Ciudad y alienación
Después de las elecciones del 8D le dio por filosofar a la ahora defenestrada ministra de Educación (las causas de cuya sorpresiva destitución, por cierto, nadie ha tenido la cortesía de explicarnos). En sus cavilaciones llegó a concluir que el mal resultado de la «revolución» en las ciudades, especialmente en las principales, se debió a que en ellas la población está más alienada que en las pequeñas o en el medio rural.
Esa reflexión es particularmente reveladora de lo que pudiéramos llamar la ideología chavista, que ha llegado a ver en el conuco una forma superior de producción agrícola, pero absolutamente contradictoria con todas las corrientes modernas de pensamiento. Hace ya más de 150 años, en el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels afirmaban que la burguesía «Ha creado urbes inmensas; ha aumentado enormemente la población en ciudades en comparación con la del campo, substrayendo una gran parte de la población al idiotismo de la vida rural» (cursivas mías), idea que ya habían desarrollado en La ideología alemana. Por su parte Fernand Braudel, uno de los mayores historiadores contemporáneos, afirma en su Capitalismo y civilización material que las ciudades «Son los aceleradores de todo el tiempo histórico»: nada que ver con las elucubraciones de la señora Hanson.
Con ese ejemplo y las citas que lo refutan, que podrían multiplicarse casi al infinito, sólo se intenta destacar una constante que caracteriza al régimen que desde 1999 impera en Venezuela y pretende eternizarse: su evidente fobia hacia las ciudades, que conduce a algo más preocupante: su incapacidad para entenderlas y ordenar su futuro. Probablemente nada ilustra mejor esa visión que los argumentos sobre los cuales intentó justificarse el ahora asordinado proyecto del Eje Orinoco-Apure, posteriormente sustituido por el también desvanecido Eje Norte-Llanero.
Esa incomprensión de la ciudad, que como en el caso de la exministra puede derivar en satanización, es especialmente grave en una sociedad como la venezolana en la cual 2 de cada 3 habitantes viven en áreas metropolitanas de más de 100 mil habitantes. A algunos podrá sonar a exageración, pero es probable que por esa vía se esté comprometiendo el futuro de la nación aún más que con el desastroso manejo de su riqueza petrolera.
/ @marconegron