Opinión Nacional

Cinismo de hiena

Aclaro: desde luego que las hienas no son cínicas. Su comportamiento no responde a una decisión conciente o voluntaria, simplemente está determinado por una pulsión natural inscrita en su código genético. Sin embargo, este animal se utiliza como metáfora de la maldad y la impudencia humana. La actitud del gobierno del teniente coronel, desde que CCN en español exhibió el video Los guardianes de Chávez, refleja impudencia de la más hiriente, como la hiena.

Para  desmentir las verdades  expuestas en ese trabajo periodístico, el comandante comisionó a Andrés Izarra. La sonrisa sardónica de este funcionario frente a las cifras que daba Roberto Briceño León causó indignación en los venezolanos decentes. Entre las respuestas a ese grosero desplante se encuentra la de El Nacional el viernes 13 de agosto: la foto en primera plana de la sala de autopsias de la morgue de Bello Monte. El cuadro que se observa es patético en grado superlativo. Sin duda que el periódico quiso llamar la atención del país sobre la dramática situación en la que se hallan las víctimas de la violencia caraqueña y desenmascarar a Izarra. Esas fotos lograron causar el revuelo que reportajes de prensa, artículos de opinión y documentales de televisión no habían obtenido.

         La reacción del comandante fue iracunda y, como siempre, manipuladora. No se atreve a encarar directa y frontalmente a los medios independientes que presentan la verdad de los hechos, sino que utiliza a los niños y a la LOPNA como coartada. Trata de reducir la erosión que la inseguridad y la violencia producen en su imagen, no a través de medidas eficaces contra la delincuencia, sino mediante el acoso y la amputación de la libertad de información. Como dice el maestro Pedro León Zapata: “Lo que pasa no importa, lo que importa es que se sepa”. En la actualidad, el problema más sentido de los venezolanos –por encima de la inflación, el desempleo y la crisis de los servicios públicos- es la inseguridad personal. Esta es la realidad que el caudillo, a seis semanas del 26-S, intenta ocultar.

         Desde luego que los niños y adolescentes le importan un bledo. Si estuviera interesado en ellos tomaría medidas para que no ocurran episodios tan lamentables como el del autobús asaltado –por un grupo de adolescentes- cuando se dirigía con decenas de jovencitos de familias humildes que querían pasar un día de playa y esparcimiento en Higuerote.

         En la labor de encubrimiento y escamoteo de la realidad se buscó como comparsas al Poder Judicial, a la Fiscal General, a la Defensora del Pueblo, el CICPC y, finalmente, hasta la misma Directora de la morgue. Fariseísmo y demostración de fuerza. Sin arrogancia la farsa no cumple a cabalidad su propósito. Los organismos del Estado movieron las aspas para que el Tribunal de Control adoptara medidas restrictivas de la libertad de información contra El Nacional, Tal Cual y el resto de la prensa escrita, radial y televisiva.

         Los miembros de esos poderes son de una desvergüenza insultante. Se enfurecen, al menos fingen estarlo, por la foto de El Nacional, pero mantienen un silencio cómplice con todos los desmanes de VTV, Ávila TV, el canal de la Asamblea Nacional, el diario VEA y los innumerables medios de comunicación que el comandante, cual pulpo, ha ido controlando. El comandante Chávez Frías le impuso a la Fuerza Armada el aberrante grito Patria, Socialismo o Muerte, en abierta violación del espíritu y letra de la Constitución y de la tradición pacífica de Venezuela, pero ninguna de aquellas autoridades dijo ni pío. En las televisoras oficiales -financiadas con dinero de todos los venezolanos- se insulta, denigra y violan los derechos humanos de numerosos venezolanos, en claras invitaciones al odio y la venganza, y esos funcionarios hacen mutis por el foro. Las fotografías de los miembros de la Junta Directiva de CEDICE Libertad y de dirigentes de la oposición son expuestas en las cámaras de esos canales, con llamados implícitos o explícitos a la retaliación y al uso de la violencia contra ellos, y esos funcionarios sumisos permanecen callados como una piedra. Chávez habla constantemente de guerras, batallones, profiere insultos y procacidades en cadenas interminables que se transmiten en horarios estelares, sin embargo, la única respuesta de aquellos funcionarios es un silencio de tumba. Así es la vesania en esta república de quinta.

         La foto de El Nacional le recordará a Andrés Izarra por siempre que reírse como las hienas no paga.

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