Ciento cinco años
El Universal, diario de cada mañana, ha circulado algo así como treinta y ocho mil quinientos días desde aquel lejano 1 de abril de 1909 en el que el poeta carupanero Andrés Mata, junto con su amigo y tocayo Andrés Vigas materializaron su idea.
En Andrés Mata se conjugan actividades que no son fáciles de compaginar. Excelso poeta romántico de honda meditación y fina pluma, convive con un inquieto periodista en ciernes y como consecuencia se constituye en importante miembro de la Academia Nacional de la Historia tan temprano como a la edad de treinta y cuatro años.
Ya, apenas a los doce años había fundado en su natal Carúpano el periódico «La Avispa» y tres años más tarde escribe para «El Día», también promovido por él. En 1886, en Caracas, escribe en «La Opinión» un poema al colega Juan Antonio Pérez Bonalde, simultáneamente, sus afanes en la política lo llevan a acompañar a Juan Pablo Rojas Paúl en su exilio, ocasión que aprovecha para asumir la jefatura de la redacción de «El Listín Diario» de República Dominicana. A su regreso a Venezuela y antes de fundar su diario, colabora en «El Cojo Ilustrado» y en la revista «Cosmópolis».
Pensamos que no hace falta destacar la calidad de Andrés Mata como poeta, así ha sido reconocido por quienes saben de la materia. Además de sus actividades periodísticas también fue un buen diplomático y entre las características destacables podemos añadir que se desempeñó como funcionario consular en Génova (Italia), Málaga (España) y ante la Santa Sede.
El Universal en esos ciento cinco años ha ocupado cuatro ubicaciones físicas. Nació en la casa donde funcionaba la imprenta de Daniel Aramburu entre las esquinas de Sociedad y San Francisco. Transcurridos seis meses se establece entre las esquinas de Gradillas y Sociedad; en 1948 se muda al Edificio Ambos Mundos entre las esquinas de Conde y Principal y en 1969 estrena su sede actual en la esquina de Ánimas, sobre la Avenida Urdaneta. Esta sede fue proyectada por los arquitectos Bernardo Borges, Francisco Pimentel y George Wilkie y fue construida por la empresa Aldrey & Simón. En 1971, el edificio obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura.
Una relación de sus colaboradores sería labor ímproba pues por sus páginas y en sus talleres han estado presentes los hombres y mujeres más reconocidos en el concierto periodístico nacional.
Por razones de sus viajes, desde 1922, el poeta Andrés Mata delegó la dirección del periódico en el doctor Luis Teófilo Núñez Gómez. Este fue eficiente administrador y competente estratega que le imprimió al periódico su fama de voz de la clase media del país y de diario comprometido con la verdad y la objetividad.
A partir de 1980 cuando fallece el Dr. Núñez, recoge el testigo su hijo Luis Núñez Arismendi quien editorializó, cuando las circunstancias lo indicaron, bajo el seudónimo de Amadís. La colección de dichas columnas asciende a doscientas setenta y ocho crónicas de importancia y actualidad. Allí se mantuvo Luis hasta 1996, cuando el nieto del fundador, Andrés Mata Osorio, adquirió el total de las acciones del periódico y asumió la dirección plena.
Andrés Mata Osorio es un hombre de visión integral e internacional. Dirige su empresa con gran pasión y delega la operación diaria en un Consejo Directivo conformado tanto por funcionarios de acción diaria como por personas vinculadas a sectores importantes de la economía y de la opinión.
Durante los años de vida del periódico también ha privado la atención a que tanto desde el punto de vista de equipamiento, donde el periódico ha sido pionero en la adquisición de las maquinarias y sistemas más desarrollados y de mejor calidad, como en la vinculación a las fuentes nacionales e internacionales más competentes, dan como resultado uno de los diarios más destacados en el concierto latinoamericano.
La Fundación Andrés Mata es custodia del inmenso y valiosísimo archivo del periódico y desde allí se hacen producciones editoriales que recopilan algunos aspectos de dicho tesoro. Además, es lugar obligado de consulta para quienes quieren escudriñar en lo sucedido en Venezuela.
Vivimos tiempos de gran dificultad para el país y su periodismo ha estado agredido y censurado de manera vil. La amenaza más reciente se traduce en los inconvenientes para obtener el papel necesario para su impresión. Desde hace tres lustros, el régimen se ha ensañado contra los medios de comunicación. Parecen anulados los canales de televisión que requieren autorizaciones para el uso de las ondas radioeléctricas. Son muchas las emisoras de radio que han sido expoliadas y las sobrevivientes tienden a engrosar el mundo de la autocensura.
El periódico, desde 1995 viene dando pasos para ofrecer la mejor versión electrónica de todos los periódicos nacionales y desde hace pocos meses también ha puesto en funcionamiento un canal de televisión electrónico y de fácil acceso desde cualquier dispositivo cibernético.
El Universal es un valioso elemento en la historia del siglo más reciente y esperamos que lo siga siendo en el futuro de Venezuela.