Chavista por unos minutos
Por razones de trabajo debo quedarme a dormir en una casa que no tiene televisión por cable. Luego de muchos años acostumbrado a la rutina nocturna de 8 a 12 pm, con mi control remoto en la mano y más de 70 canales a mi alcance, resulta de un anacronismo irritante el tener que conformarse con las reducidas opciones de los canales que llegan al televisor a través de la antenita de bigotes. Además de ser muy pocos, son poco creativos y hasta mediocres. La mensualidad del servicio por Cable se paga con gusto, ya que además de la enorme variedad en la programación, compiten entre ellos en términos de la calidad que tanta falta le hace a la oferta local.
Parece ser que entre las 8 y las 11 pm las televisoras comerciales “compiten” a ver quien supera las cursilerías de las telenovelas rivales, culebrones en todos los canales, las mismas tramas al revés y al derecho; Antes eran las sirvienticas que se levantan al joven heredero, ahora la variedad consiste en colocar a los galanes de obreros y a ellos les toca levantarse a las jóvenes herederas. Los personajes son buenos, malos, tontorecos, villanos y casi santos. Desde “El Derecho de Nacer”, salvo el color y las escenas pregrabadas, poco ha cambiado en este segmento romanticón, aderezado además con propagandas de jabones, perfumes, refrescos y gimnasias para que las y los televidentes logren parecerse a sus ídolos de la pantalla. Pura creatividad ¡!
Arrinconado por las teleculebras, que en mi caso particular sólo sirven para demostrar que mi lado femenino no existe, que se truncó in úterus, que debe haberse necrosado en algún momento de mis nueve meses adentro de mi señora madre, opté por sintonizar VTV, “el canal de todos los venezolanos”, que no transmitía alguna telenovela sino algo mucho más dramático e insoportable; tuve que calarme un bodrio a cargo de Earle Herrera y parte del programa de noticias de Walter Martínez, tiempo que me ayudó a saber lo que hay que sacrificar para ser chavista, partiendo de la premisa de que, a estas alturas del juego, cuando ya llevamos casi diez años de falsa revolución, los que sintonicen VTV -a todas luces un canal exclusivamente al servicio del gobierno-, o están en mis condiciones (en una de las pocas casas que no tienen TV por cable), o están en alguna dependencia oficial (en las cuales la única señal permitida es la del gobierno), o pertenecen a la minoría oligofrénica que se niega a admitir que la Unión Soviética ya colapsó, que en China y Vietnam se impuso el capitalismo más salvaje, y que en Cuba tratan de dar una vuelta al timón que permita, simultáneamente, introducir gradualmente el capitalismo en la Economía y que la Nomenklatura que ahora comanda Raul Castro pueda mantenerse en el poder sin marearse por los vaivenes de la patética nave, y sin ser echados por la borda en alta mar, por la generación que se hartó de las mentiras y promesas castristas y piensa, con toda razón, que ya es hora de que las angustias de flotar a la deriva en aguas internacionales, le correspondan a quienes han disfrutado de los privilegios desde 1959. Que asuman sus balsas los del Partido Comunista de Cuba.
Volviendo a los bodrios a que me condujeron las telenovelas, Earle Herrera, muy disciplinado en cumplir la orden mirafloriana de banalizar, ridiculizar, negar, deformar, el cúmulo de evidencias de la multimegacorrupción diseñada y ejecutada por el gobierno rojo rojito, caso que involucra también a los chulos Kirschner de Argentina, y que hoy se tramita en un tribunal de EEUU (donde los jueces no corean ¡ Uh Ah Bush no se va !), mal interpretando a un periodista, hace el aguaje de comentar el juicio en que aparecen involucrados varios “empresarios” boliburgueses amamantados por la ubre del proceso y, sin señalar siquiera la inacción de los tribunales en Argentina y Venezuela (hasta que vieron que lo ventilado en Miami los iba a salpicar y muy feo), o referirse al hecho de los 790.500 dólares embutidos en el maletín que, en el último de 16 viajes al sur, le fue decomisado al célebre Antonini (en un país donde citan a declarar con lujo de detalles y presentando facturas, por piches 5.000 dólares viajeros de CADIVI), los vínculos con Jorge Smartmatic Rodríguez ó PDVSA, salta olimpicamente a “denunciar” el trigésimo cuarto intento de magnicidio (no le vemos lo magno por ninguna parte), el cuadragésimo segundo intento de golpe (el único y más reciente que sí recordamos, lo protagonizó en forma muy chimba, Maisanto el que masca Coca, aquel 4 de febrero cuando también le falló su intento de darle Magnicidox a Carlos Andrés Pérez, ya que lo de Carmona Estanga y su combo, no pasó de un sainete, también chimbo, pero simple y ridículo sainete surgido de la prepotencia de un grupito), y de paso se inventa el “periodisto” Earle Herrera, que para ocupar el lugar del Sabaneto los presuntos golpistos habían escogido a ¡ Diego Arria !!. Con esa mención se puso a la altura de quien lanza un boche y la bola cae en la cancha vecina. Hay que ser muy ignorante para adjudicarle alguna credibilidad a las fábulas que los rojos rojitos elaboran para disfrazar la realidad, en la que andan muy mal parados luego de diez años de pésimo gobierno. Siguen mirando la paja en el ojo ajeno.
Después vino el del parche, con su estilo de perdonavidas al interpretar cualquier noticia desde su personalísima y tuerta visión. Llegó al extremo de reclamar a CNN por haber difundido una específica parte de un discurso de McCain (suponemos que Walter Parche Martínez prefería otra parte, pero de allí a exigir que CNN deba preguntarle a él cual porción debe salir al aire, es como demasiado petulante, aun para los estándares del pretencioso uruguayo. A que no disecciona así la programación y las noticias de VTV). Pero cuando la gata se subió a la batea, la ensució, maulló hasta despertar a tútilimundachi, fue al dar la noticia de que en Afganistán a un periodista de apenas 23 años, un tribunal religioso le había impuesto la Pena de Muerte por escribir párrafos que los clérigos fundamentalistas consideraron ofensivos al Corán y al profeta Mahoma, (igual que con Salman Rushdye) y por presiones internacionales habían accedido a cambiar la sentencia por Veinte años de Cárcel. Otro que es fiel hasta los tuétanos a los úkases provenientes del Aló Presidente. Walter se declaró un soldado, cuando le dieron la patada y lo sacaron de VTV hace unos años, y si el que lo pateó, a su vez se declara pro mahometano, pro talibán, pues el soldadito se mete sus principios y su presunta condición de periodista en cualquier bolsillito, y simplemente se limita a narrar las arbitrariedades del mundo árabe sin explayarse, como suele hacer con las noticias provenientes de Occidente, en todas las explicaciones e interpretaciones que le sobran cuando hay que cuestionar los vicios y abusos que ocurren, por ejemplo, en Guantánamo, donde ni de lejos cometen el atropello de condenar a la pena de muerte por opiniones de corte religioso.
Earle y Walter, me defeco en la Hostia que los parió y el Dios que los engendró.