Opinión Nacional

¿Como Stalin? No

Stalin sacó del Gulag a generales rusos para que dirigieran el Ejército
Rojo, cuando los nazis avanzaban a toda velocidad hacia Moscú. Chávez no es
Stalin, preferirá a quien cuelga un retrato del Che en su oficina al experto
que haya trabajado para Siemens.

Carlos Andrés y el gobierno colombiano enfrentaron con éxito una crisis
eléctrica, los asesoraron técnicos como los que dirigían Edelca. Ahora, en
las empresas estatizadas, con el pretexto de la fidelidad revolucionaria, se
reemplaza a la gerencia. No quieren reconocer que simplemente cobrando con
puntualidad la luz ahorrarán más electricidad que dando discursos, pero no
le presentarán las cuentas de luz a los ministerios, a las oficinas del
PSUV.

Por ahora el país funcionó por la inercia. En el Teresa Carreño, obra de
Luis Herrera, se celebran los grandes actos oficiales; subsistimos gracias
al Guri, la segunda represa mayor del mundo, construida por Betancourt,
Leoni, Caldera, gracias a los ingresos extraordinarios del petróleo. ¡Que
hubiera construido la cuarta república con el barril a 140 dólares! En los
cerros abundan fábricas pequeñas, aserraderos, que aprovechan la energía
gratis, los que más gastan no son los ranchitos.

Convendría que Chávez volviera al horario anterior, retrasara media hora el
reloj y oscureciera más tarde, y la colocación de bombillos ahorradores
fuera un plan permanente.

Por ahora ha preferido designar un ministro de electricidad de probada fe
revolucionaria, alguien que conoce desde los tiempos de Yare. Ocurrirá con
la electricidad igual que con la salud, que ha pasado de manos de un militar
a otro.

En el Gobierno a todos no los ciega el discurso revolucionario, alguna mafia
se afile los colmillos ante los próximos contratos para obras eléctricas.

Nadie contradice al Presidente de la República en los consejos de ministros,
le señala las razones del fracaso de los sucesivos planes para Cadafe,
pregunta por qué se postergó la construcción de grandes plantas de
generación.

Se ha preferido la asesoría de Bielorrusia a la de la General Electric, se
construyeron plantas pequeñas, útiles sólo para poblaciones muy aisladas.

Giordani ¡asiste a eventos organizados por el sector privado! Giordani habla
por cuenta propia, refleja la opinión de un sector del chavismo o participa
en una estrategia electoral. La ley de tierras urbanas la atenúa Chávez para
complacer a los constructores, pero se dicta una ley de monumentos
históricos tonta.

Sin electricidad ni agua no bastará con que suba el precio del barril de
petróleo, ningún dinero salvará de la ruina a las empresas estatizadas,
Chávez ordena nacionalizar centrales que fueron abandonados porque no tenían
caña para procesar.

La oposición da pasos en la dirección apropiada, intenta unirse, aparece una
mano peluda que actúa contra esa unidad. ¿Casualidad? O favores que le hace
al Gobierno algún grupo económico. El Gobierno quiere resolver la crisis
eléctrica dando palos a ciegas: acusando a los ricos, al Sambil. Pronto, en
la oscuridad nosotros, los ciudadanos, también recibiremos los palos a
ciegas: la inseguridad aumentará en proporción geométrica…

Por ahora, en las clínicas del interior de Venezuela se estropean equipos de
última tecnología. No hay retórica política que funcione sin luz y sin agua.

Chávez lo sabe. ¿Qué salida le queda? Algo hará. ¿Qué?

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