Conciencia política
La conciencia es el conocimiento interior, exacto y reflexivo del bien y del mal. Toda persona con pleno uso de sus facultades físicas y mentales, percibe todo cuanto acontece en su entorno. Puede ser que esa persona no tenga siempre la respuesta adecuada para una determinada situación ocurrida o que esté por producirse, ya que la misma dinámica política y social que rige el destino de los pueblos, es la encargada de formarle o deformarle la conciencia. En tal sentido, decimos que un ciudadano tiene conciencia social y política, cuando desprovisto de pasiones mezquinas, juzga con amplitud de criterio los asuntos que afectan el destino de la sociedad donde nació y donde habita.
No es posible estar presente en todos los escenarios que tienen que ver con el acontecer social. Es razonable, ya que hay que dedicarse primeramente a producir riquezas para el sustento material, puesto que el servicio social y la política pulcra son un apostolado que no produce dividendos económicos sino satisfacciones o decepciones espirituales. Sin embargo, la propia ciencia y la tecnología moderna se ocupan de simplificar la información para mantenernos al día con lo que pasa en el mundo, lo cual contribuye a formarnos una conciencia u opinión social y política determinada. Una persona pensante sin ninguna conciencia u opinión política no es alguien que pueda sentirse bien consigo misma ni con los demás, si acaso, como un habitante más de este planeta.
En mi opinión, la democracia social, pese a todos sus defectos, es el mejor sistema político para gobernar, no porque sea perfecta, sino porque nos garantiza a los ciudadanos la libertad de juzgar “en vivo” y escoger el destino propio y el de nuestras sociedades y naciones sin ninguna otra limitación que no sean las que dictan las leyes emanadas de la propia sociedad. En una democracia social o liberal, las reglas del juego político están enmarcadas dentro de su constitución y sus leyes. De allí que los regímenes autocráticos, dictatoriales, nacionalistas, fascistas y comunistas, soslayen las leyes o sencillamente las reformen a su arbitrio y/o a su imagen y semejanza para que los gobernantes se enseñoreen de, y esclavicen a sus pueblos. Por esta razón, es conveniente formarse una conciencia política sana y racional para poder contrarrestar a los secuestradores de la democracia y a los ladrones de nuestras libertades.
Muchos no valoran el significado de la libertad de la que disfrutan hoy en día. Mostrarse indiferente e indolente con los asuntos que tienen que ver con el destino y libertad de los pueblos, principalmente del nuestro, nos convierte en cómplices pasivos de los desafueros de nuestros gobernantes. La patria nos invita a que velemos por ella, ya que velar por la patria es sinónimo de familia, sociedad, economía, religión…, y, equilibrio político local, regional y mundial.