¿Cómo diferenciar fotos y reportes médicos trucados, de los genuinos?
SIMBIOSIS. Que el chavismo sea una corriente inspirada en rémoras sociales, como el comportamiento tribal y el caudillismo, no necesariamente implica que quienes persiguen las metas propias del Totalitarismo décimonónico, engañando y manipulando a las masas marginales e ignorantes, no utilicen para lograr sus propósitos, los métodos y las tecnologías que la modernidad nos ha brindado, tales como el Photoshop. Se trata de un programa de computación de la familia ADOBE, para modificar una porción o todo el contenido de una imagen, pudiendo adulterar cada bit en su color, textura, añadiendo o quitando, hasta producir el resultado que se busca.
No cualquiera puede manejar correcta y satisfactoriamente el programa Photoshop (Taller de fotografía, es la traducción del nombre), pero cada día hay más personas que lo dominan, y ciertamente es también una herramienta que utilizan en los países sometidos por regímenes dictatoriales, sea para rejuvenecer la imagen del líder, ocultando las “líneas de expresión” (lo han hecho con los reyezuelos de Corea del Norte, Kim il Sun y sus dos abortos sucesores), o borrando de fotos grupales a socios y cómplices del pasado, convertidos en inconvenientes (práctica usual en la URSS estalinista, la China maoísta, la Cuba fidelista, y en el PSUV post-Baduelista).
LO PRESUNTO NO ES REALIDAD. El Ñangarato que USURPA el gobierno en Venezuela, desde el 10 de enero, con bastarda interpretación del TSJ, ha continuado la farsa y el secretismo en torno a la PRESUNTA enfermedad y condición de Chávez, estirando la hoja de parra con la que han venido ocultando la VERDAD desde hace casi dos años, y luego de 69 días de absoluta desaparición de la única mercancía con carisma que en Venezuela ha producido la izquierda borbónica (que ni olvida ni aprende), han llegado al extremo de mostrar una foto alterada, ante la creciente desconfianza -incluso entre sus adeptos- respecto de esas folklóricas e incoherentes informaciones del combo Maduro-Diosdado-Jaua-Villegas, que salieron de la Guatemala de sus herméticos reportes castristas, para caer en la Guatepeor de las imágenes photoshopeadas.
LOS DAGUERROTIPOS DEL CIMEQ. Louis Daguerre produjo la primera fotografía sobre una fina capa de plata pulida, en 1839. Aunque otros (Niepce, Talbot, Bayard) le precedieron, a partir de Daguerre se dio a conocer el procedimiento, y por ello, la popularidad lo asocia de pionero de la Fotografía, con más fama que sus antecesores. Decir daguerrotipo es nombrar el inicio de la Fotografía, que desde los experimentos de Daguerre ya tendría 174 años de existencia, durante los cuales ha avanzado hasta alcanzar el negativo, la masificación, el color, el formato gigante del IMAX, la digitalización y ahora, el movimiento incorporado en una porción de la imagen total. Los daguerrotipos pertenecen al mundo antiguo, al remoto pasado de los barcos a vapor, el telégrafo, el alumbrado público a gas, las faldas con armador, las carretas tiradas por caballos, los Televisores a blanco y negro y sin control remoto, los teléfonos fijos en un sitio y con molesto disco de marcar, y tantas antiguallas afortunadamente superadas. Citamos el término Daguerrotipo por pertenecer al campo de la fotografía, en calidad de antiquísimo método de lograr una imagen. Con la digitalización y miniaturización de los equipos, ahora las cámaras están en poder de más de la mitad de la población mundial, inclusive los celulares, modernos y portátiles, ambos -teléfonos y cámaras- tienen capacidad de tomar fotos, y videos a color, con alta resolución y sonido. Todo lo anterior quiere resaltar el contrasentido de dar, como prueba de la existencia de un político desaparecido por más de dos meses, 4 fotos, con muchas inconsistencias, e indicios de haber sido adulteradas. Hasta las abuelitas regresan de sus viajes con centenares de fotos y videos, pero docenas de asiduos visitantes rojos a La Habana de sus tormentos, en 21 meses, apenas ofrecen 4 foticos, “de antier” y chimbas.
ASÍ, POR ENCIMITA. La habitación donde aparece el paciente más raro de la Historia contemporánea, debe estar ubicada en el ala del CIMEQ (Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas, en La Habana) filial del Colegio HOGWARTS de Magia y Hechicería, porque de la pared que sirve de fondo al trío de aspirantes a graduarse de colegas de Harry Potter, los tubos y las mangueras se desaparecen misteriosamente, y se trata de una secuencia de fotos, sin escobas, ni barajas, ni sombreros de copa con conejos. También se desvanece la famosa Verruga al lado derecho de la frente de El paciente no inglés, sin que nos indiquen si ella formó parte de lo que le extrajeron, en la enésima presunta operación. A 69 días de su última aparición por TV, en Venezuela el 8 de diciembre del 2012, el enfermo se muestra muy Conservador; es obvio que conserva la misma chaqueta, el mismo semblante y la misma gordura de hace siete meses, lo cual contrasta con lo que le ocurre a los pacientes sometidos a agresivos tratamientos (quimio y radioterapias) y cirugías, en similares condiciones a las que ha sufrido, presuntamente, “nuestro hombre en La Habana”, tan distinto del que inventara Graham Greene, pero rodeado quizás de más truculencia y engaño.
