Congelar a EE.UU y Juzgar a Globovisión
Contundente la revelación que hace Eva Golinger del informe de la CIA
llamado “Operación Tenaza” ((%=Link(«http://www.aporrea.org/tiburon/a45670.html»,»http://www.aporrea.org/tiburon/a45670.html»)%)) y
cobra mayor relevancia cuando la secunda José Sant Roz con esa denuncia de
impacto y de alerta que hace en el día de hoy
((%=Link(«http://www.aporrea.org/tiburon/a45717.html «,»http://www.aporrea.org/tiburon/a45717.html»)%)).
Ambos escritos tienen que generar respuestas en el mismo nivel de lo que
allí se trata. La guerra contra el Proceso Bolivariano que mantiene el
gobierno de Bush con mayor disposición de aniquilamiento desde el fallido
golpe de estado del 2002, llega a la línea del límite de la tolerancia y nos
convoca a actuar. Por supuesto la direccionalidad de qué hacer, cómo y
cuándo, lo establece el Presidente por vía de sus canales estructurales para
materializar la respuesta. Sin embargo, como un ejercicio para emitir mi
opinión dentro de lo que podría llamar el torbellino de ideas, me veo
obligado a manifestar lo que pienso una vez que he terminado de leer a
Golinger y a Sant Roz.
Creo que la coyuntura que ha generado la congelación de relaciones
diplomáticas con gobiernos proimperialistas, neoliberales y de clara
orientación antichavista, genera una situación propicia para hacerlo también
con EE.UU. De tener las pruebas en las manos, es decir, la verificación
sustentada de lo que se ha denunciado hoy, se debe proceder a expulsar del
país a ese individuo Michael Middleton Steere, funcionario de la Oficina de
Asuntos Regionales (ORA) de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de
Estados Unidos radicado en Venezuela dentro de la Embajada de Estados Unidos
en Caracas. Así como también al Agregado Militar de Defensa y Ejército de la
Embajada de EEUU en Caracas, Richard Nazario. Gestos que induzcan a declarar
esa congelación imperativa en esta coyuntura de intento aniquilatorio del
Proceso. La congelación de esas relaciones debe llevar a la aplicación de
la misma metodología diplomática y estratégica que se ha hecho con Colombia
y, estimo, se hará con España.
Pero además, tal como se denuncia en estos documentos, creo que llegó el
punto de no retorno, el momento de la no más tolerancia con respecto a
Globovisión. Ya es hora de darle el freno definitivo a un elemento pivote de
la conspiración nacional e internacional contra Venezuela, cuya base de
funcionamiento conceptual e ideológica se sustenta en el fascismo, la
alienación, el odio, la división del pueblo, el fomento de la
irracionalidad, la disociación mental, la psicología del terror, el rumor
generador de desestabilización. Es un medio de guerra, no es de información.
Globovisión pasó a ocupar el espacio que define el rol primario de la guerra
de 4ta., generación. Su antenas que llevan la señal del veneno es
equivalente a las granadas que portan las bombas solo mata gente y
destructoras de las siembras del pueblo. Todo lo que el Estado tiene
acumulado de pruebas irrebatibles tienen que presentarse ante las instancias
judiciales para que, con la agudeza de la precisión de la relación de sus
hechos, se le someta al juicio tanto tribunalicio como popular para que se
dicte justa sentencia.
No puede dejarse de lado a las cúpulas universitarias de las instituciones
que aparecen como transgredoras del orden constitucional e incitadoras a la
manifestación de guerra. Se habla de los rectores de la UCAB y de la USB.
Hacia allá hay que apuntar la justicia. Y castigarlos a ellos, por
promotores del levantamiento bajo la orientación de la CIA y del conocido
Gene Sharp con su manual de la protesta pacífica, que de democrático no
tiene nada. Por el contrario es la pura manifestación golpista y fascista.
Buscan alzar a los estudiantes, que ocupen un nuevo puesto en el escenario
político para aniquilar no solo al gobierno sino a todo camarada,
revolucionario, bolivariano, pensador y propulsor del Socialismo del Siglo
XXI.
Ese momento tan anhelado del pueblo, con base en su nivel de conciencia, de
inspiración natural y de el sexto sentido señalado por un olfato político
humano, ese momento de pasar a la ofensiva, ese ha llegado. Más cuando
estamos a punto de generar transformaciones constitucionales para la
creación del nuevo Estado Socialista, de una nueva cultura que se base en la
emancipación del pueblo y de las nuevas relaciones de producción basadas en
el bien común y no en la leyes del mercado. Es tiempo ya, ahora mismo, que
ese grito, dicho, eslogan o consigna que nos identifica y nos hermana,
haciéndonos más solidarios y fraternos, esas palabras que salen del alma y
nos hacen vibrar de pasión como lo es el “Patria, Socialismo o Muerte
…venceremos”, esa emoción de profundo contenido espiritual, sea la
meta-objetivo que nos guíe, a partir de la coyuntura que genera la Reforma
Constitucional. Sea el estímulo para responder con garra, con convicción y
plena disposición para derrotar en la calle, en las instituciones
conspiradoras y en las conciencias pro-imperialistas a todos los que generan
la desestabilización y arengan al colectivo para ir a la guerra.