Ciencia bajo sospecha
Los Ilustres investigadores del país como Jaime Requena y Orlando Albornoz animaron y comprometieron a la gente de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia, Capítulo Caracas, a promover un certamen bajo la denominación de: Premio Alternativo al Mejor Trabajo Científico en Ciencias Sociales 2009. Iniciativa que surgió ante la omisión y el silencio por parte del Ministerio de la Ciencia y la Tecnología al declarar desierto por años consecutivos el reconocimiento que merecen nuestros científicos sociales.
Más de cincuenta y cinco trabajos se hicieron eco de la convocatoria para ser evaluados por un jurado calificador riguroso y competente profesionalmente, además de representativo de las más diversas corrientes del pensamiento. El afortunado ganador fue el monumental trabajo de investigación llevado a cabo por los profesores de la Universidad Simón Bolívar: María Magdalena Mackowiak de Antczak y Andrzej Antczak, bajo el título de: «Los Ídolos de las Islas Prometidas». Esta investigación de largo aliento y resultados prometedores, recupera desde el trabajo de la arqueología y la etnografía, lo que fue la dinámica y el comportamiento social de los pobladores originarios del archipiélago de Los Roques en una época que se pierde en el tiempo. El fabuloso texto, que reúne más de veinticinco años de investigación entusiasta, sostenida y responsable, tiene 632 páginas y más de 1.500 ilustraciones y 200 tablas explicativas. Su publicación contó con el apoyo de Banesco y la editorial Equinoccio de la Universidad Simón Bolívar. Tremendo mal se hace el actual gobierno en darle la espalda a la comunidad de científicos y universitarios dedicados a la investigación en el país. Nuestros gobernantes han sido incapaces de articular los resultados de estas extraordinarias investigaciones, como la que ahora reseñamos, a las políticas de bienestar público. Y es que la naturaleza del poder, en su manifestación más primitiva, desconfía de todo lo fresco e irreverente que se gesta alrededor de la ciencia.
No se entiende que la ciencia y sus practicantes deben contravenir lo establecido para avanzar; deben cuestionar lo ya conocido para superarlo, y todo ello en un ambiente de extrema libertad y autonomía.
La ciencia en Venezuela está mas viva que nunca, sus hombres y mujeres, desde las universidades y centros de saber, siguen reivindicando con sus producciones el alto sentido patriótico de su misión, más allá de la indiferencia de los gobiernos y poderes que aplastan y condicionan.
Poderes que confunden ciencia con ideología, inteligencia con sumisión.