Curcuma longa: Aliño Muy Común Que Previene Infartos y Apoplejías
Curcuma longa es el nombre científico en latín de un tubérculo de la misma familia que el jengibre, cuyos nombres más comunes son Curcumín y Turmeric pero que posee un color parecido al de la zanahoria, y es usado extensiva y diariamente por miles de millones de personas por toda Asia, que lo utilizan—entre otras cosas—para darle su color característico al curry: especialidad culinaria originaria de la India, que los venezolanos llamamos “tarcarí”—el occidental no lleva Curcuma longa—sino sólo ají, pimienta y sal; pero el oriental si lo lleva, por la cercana influencia de Trinidad y Tobago, que posee una extensa población de origen indio.
Estudios científicos han comprobado que la ingestión regular de Curcuma longa: “baja los niveles de colesterol e inhibe la oxidación del colesterol “malo” (LDL por sus siglas en inglés)—los depósitos de LDL oxidados en las paredes de los vasos sanguíneos contribuyen a la formación de placas artereoescleróticas y a dañar las paredes de los vasos sanguíneos. El turmeric también puede evitar el aglutinamiento de las plaquetas a lo largo de las paredes de un vaso sanguíneo dañado—las plaquetas cuando se aglutinan en el sitio dañado de un vaso sanguíneo causan coágulos sanguíneos y bloquean las arterias” [Fuente: Centro de Medicina Integral de la Universidad de Maryland; Estados Unidos de América: http://www.umm.edu/altmed/ConsConditions/MyocardialInfarctioncc.html#Herbs ].
Ese hallazgo científico de la Universidad de Maryland, quiere decir que la ingesta de Curcuma longa contribuye a prevenir los ACV (Accidente Cerebro-Vascular) e infartos, de naturaleza isquémica—que en cristiano quiere decir: “ocasionados por una reducción temporal o permanente del flujo sanguíneo”—que son los tipos más comunes de infarto y ACV (apoplejía).
La Curcuma longa, posee además una propiedad única—y muy importante en la prevención de infartos y apoplejías: reduce considerablemente el nivel sanguíneo del fibrinógeno—una proteína del plasma sanguíneo que forma parte de la compleja cascada de coagulación de la sangre—existe una relación directa entre el nivel de fibrinógeno en la sangre y la probabilidad de padecer de un ataque al corazón o un ACV: mientras más alto sea el nivel de fibrinógeno, más elevada es la probabilidad de la ocurrencia de un infarto o una apoplejía.
Es más, un estudio del Centro Médico de la Universidad de Hong Kong (China), publicado en septiembre de 2005, encontró que: “El ochenta por ciento de los pacientes con un nivel de fibrinógeno mayor a 3,4 gramos / mililitro tuvo un tiempo de sobrevivencia de menos de tres años”.
Fuente: http://www.springerlink.com/content/rmn8475j82751w47/
El primero de noviembre de 2005 los Estados Unidos de América le confirieron la Patente Número 6841177 a un grupo de investigadores de la ciudad de Alicante, España, por las propiedades de extractos de Curcuma longa para bajar los niveles del fibrinógeno sanguíneo.
Así que: es tiempo que usted comience a investigar y difundir estas maravillosas características de este aliño muy común, capaz de prevenir las principales causas de muerte en todo el mundo: Los infartos y los ACV.