CPV, testimonio de futuro
Concluyó el proceso de conformación de la plataforma unitaria de la oposición con miras a las parlamentarias, contrastando radicalmente con los dedócratas que esgrimen el poder como la única razón doctrinaria. Obviamente, la oposición supo de una selección difícil y compleja, en razón de su afortunada diversidad, mientras que el oficialismo, después de un fingido concurso de oposición de credenciales, amasando los curricula de los más incautos, sinceró su culto a la personalidad presidencial. La polémica explicó una experiencia de negociación frente al silencio que asfaltó la otra, una versión curiosa y radical de lo participativo y protagónico.
La democracia cristiana venezolana hizo importantes aportes al esfuerzo común, destacando el testimonio real y palpable de desprendimiento nada más y nada menos que del secretario general nacional. Consabido, César Pérez Vivas alcanzó la nominación de todo el partido tachirense de acuerdo a la aplicación estricta y transparente de los estatutos, contando con el respaldo de toda la dirigencia del país. Empero, en un gesto de grandeza, pues no cabe otra calificación, retiró su legítima aspiración al parlamento nacional, viabilizando inmediatamente el acuerdo global de la oposición, a pesar de no alcanzar todavía la edad reglamentaria para jubilarse.
Gesto que constituye un testimonio de pedagogía no sólo para los democristianos, sino para el país que tiene pendiente un inmenso desafío como es el de superar el autoritarismo en boga, en la búsqueda incansable de una democracia plena, con desarrollo económico y equidad social. Suele decirse que los estadistas piensan en el futuro y, ahora, destinado a ocupar una curul en el parlamento latinoamericano, el liderazgo democrático gana otro contexto, se hace de la experiencia y de las ideas del tachirense en el combate muchas veces despiadado que libra frente al socialismo campamental.
Largos cinco años afrontando las más diversas y difíciles circunstancias en el coso parlamentario, víctima de las agresiones verbales y literalmente físicas de los gubernamentales, propiciando y defendiendo una iniciativa tras otra: cuando los democristianos hablamos de coraje y de profundidad como requisitos indispensables para un parlamentario de los tiempos difíciles, naturalmente nos referimos a la limpia trayectoria parlamentaria de Pérez Vivas.
El acuerdo de toda la oposición posiblemente sea el anuncio del consenso básico y necesario que merece la sociedad venezolana para emprender su lucha -haciendo eficaz la unidad- contra el autoritarismo y -sobretodo- para sustentar y garantizar una transición post-autoritaria que tenga por linaje pactos como el de La Moncloa, Los Olivos y el mismo Punto Fijo. De ello, hemos escuchado a Pérez Vivas importantes elementos, en el intento de dibujar una situación diferente a la tediosa, quisquillosa y fatigosa rutina, orientando al partido hacia horizontes decididamente históricos.
Modestamente, interpreto el sentimiento de todos los socialcristianos del país: aportamos el desprendimiento de César para una causa común, y ganamos al líder que mucho tiene que hacer en favor de la democracia convincente, labrada en la mente y el corazón de un pueblo con vocación y ganas de libertad.