Comunismo
La oposición llevará a las próximas elecciones parlamentarias una expresión de paz, de concordia, de reencuentro entre los venezolanos, no inquietándole de donde vengan los afectos a esta idea, si están dispuestos a recomenzar la reconstrucción de Venezuela. Una concreción sabia, cuando lo que pide es primordial para los seres, seguridad a sus vidas, buenos servicios públicos como la dotación de luz en forma sincera y sin mentiras, agua potable, atención medica para todos, respeto a los derechos humanos; eso es todo, paz para los venezolanos para que puedan vivir tranquilos y seguros. Sin recurrir a los antes sino al presente, llevamos doce años inmersos en las regresiones, con un gobierno que abandonó a los ciudadanos, los dejó por completo, se los entregó al hampa, sin medicinas ni comida y la poca que se consigue a elevados costos. No es cuestión de improvisar mercados populares para los días cercanos a las elecciones con productos importados, y subvencionados para hacer ver que son manufacturas nacionales y de bajo costo porque es un logro del comunismo. Se busca restaurar la red de comercialización, la libre competencia para que los mercados estén abastecidos, exista competitividad y los precios puedan bajar.
Este llamado a la paz encuentra su antagónico en el comunismo, que no precisa de un rebusque histórico para saber que comunismo es dictadura, es un sólo mando a donde un individuo ejerce todos los poderes y quienes lo rodean repiten como autómatas lo que él ya ha dicho, justificándole sus añagazas, son sus serviles a cambio de canonjías y oscuros privilegios. La historia está repleta de estos hechos y nada difícil es conseguir los ejemplos en distintos sitios del orbe, satisfactoriamente en vías de extinción y superados por la mayoría de sociedades actuales.
Venezuela lleva doce años en el mayor anacronismo porque los camaradas nuestros, propiciadores del comunismo no pudieron llevar adelante algún propósito constructivo, su meta fue la destrucción de Venezuela sin una contrapartida rentable. Cada vez que estatizan algo termina en la ruina, no hay proyecto arrancado y materializado, no hay una expresión cultural propia, puros aullidos y blasfemias y cero realizaciones, teniendo un país abandonado a la desidia y en decadencia, y a ello le deben responder los venezolanos con un no al comunismo y un sí a la paz, a la tranquilidad, apartados de la violencia y persecuciones. Tienen que acabarse las leguleyadas impuestas por el régimen, las censuras, las violaciones consuetudinarias a los preceptos constitucionales y derechos humanos.
Paz y más paz exigirán los venezolanos con su voto tras doce años de agresiones que se plasmaran el 26 de septiembre, fastidiados de los medios de comunicación oficialistas en cadenas interminables, donde se trata de acabar con el honor de personas decentes, cuando se le miente a la población de manera sistemática sin solucionar la inseguridad, ni garantizar el suministro de electricidad; hoy y mañana estarán presentes esas evasivas que han persistido durante arduo tiempo.
Comunismo es apropiarse de lo ajeno, comunismo es amenazar con acabar la propiedad privada, comunismo es privar el libre ejercicio de las profesiones, comunismo es adueñarse de las radios y televisoras nacionales para decir cuanta mentira se le ocurra al gacetillero. Comunismo es oír blasfemando al capitoste de la “revolución” o inventando con un libro en la mano que Einstein terminó siendo camarada, lo mismo que Víctor Hugo y el propio Jesucristo. Cuando la doctrina no se corresponde con la verdad, apabullando a los bobos con lecturas mal digeridas, y sacándole provecho a la necesidad del prójimo, poniéndoles a mentir frente a unas cámaras de TV a cambio de alguna miserable retribución.
Venezuela quiere paz, quiere se respete la propiedad privada, los trabajadores quieren regresar a sus empresas que fueron expropiadas y condenadas al fracaso, los campesinos quieren retornar sus tierras para trabajarlas como lo hicieron ancestralmente y no apartados de ellas, y engañados bajo los preceptos del comunismo, recibiendo un mísero salario sin la posibilidad de prosperar porqué ser rico es malo. Pues, eso es comunismo y contra él la oposición le opone su llamado a la paz que, significa devolvernos a la Venezuela de todos y próspera. Reconstruyamos el país que hace doce años nos robaron diciéndole no al comunismo.