¿Comprenderán ahora a los militares?
Cuando en la primera quincena de enero 2002 un grupo de militares activos hizo circular el «Manifiesto Militar de Caracas», cuyo auténtico origen podría ser comprobado a posteriori mediante una mitad de un billete de mil bolívares que aparecía fotocopiado en el documento; aparentemente, la ciudadanía civil pareció no comprender cabalmente el mensaje contenido en el documento.
Quizás fue porque los militares que lo redactaron hablaron subliminalmente, dejando a la interpretación de los lectores el significado del manifiesto. Ahora, a través del periodista Javier Ignacio Mayorca (El Nacional, sábado 2 de febrero de 2002), los militares activos han vuelto a hablar. Esta vez no dejan espacio a la duda, el mensaje es clarísimo, sobre todo cuando al final del documento: «Exhortan a la sociedad civil a que ejerza sus derechos y saque a Chávez del poder».
Los militares activos…. ciudadanos civiles… a través de este segundo manifiesto, ¡ Están convocando al país en una forma similar a como hizo Fedecámaras cuando convocó al Paro Cívico Nacional del 10 de diciembre!. Con la diferencia, que no es para una protesta contra los 49 inconstitucionales e ilegales decretos-ley de la habilitante, sino para que Chávez salga del poder…
También esta vez, utilizaron un mecanismo de autenticación más apropiado, al informar al país que las firmas de los militares que redactaron este nuevo manifiesto «por seguridad personal, de familias y de bienes, están depositadas en el ABN AMRO Bank en Curazao, y serán publicadas en los medios de comunicación 72 horas después de que Chávez abandone el cargo». Conforme a la información del periodista Mayorca, esos militares suman más de 3.000 entre generales, oficiales superiores (coroneles, tenientes-coroneles y mayores) oficiales subalternos, sub-oficiales y tropa profesional.
Muchos venezolanos podrían afirmar que…»esto no tiene sentido… ¿porqué los militares no sacan ellos mismos a Chávez del poder, si tienen como hacerlo, mientras que la sociedad civil no posee las armas que se requerirían para ello?. Sin embargo, no existe ningún contrasentido, y la exhortación de los militares activos, es la correcta, por las siguientes razones:
Principalísimamente, porque no se necesitan armas para sacar a Chávez del poder; para eso existen los mecanismos democráticos; y porque de producirse un golpe militar para sacar a Chávez del poder, sin ninguna duda que algunos de los venezolanos que inocentemente han creído las mentiras chavistas, saldrán a defenderlo y en consecuencia se producirían entre ellos -innecesaria y lastimosamente- muertos y heridos «por un simple pleito político».
Y porque automáticamente, un golpe de estado, dispararía las cláusulas de defensa del sistema democrático de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), que significarían -en principio- el aislamiento internacional de Venezuela, causando enormes daños a todos los venezolanos; daños que serían mayores entre las clases media y pobre del país.
Recuerden como viven los pueblos cubanos e iraquí, y como vivía el pueblo afgano bajo los talibán, luego de haber sido aislados por la comunidad internacional.
Por otra parte, si la sociedad civil se organiza y demanda contundentemente -a través de todos los mecanismos democráticos y legales a su disposición, como demandas judiciales, manifestaciones cívicas de protesta y huelgas- la interdicción de Chávez; es decir, su inhabilitación política para seguir desempeñándose como Presidente de la República… ¿Quién lo va a impedir?.
Los militares activos le están diciendo a la sociedad civil en este segundo manifiesto, que «sus armas no apuntarán al pueblo». Y si por casualidad los chavistas se vuelven locos y tratan de reprimir a la sociedad civil usando ILEGALMENTE algunos de los cuerpos policiales que controlan o grupos de sus más fanáticos partidarios políticos; eso constituiría una grave alteración del orden público, que las Fuerzas Armadas estarían en la inmediata obligación de poner bajo control.
La Fuerza Armada Nacional, no necesita de una orden presidencial para poner bajo control cualquier grave alteración del orden público y restaurar la paz y la normalidad. El Presidente de la República tampoco puede prohibirle a los militares activos que actúen en ese sentido, porque si el Presidente se vuelve loco y le prohíbe actuar a los militares, éstos estarían en la obligación legal de desobedecerlo.
Si alguien duda de que esto sería así, recuerden que -NO FUE- el Comandante General de la Guardia Nacional, Belisario Landys, quien le acaba de solicitar a la Fiscalía General de la República que abriese una averiguación penal para «comprobar si algún efectivo de esa institución estaba protegiendo delincuentes» como afirmó una periodista, -SINO TODO EL ALTO MANDO DE LA GUARDIA NACIONAL-.
Algunos -equivocadamente- interpretaron esta solicitud de averiguación penal, como un acto de «hostigamiento» contra los periodistas; pero no se trata ni remotamente de eso; YA QUE NO SE SOLICITO ABRIR UNA AVERIGUACION PENAL A NINGUN PERIODISTA, sino que los generales de la Guardia Nacional, quieren que quede bien claro, a través de una investigación oficial, que esa institución no ha dejado en ningún momento de cumplir con sus responsabilidades legales, entre las que se encuentran la DEFENSA DEL ORDEN INTERNO y la persecución de los delincuentes que hayan trasgredido leyes cuya custodia se ha confiado a la Guardia Nacional.
Puede que exista otra duda entre la ciudadanía civil y ésta llegue a preguntarse: ¿Son cobardes los militares? ¿Porqué no dan sus nombres públicamente y los dejan guardados secretamente en un banco del exterior?.
Pero tampoco es que a los militares se les haya «enfriado el guarapo», sino que es un hecho -público y notorio- que una buena porción de las agregadurías militares a las embajadas que Venezuela tiene en el exterior, han sido usadas por los chavistas para «exilar» a los militares no-chavistas de alto rango, quienes entre otras consecuencias, sufren -o la separación de sus familias por tener casi todos ellos hijos adolescentes o en edad universitaria; dejándolos en el país «a merced del régimen chavista»; o se ven en la necesidad de interrumpir los estudios en Venezuela de sus hijos para llevárselos al exterior donde tendrían que comenzar de nuevo sus estudios… después de aprender el idioma del país a donde los manden.
También es público y notorio -como recientemente informó un diario de circulación nacional- que 58 generales se encuentran sin cargo «a la orden del ministerio de la defensa», que es otra manera en que el gobierno chavista toma represalias contra los oficiales que dejan saber públicamente sus discrepancias con Chávez. Ambas medidas, el exilio y la ausencia de cargo, crean una «mancha indeleble» en el historial de cada uno de esos oficiales, que puede significar con toda seguridad, el final de su carrera militar (no más ascensos y/o ser relegados a cargos de categoría inferior).
Por ello, vuelvo a preguntar…
¿Entenderán ahora a los militares?