Como si nada hubiese pasado
No siempre es bueno tomarse las cosas con ligerezas como si nada hubiese pasado y estuviésemos comenzando un ciclo nuevo de gobierno. Olvidar es renunciar a veces al futuro o no prepararnos para un devenir favorable. Cuando Hugo Chávez salga de Miraflores el país quedará en la carrraplana, se empezarán a conocer cosas insólitas que irán más allá de las especulaciones sórdidas comentadas en la actualidad. Será como escudriñar en un nido de roedores, donde no se sabe la profundidad y ramificaciones de sus escondrijos. Extraordinarias revelaciones prevalecerán, posiblemente hasta Saddam terminará siendo un niño de pecho con sus argucias. Venezuela se estremecerá y tratará de olvidar para comenzar a rehacer esta noble nación.
También resulta peregrino cuando oímos al Chávez tratando de hacerse una “autocrítica” donde por supuesto, el culpable de todos los males no es él, sino sus acompañantes, refunda un nuevo gabinete que no deja de ser la misma mediocridad de siempre, simplemente el sigue ahí, y rota a sus peones. Habla de economía cómo si el no fuera quien destruyó nuestro aparato productivo y nos convirtió en una economía de puertos. Pareciera descubrir que el consumo mundial creció y que los chinos ahora toman leche, pero no dice que la agroindustria hoy casi inexistente fue producto de sus expropiaciones y del uso del “método” Chaaz. Todo lo que revierte al estado no funciona, que PDVSA está en vías de quiebra y es una de las empresas más ineficaces del mundo por obra de él.
Ese es su talante, después de haber hecho el ridículo en todas partes donde le conocieron, a todos los seres humanos les llega su momento de los arrepentimientos, en el caso de él parecen estar vedados. Se bloquea como si aquí no hubiese pasado nada y estuviera empezando una nueva gestión gubernamental acompañada de las mejores voluntades.
La delincuencia su mayor estropicio, en la actualidad es cuando la refiere y debe ser reprimida, los ladrones de su régimen igual deben ser castigados, y deben atenderse con mayor dedicación los problemas cardinales de la economía. Pues, Hugo las cosas no son tan sencillas, todo lo que murió en estos diez años no es de fácil resurrección y llevará quizás el doble de tiempo rescatarlo; con pintura se tapa la vetustez superficial. Los daños estructurales llevan lapsos para recuperarlos y los nuestros son de ese tipo. Ya en un artículo anterior dijimos que la mejor medida que podías tomar sería tu renuncia. Mientras más permanezcas donde estás, la patria será más miserable. Este año todo indica será un periodo azarosazo, con inflación elevada, escasez pronunciada que no fue creada por los chinos ni por habitantes de otros planeta. Esta tierra con todas sus debilidades tenía empresas que producían y en algo contribuían a abastecer el mercado interno, complementado con las importaciones. Antes no se traía todo del exterior a precios fluctuantes, ni se hablaba con naturalidad de la destrucción de nuestros “motores” naturales. Tenemos después de diez años más pobres y resurgieron las enfermedades ya erradicadas, es complejo el panorama para que un gobierno tuyo logre revertir la situación de la ruina a la cual nos llevaste. Renuncia y dale la oportunidad a la nación de escoger a sus propios gobernantes, gente capaz y preparada no improvisados mandarines que no conocen sus desempeños; con un gabinete de ineptos y sumisos a tus regaños, no superarás la crisis que se avecina. El desempleo y desabastecimiento nos inmovilizará. La economía informal que creció a niveles exorbitantes para tratar de tapar el desempleo, no la sepultarás con represión. Es el pueblo que te llevó una vez al poder quien te reclama, le fallaste e incumpliste, no diste la talla y tu gente no sirvió para dirigir. Hay un sólo camino para reconstruir a Venezuela, reencontrarnos y contigo y con gente sin apego por ella, no se logrará. Empieza por ti con una verdadera autocrítica valiente, aunque lo “pierdas” todo. Más vale el país que tus ficciones y veleidades.