Opinión Nacional

Clasificación de las oraciones simples (VIII)

Oraciones exhortativas son las que expresan un mandato, ruego o exhortación o una prohibición. Corresponden al modo imperativo de los verbos, pero no siempre se construyen con él. Generalmente el mandato o la exhortación se dirigen a la segunda persona.

Habitualmente construimos estas oraciones con el modo imperativo cuando la persona a quien nos dirigimos está en un plano de igualdad jerárquica o de inferioridad que nos inspira confianza: “Anda a la bodega y me traes un litro de leche”; “Pásame ese martillo”; “Dile a tu papá que venga a comer”; “No lo tomes a mal”. En todos estos casos hay una elisión del pronombre “tú”.

Cuando la relación con la persona a quien se habla es de menor confianza, o se trata de alguien con mayor superioridad jerárquica, construimos la oración con el presente de subjuntivo en tercera persona, pero con el pronombre “usted”, que es de segunda persona: “Vaya al correo y me compra unas estampillas”; “Dígale a su jefe que le aumente el sueldo”; “Tráigame las carpetas que están sobre la mesa”; “Salgan temprano para que lleguen a tiempo”. En estos casos se sobreentiende el pronombre “usted”.

Es muy común, sin embargo, que a interlocutores de la más alta jerarquía dirijamos los ruegos como si se tratase de personas de nuestra mayor confianza, como cuando se hacen las súplicas a Dios u otras divinidades: “Dios mío, ayúdanos a salir de este atolladero”; “Jesucristo, óyenos”; “María Santísima, ruega por nosotros”. En estos casos se sobreentiende el “tú”.

Excepcionalmente empleamos la forma con “usted” para dirigirnos a personas de menor jerarquía, a quienes habitualmente tratamos de “tú”, como cuando nos dirigimos a alguien de nuestro especial afecto, para aconsejarlo o reconvenirlo: “Maneje con cuidado, hijo, que esa carretera es peligrosa”; “Tráigame la camisa para planchársela”; “Estudie mucho para que sea un buen profesional”; “No me alce la voz, que eso es una falta de respeto”.

Esta misma forma la usamos cuando la orden, ruego o mandato se dirige a personas desconocidas o indeterminadas: “Siga la flecha”; “No fume”; “Haga silencio”. Con frecuencia estas oraciones se ponen en plural: “No fumen”; “Hagan silencio”. “Circulen por la derecha”. En estos casos se sobreentiende el pronombre “usted” o “ustedes”.

Estas oraciones también se pueden construir de modo que la exhortación abarque al sujeto en primera persona, caso en el cual se sobrentenderá el pronombre “nosotros”: “Hagamos bien las cosas o no las hagamos”. En esta oración hay inequívocamente una orden, ruego o mandato, que se dirige a varias personas, entre las cuales se incluye el que habla.

Las oraciones exhortativas que indican prohibición tienen la misma función de las que indican ruego o mandato, sólo que a la inversa; sin embargo, su estructura sintáctica es diferente. Decimos, así, “Haz esto lo más pronto”, “ lo que quieras”, “Come más, que eso no engorda”. Pero en las correspondientes prohibitivas empleamos otra forma: “No hagas eso”, No digas nada”, “No comas carne, que te hace daño”. En aquellas empleamos el verbo en modo imperativo, mientras que en estas usamos el presente de subjuntivo.

Una forma peculiar de construir las oraciones prohibitivas es la que se emplea en los mandamientos religiosos, con el verbo no en imperativo ni en subjuntivo, sino en futuro simple de indicativo: “No matarás”; “No hurtarás”. En este caso igualmente se puede usar el verbo en infinitivo: “No matar”; “No hurtar”.

Oiga de lunes a viernes, a las 11,10 a.m., el micro CON LA LENGUA EN ONDA, por la emisora RADIO ONDA, la superestación, en el programa de Mari Montes.

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