Opinión Nacional

Con mi moto no te metas

Y pensar que hay opositores empeñados en demostrarle al mundo que Chávez es un autócrata, que vivimos bajo la opresión de su bota militar, que las libertades están conculcadas. Algunos llegan a la ridiculez de pedir de manera angustiosa que borremos sus nombres y direcciones de los correos
electrónicos como si la Disip y otros cuerpos policiales venezolanos fuesen una reproducción de la GESTAPO nazi, la KGB soviética, la STASI de Alemania comunista o el DSE de Cuba. Otros llegan al colmo de la ingenuidad al creer que el gobierno estatizó la empresa telefónica CANTV, con el fin de espiar a los millones de oponentes al régimen y enviarlos por el resto de sus días a
las cárceles venezolanas que son reproducciones del infierno.

Muchos entraron en pánico cuando vieron y oyeron al ministro del Interior, juramentar a la Policía Metropolitana como socialista y además subversiva. Eso sonó a secreto, subterráneo, clandestino. Eso es creer que los policías que siempre fueron matraqueros o gatillos alegres, e incluso los que cumplen con su deber honestamente, pueden transformarse de un día para otro en
disciplinados instrumentos de la revolución para reprimir a sus compatriotas

Amigos opositores, entremos en razón y dejémonos de exageraciones: este es uno de los gobiernos más democráticos que haya conocido la patria de Bolívar. Hay detallitos como por ejemplo que les cierran la puertas de la Asamblea Nacional a unos estudiantes que van a pedir que se investiguen las
relaciones de Chávez con las FARC. O que el Contralor General de la República despierta de su plácido sueño de nueve años, para inhabilitar a los candidatos de oposición con mayores posibilidades de derrotar a los chavistas en las elecciones de gobernadores y alcaldes.

Simplezas como que el Consejo Nacional Electoral no ha publicado aún los resultados del referéndum de diciembre 2007 o como que la Fiscala Generala de la República repite, como una lora, los insultos del presidente Chávez contra la INTERPOL. Que haya presos de Chávez a los que ningún juez se
atreve a hacerles justicia, como los comisarios Simonovis, Lázaro Forero y Henri Vivas o como los imputados por el asesinato del fiscal Danilo Anderson nada de eso es como para pasarse de la raya tildando al régimen de arbitrario.

El cierre de un canal de televisión el año pasado y la amenaza que se cierne sobre otro, son un indicativo del desvelo del Presidente por la moral y las buenas costumbres ciudadanas. Y, sobre todo, por la información veraz como la que ofrecen los sopotocientos canales de TV y radios al servicio del gobierno. !!Ahhh!! y eso de que nos quieren aplicar por otras vías la reforma constitucional rechazada por los electores el 2 de diciembre de 2007 es una de las más viles patrañas. Aunque el resultado de ese referéndum fue un excremento de lo más pírrico, Chávez lo respeta como corresponde a un demócrata civilista y civilizado.

¿Cómo se puede ser tan maluco y calumniar al presidente que tenemos y a su gobierno y a su parlamento y a sus jueces y a su contralor y a su fiscala generala y a todo lo que es suyo? Lo que pasa es que la política informativa del gobierno, como muchas veces lo ha denunciado el mismito Presidente, es de lo peorcito. Si el ministro Izarra sirviera para algo ya habría demostrado al mundo entero que nuestra democracia solo puede compararse, en su perfección, a la ateniense.

La Asamblea de Ciudadanos de la Grecia antigua ha reencarnado en el sindicato de motorizados del país (es decir los que conducen motocicletas) Esa organización acudió ante la Ekklesia, léase Asamblea Nacional, para protestar por la nueva Ley de Tránsito que los afecta en su tradiciones, principios y derechos como son irrespetar todas las señales de tránsito y
los semáforos; hacer caracoleos entre los automóviles golpeándolos con sus cascos o bien haciéndolos chocar; formar una poblada que amenaza con linchar a cualquier mortal que ose siquiera rozar a uno de ellos, y varios etcéteras. No hubo necesidad de que el Areópago presidido por la magistrada Luisa Estela Morales, se pronunciara. Más rápido que inmediatamente la Ley fue
modificada. No satisfechos con ese triunfo democrático, los motorizados piden ahora estacionamientos solo para ellos y se niegan rotundamente a circular solo por el hombrillo como lo pretende un artículo de esa ley.

Claro que todos esos justos reclamos son respaldados por centenares de jinetes del asfalto, en franca demostración de desafío a la presidenta y diputados de la Ekklesia nacional.

Quienes protestan porque el gobierno chavista desconoce los derechos de opositores y hasta de seguidores, deben reconocer que han equivocado las estrategias. A un gobierno democrático como éste no se le conmueve con recursos judiciales ni con protestas cívicas. Pero un encontronazo con los
motorizados -con los mismos que hasta ayer gritaban al unísono ¡Uah Chávez no se va! – cuando hay unas elecciones a la vuelta de la esquina, le pone la carne de gallina al más pintado de rojo.

Padres y maestros opuestos al curriculum socialista, defensores de la autonomía
universitaria, de los derechos humanos y de los presos políticos; médicos y enfermeras
víctimas de los horrores hospitalarios y de los sueldos humillantes. Incluso militantes
del PSUV, el partido creado por Chávez al estilo del comunista soviético: todos a
montarse en sus motos. Y ya verán como se tambalean esos poderosos con pies de
gelatina.

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