¿Cómo a izquierda de plomo lo vence vientre de mujer?
(%=Image(4231556,»L»)%) Ya estás muerto. No es misterio que no te hayas suicidado, te mataron en el calabozo; imagino a los reos gritando como en una de tus famosas peleas: _ ¡Dale guevon, marisco de mierda, ponte los cojones y suicídate!- Y tú mudo como todo depresivo pensando en ella; sí, al hombre le llega la felicidad, que siempre es poca, y la desgraciada que nunca acaba, por un sólo medio: La hembra. Fíjate que hasta las feministas han puesto sus gritos también en el cielo; que si un degenerado como vos se le ha podido dar tantos privilegios, a sabiendas de que eras un malparido. El derrumbe fue total, que hasta el mandatario nacional, ese mismo que te recibió en palacio, alardeando de lo superlativo en que habías colocado nuestro deporte en el mundo; ni tuvo unas palabras sinceras de condolencia para ti en sus alocuciones maratónicas. Sabes difunto, yo tengo una primera tesis: Al indio, porque tu eras indio, nadie le quiere; recuerdo al profesor Lubi, quien después de hablar con hechos y cifras de unos paisanos étnicos tuyo: Los yupas; nos decía: El indio no es capitalista ni comunista, no es nada; simplemente indio; ser que experimenta la libertad en campo abierto y entrega toda su confianza; que los legos con sorna califican de carácter taimado. Los especialistas; sicólogos y siquiatras, de igual modo han hecho de ti escarnio; me figuro a aquellos sicólogos que conocí debatiendo entre cervezas con su amado profesor de literatura: -Por que nada se podía esperar profe de un ser tan deplorable e indio de paso-; de comilón, el estudiante de politologia asentiría con todo su racismo. Altivo te mataron, cumpliste tu visión, nadie te quitará la gloria en el boxeo. En el fondo ni esos blancos grisáceos menos esos negros echones como Ali, aparecerán en el record guines como vos. Pero tanto diagnostico contra ti y nadie habla de ella; la escruto en la fotografía del periódico y tú feliz con los niños, detrás el ring y ella, sí, ella tan distante de vos. Lanzo mi tesis principal: Sabía ella que Don King te podía colocar la mejor puta de las Vegas, esas catirotas despampanante con las que nos masturbamos los muchachos en el barrio; o una geisha del emperador; claro, tú te irías con ellas como buen macho latino; para entender que ella, la menuda de rostro sereno y angelical, era tu verdadero consuelo en la cama. Esa izquierda de plomo se venia abajo cuando tocabas apenas su cuerpo, eras otros; el campeón se volvía un niño y ella reía y reía de tu infantilismo, entonces, te arrechabas y le caías a coñazos, como suplicándole que nunca pero nunca te dejara. Da risa los dictámenes de estos pequeño burgueses de la salud mental, entre ellos un siquiatra, que aquí en la ciudad lo despidieron del hospital público, cuando la directora lo consiguió introduciéndole su falo en la boca a una paciente depresiva; me imagino que la sicóloga del panel, toda dulzura angelical, cuando te califica de sociòpata, debe ser la misma profesional que se deleita con los afiches de la loca Riky Martín o de las travesura de tu paisana, la Miss Mundo; quien resultó una cualquiera, amante de un capo de la droga mexicana, los mismos charros, esos que después de matar sus oponentes en el negocio del narcotráfico, les cortan las cabezas y con ellas se ponen a jugar bowling. Pero la niña bella de la ciudad de los techos rojos apenas ha cometido una locura, una travesura más con sus encantos. Pero tú según ellos eres Lucifer en la tierra; nada del cura católico, que en el gran imperio gringo jodiò con sus depravaciones sexuales, que llaman pederastia, a más de cien niñitos; sin que el Vaticano le pare bola a la sentencia del Nazareno (parafraseo): Quien atente contra un niño, es preferible que entre a las aguas del río con una piedra en su cuello. Yo sé que uno puede padecer al mismo tiempo del corazón, tener una insuficiencia cardiaca y hasta un derrame cerebral; lo que pongo en dudas es que tu sin dios Timote, hayas podido en tu mente al mismo tiempo, cual divinidad cristiana: sufrir de problemas orgánicos en tu cerebro, personalidad limítrofe rayando en la bipolaridad, sociòpata, demente, paranoico, depresivo, sicótico; creo que el Manual de Enfermedades Mentales, se queda chiquito con los padecimientos que te endilgan. Tal vez puedas ganar otro record guines: El hombre con más enfermedades mentales acumuladas en su cerebro. ¿Qué puede saber el acomodado de la pasión? El delirio por la hembra no conoce de lógica, es puro necesidad de tenerla, follarla con violencia; retenerla sin fin, martirio su ausencia, imaginación loca su alejamiento. Tenías miedo indio boxeador, siempre fuiste un niño abandonado; debiste cubrirte con una coraza bien arrecha, que era esa izquierda de plomo; demoliste tantos contrarios en el ring, alcanzaste la gloria y aun así no tenias paz. El alcohol, la droga, tus riñas en los grandes salones, hasta ese tatuaje de mierda que te hicieron colocar en el pecho; todo, no era más que una manera de reírte de los demás; pero ella, sólo ella te conocía, con ella quedaste verdaderamente desnudo y debía morir; lo creías y lo hiciste. Tres puñaladas inclemente, ritual de una segunda luna de miel; lo planificaste en el camino, la llevarías a la sierra de los Andes, de allí tomarías andanzas por las trincheras del centro de tu país. El smog de ese ciudad industrial te volvió más triste y ella allí, mirándote, mimándote y vos tan lejos; llevabas la tristeza profunda del indio del altiplano; te mantuviste mudo, nada para ti tenia sentido; ni ella convertida en una estatua para ti, su destino era que muriera. Como indio asustado en el gran hotel, bajaste después del crimen, le dijiste al botón lo que habías echo; llegó la policía, te encerraron bien hondo, te colocaron con verdaderos criminales. Hoy dicen que te suicidaste; mentira, un público de reos y varios polizontes y unas manos que nunca se sabrá quienes fueron, tomaron tu pantalón y te ahorcaron; porque si algo tiene un indio, es que nunca se suicida por amor… Apostaste por la necrofilia y así viviste y moriste. Paz en el cielo, si es que como creo, no existe.