Ciudad insumisa
Nunca hemos alardeado de futurólogos, pero es difícil no adelantar que la valerosa y arriesgada decisión tomada por el Alcalde Metropolitano de Caracas el pasado 3 de julio, lanzán-dose a una estricta huelga de hambre cuyo centro era nada menos que la defensa de la Constitución Nacional y los derechos ciudadanos, marca un punto de inflexión en las políticas de la ciudad, para no hablar de la República. Particularmente si se toma en cuenta la grosera prepotencia del gobierno militar, evidenciada en la cobarde agresión verbal del alcalde del municipio Libertador, la dimensión ética del ciudadano desarmado pero sereno y determinado crece hasta una dimensión con escasos precedentes. Pero además, que en su determinación no haya estado solo habla de que no se trata simplemente de un heroísmo personal: revela sin duda la existencia de una firme determinación ciudadana que debe ser valorada en su exacta dimensión.
Por supuesto, teniendo en cuenta la absoluta falta de escrúpulos reiteradamente demostrada por la facción que ha copado los poderes nacionales, nadie debe llamarse a engaño: vendrán nuevos y más arteros ataques intentando demoler esos bastiones de la democracia en que se han convertido algunos emblemáticos poderes locales y regionales. Por ello, aunque emergen fortalecidos del enfrentamiento, deberán afinar estrategias para responder a los nuevos desafíos.
En el caso de Caracas una de esas estrategias tiene que ser el acelerar, profundizar y am-pliar el debate y las acciones en torno a la ciudad que los caraqueños queremos pero con una visión que supere los enfoques estrechamente espacialistas y desarrollistas: el objetivo del plan tiene que ser la inclusión social y la equidad entendiendo que hoy las intervenciones urbanísticas pueden y deben ser instrumentos dirigidos a elevar los patrones de vida de los más pobres.
El gobierno central ha demostrado no tener interés en perseguir tales objetivos y de hecho se ha dedicado a sabotear todos los esfuerzos realizados en esa dirección. Sin embargo, ahora la ciudad ha consolidado un liderazgo fuerte y visible alrededor de su Alcalde Metropolitano, una ventaja que debe ser aprovechada para movilizar a los ciudadanos y poner en evidencia a quienes quisieran transformarlos en obsecuentes súbditos.
