombre excepcional, al que se le ocurrió la genial idea de comprender a la Paz como un estado de felicidad y bienestar, anteponiéndose a la industria de la Guerra, pero no atrincherándose en una posición de ataque,generando otra guerra para combatir a la guerra creando más guerra, mas combate, mas violencia, todo lo contrario .Ha construido su visión de paz con las herramientas que ha salido a buscar a todos los rincones del mundo, con el espíritu de un espeleólogo que busca en la diversidad su gran fuente de inspiración.

      Nos referimos al emérito Doctor Daisaku Ikeda. Un hombre de Tokio .Un japonés universal, un agente itinerante de la Paz, de la cual es su emigrante e inmigrante a la vez  porque en su vida, Ikeda ha caminado sobre una dirección sin mirar orientaciones, en tanto que sabe que la cardinalidad del camino que emprendió se encuentra en el propio substrato del hombre y su diversidad de culturas. El  Dr. Ikeda construye ese camino a través de la Soka Gakkai Internacional y la convierte en un instrumento válido de la interculturalidad para construir dinámicamente a la Paz.

     Para Daisaku Ikeda, cumplir con su misión de vida no fue nada sencillo.Quizás en lo íntimo de su ser se encontraba esa convicción  interna que lo impulsaba a brindar un mensaje vital del alma, a compartir con todo el mundo sus experiencias y conocimiento de las maravillas de la meditación, del ejercicio físico,  de las bondades reflexivas del budismo japonés en un compartir ecuménico con toda la Humanidad, superando las diferencias de idiomas y culturas, buscando los saltos de calidad en las expresiones mas sublimes de las letras , de las artes, de las ciencias en todas sus manifestaciones.

Lo original y único en la propuesta de Ikeda, es que su discurso va dirigido a los seres humanos y a los pueblos de una forma universal. Sus diálogos y libros conjuntos con

científicos de la talla del dos veces Premio Nóbel   Linus Pauling (“En busca de la Paz”), con intelectuales del mas amplio espectro artístico y humanístico como René Huighe (“La Noche Anuncia La Aurora”), con historiadores y filósofos del pensamiento trascendental de Occidente como Arnold Toynbee ( “Elige la Vida”) e ilustradores y genios de las artes gráficas como Brian Wildsmith (“ El Príncipe del País Nevado”,”El Cerezo”, “Los Valores Humanos en Un mundo Cambiante”), con grandes emprendedores y futurólogos como Aurelio Peccei, fundador del Club de Roma

 (“Antes de que sea demasiado tarde”), nos muestran la amplitud de su investigación.

     Esos encuentros son la confluencia de la incesante búsqueda del pensamiento universal. Ikeda ha ido a su encuentro. Libros de su autoría como “El Buda Viviente”, “Budismo, El Primer Milenio”, “La Revolución Humana”, “El Budismo Chino”, “La Vida, un Enigma”, “Una Paz Duradera”, “El Nuevo Humanismo”, han dado a conocer a este hombre que expone en forma sencilla las grandes realidades de los seres humanos y de los pueblos de la Tierra en todo el Mundo.

     Capítulo aparte merecen tener sus propuestas de Paz que aparecen en cada año, como iniciativas paradigmáticas para los planes humanos en la consecución de la Paz. Destacamos por ejemplo  la propuesta “Propagar la brillantez de la Paz hacia el Siglo del Pueblo” en 1987, “Entendimiento Cultural y Desarme: Los Bloques Edificantes de la Paz Mundial” en 1988, “Hacia un Nuevo Humanismo” en 1989, “El Triunfo de la Democracia: Hacia un Siglo de Esperanza” en 1990, “El Amanecer del Siglo de la Humanidad” en 1991, “Hacia Un Mundo más Humano en el Siglo Venidero” en 1993, , “La Paz por medio del Diálogo: Es tiempo de conversar” en 2000, “Como crear y sostener un Siglo de la Vida” en 2001, “El Humanismo del Camino Medio” en 2002, “Una ética global de coexistencia: Hacia un paradigma de dimensión humana para nuestra época” en 2003, “Hacia una Nueva Era del Diálogo” en 2005, “Una Nueva Era del Pueblo: La Creación de una Red Global de Personas Sólidas” en 2006, “Humanizar la Religión y Crear la Paz” en 2008.

    La Búsqueda de la Paz supone la generación de una fuente de comunicación en donde fluyan todas las corrientes de pensamiento del mundo. Ikeda ha esperado pacientemente su desembocadura en el ancho mar de los tiempos donde las aguas se confunden  en el hallazgo de la reunión final, dejando sus sedimentos atrás y aportando el precioso líquido de la creación común. Así, aquel muchacho cuya infancia y primera juventud transcurrieron en las difíciles circunstancias de la guerra y sus privaciones, supo encontrar los suaves pétalos de la comprensión caminando sobre las espinas de la violencia, la discriminación, el orgullo, las culpas y los infinitos complejos y silencios compartidos que llevaron a la Humanidad a transitar los caminos destructores de la vida, extraviados de la esencia de sus virtudes.

      Ikeda es una realidad. Ikeda es una esperanza. Cuando el hombre es capaz de ofrendar a la Paz su pensamiento, su palabra, su acción, entonces la Humanidad tiene el camino abierto a la evolución virtuosa de su auténtico desarrollo. La idea de la Paz, se construye colocándose en el lugar del otro, observando desde allí los colores muy particulares de lo que llamamos el mundo exterior, para encontrar en la instrospección  del espíritu  que observa y se activa, una nueva posibilidad de ser en el crecimiento compartido con los demás.Así la realidad armónica es una gran oportunidad y Daisaku Ikeda, el itinerante filósofo de la fraternidad, su trascendente mensajero.

 

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