@chavezcandanga: Tengo un millón
El mismísimo gobierno que usó el mecanismo de bonos para enriquecer a unos pocos con un daño al patrimonio de la nación, es también quien usufructuó el mercado que se generó con los papeles en permuta, para generar bolívares por la ilegal vía de vender dólares petroleros en ese mercado. Guardaron silencio mientras tuvieron dólares para vender. Ahora tildan de maleantes a los agentes de Bolsa y de presuntos ladrones a los que compraron esos títulos para convertirlos en divisas.
El que tenga esos títulos debe declararlos. El Gobierno quiere ahora saber quien los posee y no se le ocurre una idea más brillante, para adelantar ese censo de “Bonotenientes” que solicitar que envíen la información para registro a través del twitter personal de Chávez. Lo próximo que solicitará será que reportemos a ese twitter lo que cenamos la noche anterior, pues comer en exceso lo considerarán un atentado contra el pueblo.
El Gobierno diseña un parapeto legal llamado convenio cambiario, que genera un mercado de papeles denominados en dólares -que emite el propio gobierno- para financiar su déficit interno y para secar la liquidez que el mismo produce. En el camino le pone la mano al Banco Central, para que entregue sus utilidades y obedezca las órdenes del propio gobierno. Empaqueta bonos argentinos, para venderlos usando a los agentes de bolsa y sociedades de corretaje, bonos que compró a un precio con el que ayudó a la nación argentina a salir de un virtual descalabro financiero y que vendió absorbiendo una perdida cambiaria. Alimenta también ese mercado con divisas generadas en la industria petrolera, para venderlas produciendo bolívares que alimenten el gasto público, que aumentan la liquidez, que tiene que secar emitiendo más papeles. Toda una aberración de manejo de la economía monetaria, que nos llevaría directo a este desastre. Esto sucedió a la vista y bajo el control de las autoridades supervisoras, quienes sólo ahora, años después, hablan de un complot para acabar con las reservas de la nación.
Ahora lo que sucede o sucedió es obra de los burgueses que han montado una guerra económica contra el gobierno. Este cuento se parece al de los banqueros que crecieron a la sombra de los dineros del estado y también bajo su supervisión, para luego descubrir que estaban estafando a los depositantes.
Chávez y su combo acabaron con la industria venezolana. Convirtieron a Venezuela en una economía importadora. Los dólares que recibe el gobierno, producto de la venta de petróleo, no alcanzan para pagar el derroche, la carrera armamentista, los regalos a los vecinos, las misiones, las inversiones apresuradas y sobrepagadas para levantar el sistema eléctrico y las nominas de Guayana que ya no produce dinero ni para pagar a sus obreros.
Ahora haremos cola en el Banco Central para recibir las divisas. Siempre lo dijimos; Chávez durará mientras tenga dinero en los bolsillos. Cuenten el final en días, ya no en años. La economía es una ciencia, que se mueve con reglas y esas reglas no se pueden violentar.