Cuando un amigo se va…..
Robamos el título y esta primera estrofa de la preciosa y sentida canción de ese filósofo musical chileno radicado en España, pues refleja los sentimientos que nos embargan ante el tránsito de nuestro querido amigo (%=Link(«http://www.acienpol.com/cv-14.htm»,»Isidro Morales Paul»)%).
Ya en las aulas del Colegio La Salle, en Tienda Honda, admirábamos las proezas futbolísticas de los hermanos Morales Paul.
En el Club Paraíso, dentro de la tribu regional y a pesar de las diferencias cronológicas que en dicha etnia estaban abolidas, compartimos muchos maravillosos ratos de esparcimiento y comunión social y deportiva.
Pero nos interesa resaltar que Isidro fue un ejemplo maravilloso de la continuidad entre un hijo inteligente y un padre ejemplar. Nunca parece más justificada la oración, “hijo de gato caza ratón”.
Desde sus inicios en la Gobernación del Distrito Federal en los albores de la democracia, desde el Ministerio de Comunicaciones, desde sus labores como promotor principal y realizador de la trascendente Conferencia sobre los Derechos del Mar, desde las diferentes embajadas que desempeñó para honra de la venezolanidad -muy especialmente la labor desplegada en París-, desde el Consejo Supremo Electoral que dirigió con total respeto, absoluta transparencia y neutralidad pero llena de afectos y maravillosas relaciones y desde la Cancillería que profesionalizó, Isidro fue un funcionario ejemplar dentro de la vorágine nacional.
Cuando Canciller, fundó la Academia Diplomática Pedro Gual y hace tres años le dio vida al Centro de Estudios Estratégicos y Relaciones Internacionales que es parte de los Centros de Investigación de la Universidad Metropolitana.
Años antes, cuando fue imprescindible la fusión de las Bolsas de Valores existentes en la ciudad de Caracas, Isidro fue ingeniero y peón de invalorable desempeño en esa necesaria unión.
Su familia, su adorada Lolita y sus cuatro bellas hijas, Maria Eugenia, Ana Mercedes, Corina y Marisabel que con sus yernos lo rodearon de nietos y su pléyade de amigos son testigos de lo que aquí expresamos.
Especial responsabilidad recae en quienes le han acompañado y tienen el reto de conducir a los mejores puertos a ese valioso Instituto que ha fundado y dirigido.
Su biblioteca, lugar donde compartimos muchos momentos importantes de su vida, creemos que debe ser incorporada el Centro de Estudios Estratégicos y Relaciones Internacionales pues en sus libros está el germen que lo condujo a su creación.
Nos sentiríamos mal si no anotamos la ya repetida ausencia de los responsables del protocolo nacional que han hecho mutis al momento de expresar el duelo que significa la desaparición física de un venezolano singular. Así es este mezquino régimen. Varias, demasiadas, muestras nos ha dado.
El Doctor Carlos Morales y su maravillosa compañera Rosa Elena, desde el cielo, tienen que estar orgullosos de su vástago. Sus hermanos Carlitos y Beatriz, con todos sus familiares, han compartido con un hermano, un tio, ejemplar. Nosotros, sus amigos, estamos felices de haber conocido a un venezolano de excepción, a un amigo de lujo y a un familiar como pocos. Isidrín, hasta pronto.