Crímenes, ética, moral y política
Nuestro título podría parecer una ensalada rusa pero, sin aderezo. Lamentablemente, como me lo dijera un colega hace un par de días,. “en Venezuela todo es posible, pues forma parte de un insólito universo o de una pesadilla colectiva”. Y como todo es posible un parlamentario aragüeño dice que pone las manos al fuego por la policía estatal: se las quemó pues, hay varios policías sospechosos (uno detenido) por el horrendo asesinato del industrial italo-venezolano Sindoni. Este parlamentario, obviamente no entiende su papel, ni su rol político-moral. Él debe ser defensor del pueblo, de sus garantías constitucionales (si aún queda alguna) y de los derechos humanos. Él, antes de quemarse “las manos”, debió haber investigado pues la labor parlamentaria, en Venezuela y en todo el mundo, es investigar, controlar, cuestionar…
Pero, esto no para allí. El flamante ministro de Comunicación e Información, William Lara, (también parlamentario), refiriéndose a las protestas populares nacionales por el secuestro, torturas y asesinato, de tres niños y su chofer, y refiriéndose, en general, a la ola de asesinatos y secuestros, y pretendiendo tapar el sol con un dedo, ha acusado a los dirigentes del partido Primero Justicia de “conducta antiética” por “secuestrar la palabra justicia” con referencia a estos sonados casos policiales que están remeciendo a la `podredumbre política. Si sumamos a las extorsiones, secuestros y asesinatos, los grandes escándalos de corrupción que se están dando en el entorno oficial, (lo que obligó a decir a un Magistrado, militante del partido de gobierno, de que “al Tribunal Supremo de Justicia habría que ponerle una bomba, pues en el país no había Estado de Derecho y la corrupción y los carteles de la droga han penetrado todas las instituciones, incluyendo a los aparatos de inteligencia del gobierno…”), estamos enfrentando una cruel enfermedad de salud pública, político-mental, como lo manifestara el doctor Freddy Carquez, y en donde los virus son, obviamente, la pérdida de valores.
Es sabido, desde el tiempo de los Clásicos, que Política sin moral es tiranía y abyección; que Moral sin política es ficción, pues la Moral se orienta al bien común, a la polis.
Solamente, las concepciones pequeño burguesas y marxistas, anarquistas y teocráticas, las cuales finalmente se confunden en la exaltación de un modelo fascista, levantan como bandera, como lo ha hecho el Ministro Lara, el “dogmatismo ético”. Lo lógico, para poder crear y sustentar el bien común, es que los políticos ( o al menos quienes así se auto califican), logren equilibrar los valores morales con la política; es decir, como dice el filósofo Ángel Martín Sánchez, es factible llegar “a un equilibrio interactivo que marque el punto medio entre la ‘política moralizada’ y la ‘moral politizada’, porque finalmente el hombre no puede ser político sin ser moral “ni su condición moral le permite abstraerse y ser ajeno a la realidad `política. Y, ¿cuál es la realidad `política? Ésta es que en la nación venezolana se derrumban los valores; es decir, se está perdiendo en la vorágine de corrupción la Ética. Y, como la política se sustenta en valores y los valores son éticos, luego, podemos concluir que el problema de la conducción política del país es un problema ético. Piénsenlo señores dirigentes. Pónganse al día con el “zon politikón” que sobrepone al ser político al ser animal. La ingobernabilidad no es culpa de as víctimas sino de quienes permiten que existan victimarios. Y el problema fundamental es que tanto los parlamentarios, como algunos ministros, han olvidado que política es la búsqueda del bien común, no del bien propio.
*Escritor y Periodista chileno residenciado en Venezuela
