Opinión Nacional

Comprando amigos

En busca de la ansiada y esquiva legitimidad, y también, porque el liderazgo de Capriles empieza a proyectarse con fuerza en el escenario internacional, Maduro parece haber tomado la decisión de visitar tantos países como le sea posible. Aunque esas giras son dispendiosas, porque siempre se hace acompañar por comitivas numerosas, no hay manera de impedirlas, ni tampoco vale la pena criticarlas por el solo hecho de desplazarse fuera del país.

Lo que si puede y debe ser motivo de crítica severa es el elevadísimo costo de esas giras, en razón de los convenios que invariablemente celebra Venezuela para beneficiar al país visitado, al país anfitrión, en perjuicio de los intereses nacionales venezolanos. La única excusa que Maduro podría invocar es que Chávez hizo exactamente lo mismo durante 14 años.

Como por allá andaban de visita dirigentes democráticos venezolanos, Maduro emprendió gira por los países del sur atlántico. Que se sepa, en Argentina se comprometió a comprar diez mil (10.000) vehículos, en perjuicio de la industria automotriz venezolana. En Brasil, que se sepa, se comprometió a comprar numerosos aviones de pasajeros Embraser, para Conviasa, con el riesgo de que en nuestro país no inspiren confianza a los usuarios. Con Uruguay, Maduro ha debido ser muy generoso, a juzgar por las expresiones públicas de agradecimiento por parte de su Presidente, el simpático Pepe Mújica. Nada como contrapartida a favor de Venezuela, por parte de los tres países sureños.

Como corrió el rumor de que Capriles, católico practicante, no devoto de ocasión, podía ser recibido en el Vaticano, Maduro se apresuró a solicitar audiencia con Su Santidad, el Papa Francisco. Le fue concedida, con duración de 20 minutos. Maduro no resistió la tentación de ofrecer algo. Invitó al Vaticano a asociarse con Venezuela, para llevar a los países africanos los beneficios de la Misión Milagro. Hospitales y centros de salud en Venezuela carecen de presupuesto para comprar hasta insumos elementales; y Maduro tiene la ocurrencia de propiciar una empresa humanitaria que costaría millones de dólares. Luego, en visita a Portugal, Maduro anunció la construcción de una autopista paralela a la actual autopista Caracas-La Guaira y señaló que seria contratada su construcción con una empresa portuguesa. Aunque lo parezcan, los portugueses no tienen ni un solo pelo de tontos, y ya se habran dado cuenta de que esa oferta carece por completo de fundamento serio. En la entrevista con Hollande, Presidente de Francia, se comprometió a comprar un número elevado de aviones Airbus, también para Conviasa. ¿Cómo los pagará? Vaya usted a saberlo…

Entre los peculiares regalos a Su Santidad, el Papa Francisco, Maduro tuvo la osadía de incluir un ejemplar de la Constitución Nacional vigente. Sin tardanza, debe enviársele al Santo Padre el libro del destacado constitucionalista y político Asdrúbal Aguiar “Historia Inconstitucional de Venezuela, 1999-2012”.

 

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