Con el petróleo hipotecado
Poco le importa a la gente de donde han salido los reales en estos últimos trece años de infausta “revolución”. Cuántos fueron los ingresos petroleros y cómo se han repartido, tampoco nunca se demostraron las inversiones desglosadas por sectores. Sólo vemos quejas contra el gobierno, que no puede siquiera mantener las empresas eléctricas después de haberlas expropiados, teniendo que recurrir a incrementos en las tarifas con disfrazadas penalizaciones.
Es la realidad de lo que acontece en este “paraíso revolucionario”, y donde metieron las manos no quedaron rastros de actividad productiva; quebraron prosperas cadenas de supermercados, areperas y a ninguno se le ocurre pedir una rendición de cuentas. El banco de inversión más importante BANDES, jamás fue auditado, el dinero que ingresa no se sabe donde van a dar, y el venezolano se conforma con las vacías promesas del capitoste de “revolución”. El régimen derrochó una bonanza petrolera increíble y en ningún momento se tradujo en bienestar.
Después de haber dilapidado todos esos ingresos, hemos pasado a hipotecar nuestro petróleo que es lo único que nos queda para sobrevivir. Sin embargo, las compras de armamento siguen creciendo, y la alimentación a la población será cada vez más complicada con las importaciones aumentando.
Así Chávez, oteando las noticias en las caídas de bolsa de países desarrollados convida a los ciudadanos del mundo a seguir el ejemplo de Venezuela, edén del latrocinio. Aquí según él, estamos protegidos de cualquier debacle, nuestras reservas petroleras subyacentes en la tierra son la garantía para que sigamos el festín, aunque tengamos que hipotecárselas a nuestros proveedores.
Estas noticias no impactan el animo de nadie en esta patria prodiga en apostatas e individuos de mal vivir, acostumbrados a que el estado les provea el sustento, y si no es así, queda el campo libre para que el hampa siga sitiando a Venezuela.
Entre los ladrones comunes y los depredadores oficialistas están diezmando la nación, pero a nadie le preocupa ello, a pesar incluso de haber sido tocados por esa desgracia.
La solución siempre fue huir y seguir sacándole el jugo a Venezuela hasta su ultimo sumo, y de esta acción están excluidos muy pocos, después vienen las fugas por distintas razones. Aquí no se puede vivir pero nadie hace algo honorable para cambiar las cosas, la política es un medio para salir de abajo tanto para oficialistas como para “opositores”, las discrepancias son exiguas cuando vemos los resultados, sino fuera por el temor a una dictadura comunista aceptarían su bota arriba, y se abrigarían con la misma cobija.
Somos un estado rico y de esta manera nos toman todavía algunos países en el extranjero, viendo como la señera industria petrolera no obstante estar en bancarrota aún da para algo. Pero debemos despertar pronto porque daremos un vuelco total y no será únicamente como derivación de una posible recesión mundial acompañada con la destrucción de nuestras industrias básicas, y confiscaciones irrogadas por el gobierno a las empresas privadas, sino además será por nuestra inmensa deuda que no ha dejado de engordar durante esta “revolución” ociosa y derrochadora.
Nuestro petróleo esta hipotecado casi de por vida a los chinos, rusos y brasileros, la deuda ya asciende a $ 34 millardos. Y Chávez sigue prometiendo lo incumplible y presumiendo que estamos exculpados de cualquier hecatombe económica cuando en realidad estamos quebrados y esta será la herencia que nos dejará su “revolución”
