Opinión Nacional

CNE Corazón de la Robolución

El régimen ha usado como símbolo de sus más recientes campañas al “corazón”, para identificar a Chávez y el PSUV como órganos vitales de la patria: “Chávez Corazón de la Patria”. Parafraseando su lema podemos asegurar que el corazón del régimen, su verdadero órgano vital es el CNE: “CNE Corazón de la Robolución”

A partir de 1999, el régimen nunca ha dejado de hacer uso de las numerosas manobras posibles que terminan configurando un fraude electoral. El Consejo Nacional Electoral ha sido la herramienta fundamental del régimen para perpetuarse en el poder. El control del CNE es para el régimen más importante que el apoyo popular o el respaldo perruno y sesgado de la fuerza armada. Además de “victorias” electorales fraudulentas, un CNE integrado por activistas inescrupulosas del PSUV, le ha permitido al régimen hacer gala de una supuesta legitimidad de origen. Le ha permitido presentar ante la comunidad internacional un record de 18 elecciones en las que ha obtenido 17 “victorias”, equivalente al 94.5% del total de elecciones realizadas. Que le ha permitido obtener más diputados con menos votos. Adicionalmente, este fraudulento record de “victorias”, le permite al régimen blindarse ante cualquier eventual rebelión, civil o militar, oponiéndole una supuesta legitimidad surgida de la “voluntad popular” y el reconocimiento de la comunidad internacional. En resumen, el control del CNE ha sido y seguirá siendo la piedra angular del oficialismo para conservar el poder. Lo ha sido desde 1999 hasta hoy.

Hasta el 14 de Abril el CNE, es decir el régimen, había podido actuar con absoluta impunidad y a salvo de cualquier crítica u objeción de parte de las organizaciones opositoras que, a mi juicio, venían sosteniendo erradamente que hablar de fraude era estimular la abstención. La respuesta de la población ante la denuncia de fraude en las pasadas elecciones es la mejor prueba de lo errada que fue esa política.

En las recientes elecciones quedaron al descubierto la multitud de mecanismos fraudulentos puestos en práctica por el régimen con la complicidad necesaria y la dirección del CNE y con la participación activa de las fuerzas armadas, el TSJ, el ministerio público y por supuesto el ejecutivo nacional. En el mismo acto en que Tibisay Lucena anunció el resultado del fraude, el rector Vicente Díaz pidió una auditoría sobre el 100% de los votos sin dar mayores explicaciones, aparte de lo cerrado del resultado anunciado. El rector Díaz no dijo si estaba en conocimiento de hechos que irregulares que lo llevaran a hacer esa proposición.

Inmediatamente, un Maduro envalentonado, embriagado por la “victoria” y seguro de que el fraude, como en otras ocasiones, se mantendría a buen resguardo, dijo que se contarán de nuevo todos los votos y que el CNE dejara “que las cajas hablen”. Seguidamente, Henrique Capriles declaró que tenía claros y sólidos indicios de que el resultado anunciado por el CNE no se correspondía con la realidad y que, coincidiendo con Díaz y Maduro, solicitaría una auditoría total del proceso. El PSUV y sus superiores cubanos, no tan embriagados como Maduro, sino impactados por la derrota y conscientes de que una auditoría pondría al descubierto el fraude, le ordenaron al CNE rechazar la solicitud. Lo que vino después lo conocemos todos, incluido el engaño a UNASUR. La proclamación de Maduro en menos de 24 horas y su juramentación y toma de posesión en menos de cinco días después de unas elecciones cuestionadas, puestas en duda por la mayoría absoluta de los venezolanos. El país, hasta en las más pequeñas poblaciones, se vio sacudido por multitudinarias manifestaciones populares de rechazo al CNE y la brutal represión de la fuerza armada. Finalmente la auditoría total del proceso ha sido rechazada por el oficialismo por el gobierno a través del CNE.

Con su rechazo a una auditoría integral del proceso electoral que condujo a las elecciones del 14 de Abril, el CNE y el gobierno se han puesto al descubierto ante los venezolanos y ante el mundo. ¿Si no hubo fraude, porqué oponerse a una auditoría integral? Esa es la pregunta que tirios y troyanos nos hacemos. Así estará su alma, que el CNE y el gobierno no la aceptaron. No es necesario ser muy agudo para concluir que el CNE, brazo sumiso del régimen, oculta un inmenso fraude. La credibilidad del CNE sufrió un daño irreparable. El arma que le ha permitido perpetuarse en el poder y legitimarse ante la comunidad internacional se debilita a paso de perdedores.

El pasado 16 de Mayo Maduro, con una sonrisa que pretendía ser irónica, refiriéndose a aquellos que fueron simpatizantes de Chávez y que votaron por Capriles dijo que habían sido “900.000 compatriotas, 900.000, ya los tenemos [identificados], con cédula de identidad y todo…” Maduro anuncia así su propia y supuesta Lista Tascón. Su declaración está claramente destinada a hacer dudar a los venezolanos sobre el secreto del voto para continuar chantajeando a funcionarios públicos y a los beneficiarios de cualquier prebenda gubernamental. Adicionalmente, esta afirmación puede ser un indicio de que el CNE se dispone a llamar a las elecciones municipales en breve plazo y el régimen renueva y refuerza las bases de su estrategia del miedo.

El Rector Vicente Díaz conminó a las rectoras a pronunciarse sobre la grave declaración del Maduro, que calificó de “criminal”. Han pasado 96 horas y el silencio de las representantes del régimen en el CNE es sepulcral. Silencio que coincide con su negativa contumaz a divulgar en la publicidad “institucional” del organismo la naturaleza secreta del voto. Y no lo hizo, ni lo hará, porque divulgar que el voto es secreto le resta credibilidad y fuerza a las amenazas del régimen en el sentido de que puede identificar a aquellos que no lo favorecieron con su voto y la consecuente amenaza de retaliación.

La afirmación de Maduro pone en evidencia la crisis política que padece el régimen. En efecto, por una parte afirmar que “… ya los tenemos [identificados], con cédula de identidad y todo…” quiere decir que el voto no fue secreto, lo que constituye una flagrante violación de la constitución y de los derechos ciudadanos que vicia de nulidad absoluta todo el proceso electoral. Cosa que no sucederá porque el TSJ nunca fallaría contra el régimen. Lo que si continuará sucediendo, y más aceleradamente, y ahora gracias a Maduro, es el deterioro del CNE, que como he dicho ha sido, y es hoy más que nunca, la más importante arma del régimen para perpetuarse en el poder. La declaración de Maduro aunada al silencio de la rectoras es una estocada certera contra el CNE, es decir contra el régimen. Bienvenida esa estocada: el CNE es el enemigo a derrotar. El “CNE Corazón de la Robolución” esta infartado.

Creo que hay que participar y votar en las elecciones municipales. Y esa participación debe estar signada por el llamado a los electores a derrotar al CNE y el fraude votando masivamente. Para ello la MUD debe organizar la protección y apoyo logístico a los testigos. Solicitar el nombramiento de nuevos miembros de Mesa. Poner especial énfasis en las mesas o centros electorales donde el fraude fue más evidente y exigirle al comando del Plan República que se comprometa públicamente a darles protección a los testigos en esos centros.

 

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