CIMEQ ICONOCLASTA. Extrapolando, al comparar al CIMEQ habanero con las nuevas tendencias en la Cocina, se diría que allí experimentan con “espumas de berenjena en suspiro de ternera aromatizada con recuerdos de anís”, ya que permiten lo que en todas partes está prohibido, que los pacientes graves reciban visitas frecuentemente, y que estas no utilicen las prendas de papel (bata, tapabocas, gorro), que eviten el ingreso de elementos contaminantes o francamente infecciosos, que pudieran agravar aún más al paciente. La mayor evidencia de que los del CIMEQ son de la new cuisine, es la permisividad con el uso regular del tinte Clairol que mantiene impecablemente negra la melena de quien, con 58 años a cuestas, repele las canas con la misma intensidad con que se niega al Debate, o rechaza abrir los ojos ante los profundos cambios que en el mundo han ocurrido desde que lo metieron a la Escuela Militar para que diera un golpe (que resultó sangriento y chimbo). Estas irreverencias médicas, ese empeño en contrariar los manuales de la medicina tradicional, deben estar dándoles muy buenos resultados, pues el “hijo putativo ilustre de Cuba” ya lee sin lentes, y luce en la foto “recientísima” de lo más rozagante y robusto, al punto de recordarnos cómo lucía hace unos siete meses, lo que nos hace incurrir en la picardía de sospechar que la imagen retocada, pudiera haber sido tomada en ocasión de una anterior hospitalización, lo que explicaría esa extemporánea e insólita gordura, luego de cirugía mayor, 69 días en cama, dificultades respiratorias, traqueotomía, suero por vía endovenosa, irónica mudez en un charlatán nato, y facilitaría las labores de maquillaje vía Photoshop, con la Verrugotomía radical como un plus estético que responde a la coquetería del Führer, o a las inclinaciones gay del funcionario del G2 a cargo de adulterar la imagen. Para colmo, forzados a dar Fe de Vida a la usanza normal, con un diario en las manos para confirmar que estuvo hace poco frente a la cámara, lo ponen a posar nada menos que con el Granma, el papel envenenado con el cual intoxican de mentiras a la mayoría de los cubanos, y eso a nuestros ojos, habiendo tantos diarios, equivale a mostrar astronautas en la Estación Espacial Internacional, con teléfonos de pabilo encerado y vasos de cartón.
LA ALTERNATIVA. En cambio, una Junta de tres a cinco Médicos, acreditados, reconocidos, y aceptados por todas las partes involucradas (chavistas, opositores y las raras avis que denominan Ninís), no sería susceptible de dejarse engañar por imágenes trucadas, ni respondería a un programa de la familia, Adobe o Castro. Iría a Cuba, revisaría la Historia Clínica del presunto paciente del CIMEQ, escudriñaría los exámenes, las radiografías y tomografías, presuntamente realizadas, procedería a examinar al enfermo, tanto en sus condiciones orgánicas como mentales, para determinar su verdadero estado de salud física e intelectual, dar un diagnóstico y un pronóstico sobre sus capacidades y lucidez para mantenerse en el ejercicio de la presidencia y, ¿por qué no?, se tomarían unas fotografías con el paciente, para que el país y el mundo observen una imagen, no adulterada, que vendría a complementar el Informe de esos profesionales de la Medicina, graficando un momento real, para la posteridad. Eso es lo que han debido hacer desde el principio, desde que comenzó esta patraña, con Chávez en calidad de vocero de su propia condición, enfermando, mejorando, enfermando de nuevo, curándose definitivamente, recayendo, despidiéndose y nombrando sucesor. Y desde ese good bye mediático y tanguero, con Maduro, Jaua, Diosdado y Ernesto Villegas ocupando el espacio que en el resto del planeta es llenado por Médicos competentes, que informan a la Opinión Pública con responsabilidad y conocimiento. Los matasanos del CIMEQ, o son muy tímidos o son muy piratas. Casi dos años a cargo del estrambótico paciente y no se les ha visto ni con tapabocas. Ya le contagiaron la mudez al hospitalizado, y es de temer que también le transmitan esa invisibilidad absoluta que caracteriza al personal médico y paramédico del curioso centro hospitalario habanero.
Hay una tercera opción, además de la timidez o la piratería, pudieran ser dogmáticos al servicio de un proyecto (aunque fracasado, luego de 54 años se empeña en renacer, como el bisnieto del ave Fénix), y ya sabemos que fanáticos incondicionales son capaces de ir a El Cairo y afirmar que vieron y hablaron con Tutankamon, que está estable y en franca vía de remontar la cuesta compleja y dura, que les dio instrucciones, firmó nombramientos y decretos, envió saludos, amor, abrazos y besos, y les apretó la mano con una fuerza gigantesca. ¡ Las hemos visto más feas, y se han casado !
El que no la debe no la teme; ¿para cuándo van a permitir que una genuina Junta de Médicos se haga responsable de la ya exótica situación del ausente presente?. Recuerden que al Cid Campeador ya muerto, lo hicieron pasar por vivo, pero eso pudo ser posible siglos antes de los celulares y la TV satelital en plena globalización. Hoy no le meten esa cabra ni a un niño -que no haya estado demasiado expuesto al indoctrinamiento, subliminal y también desfachatado, de las dichosas computadoras para infantes llamadas Canaimitas-. Las víctimas por su adicción a VTV son pacientes crónicos, harina de otro costal, afortunadamente muy pocos, bajísimo Rating.-