¿Cual revolución? La verdad de lo vivido

Después de ver el video realizado por el equipo de la Asociación Civil
Ciudadanía Activa, se entiende perfectamente la razón por la que el gobierno
quiso evitar a toda costa su proyección por las televisoras privadas
alegando que era una presentación de proselitismo político.

El documental hace un buen resumen de los hechos que hemos vivido los
venezolanos a partir de la toma del poder del presidente Chávez, de las
promesas incumplidas, de las mentiras manifestadas al soberano desde el
balcón del pueblo, de los ataques a la sociedad civil que empezó a
manifestar pacíficamente su inconformidad por vez primera, en contra del
decreto 1011.

Es de admitir que su proyección a solo veinticuatro días de la celebración
del referendo revocatorio del presidente, ayuda a refrescar la memoria, a no
olvidar, a impulsar el ánimo y la voluntad para el Sí del venidero 15 de
agosto.

Se nos hace imprescindible subrayar que no hay nada en este video que escape
a la realidad, y de eso damos fe porque muchos cientos de miles de
venezolanos que estuvimos allí, en el sitio, precisamente en el lugar y en la
fecha de los hechos. No hay engaños, no hay montajes.

Es imposible olvidar que no había ni unos cincuenta centímetros entre cuerpo
y cuerpo en la autopista el 11 de abril de 2002, el ardor en los ojos y la
garganta ocasionado por las bombas lacrimógenas, la preocupación por
proteger a nuestros hijos que llevamos a marchar para enseñarles que la
libertad no es un regalo sino un logro.

Es imposible olvidar que el 6 de diciembre regresábamos a casa desde la
Plaza Altamira cuando por radio nos enteramos de lo sucedido allí, apenas
unos minutos después de dejar el sitio. Imposible recoger las lágrimas que
derramamos llenos de impotencia y de dolor, borrar el color de la sangre
derramada en el pavimento en tantas manifestaciones, eliminar la cicatriz de
las heridas que quedaron en la piel de gente que conocíamos.

La verdad de Venezuela no requiere montajes. Esa verdad nuestra es así como
se ve. Descarnada, cruda, penosamente real. ¿Cuál revolución? es una
fotografía sin retoques, como las de la guerra, triste, dolorosa, intensa.

Es una huella indeleble en la memoria de los venezolanos que tenemos
esperanza y creemos en nuestra capacidad de cambio. Es una muestra preclara
del poder indestructible de la gente, de una sociedad sin miedo. Es una
lección de vida para los venezolanos, que aprendimos que el país que
queremos se construye con el esfuerzo conjunto de miles de voluntades, de
todas las clases sociales, de todos los colores, de todos los sectores de la
vida nacional.

Así, lo substancial que recibimos como retroalimentación en este video, es
el papel fundamental que ha jugado la sociedad civil venezolana en todos
estos acontecimientos. La valentía y la fuerza demostradas, la perseverancia
sobre el cansancio, la tenacidad sobre las adversidades, revelan lo
inocultable para un gobierno que tuvo la oportunidad de dar un vuelco en la
vida política de los venezolanos y despilfarró recursos, destruyó las vidas
de miles de trabajadores e incrementó la delincuencia y la pobreza.

¿Cuál revolución? nos lleva a rememorar lo sufrido para nunca más
sufrirlo. Nos remueve por dentro y nos energiza para seguir luchando hasta
el final que se nos aproxima. Nos expone la ruta transitada como una cadena
de logros en los pies incansables, en los corazones esperanzados, y en las
cabezas de los ciudadanos que quieren para Venezuela una historia distinta,
orgullosa y digna.

O¿Cuál revolución?¹ nos exhibe cómo hemos llegado hasta aquí, a escasos días
de revocar el mandato del presidente. Nos ofrece un documento valioso que
debemos guardar para el futuro, para recordar, enmendar y mejorar cada día
la realidad cotidiana. Para trabajar por una verdad distinta a la verdad de
lo vivido.