Chávez volvió a arrugar
Recogió las velas, viene tormenta y de la buena.
Debo interpretar que la reculada de Chávez frente a Colombia, al unisonó con una separación “verborreica” de la guerrilla colombiana, no es un acto de recogimiento espiritual y de reflexión positiva. Éste mandatorio recule tiene otras causas y cubre otros propósitos.
Las expresiones altaneras, groseras, desmedidas y nada elegantes con que atacara a los colombianos –dice el que sólo a Uribe- dejan heridas en una relación necesaria, imposible de terminar y altamente complementaria. Los países no se mudan de lugar. No se divorcian de sus vecinos, por más separados que estén sus pensamientos. Entre sus diferencias, están llamados a encontrar caminos de unión para potenciar sus destinos, que a la postre, suelen ser comunes.
Es como los niños, impertinente y mal hablado, pareciere no tener la madurez necesaria para conducir un país. Tarde ayer, Uribe le contestaba desde Colombia que dejara de ser cobarde, que dejara de atacarlo a la distancia. No puedo sentirme orgulloso de un grosero presidente, que llena su boca de improperios. Cuál es el ejemplo que reciben mis hijos y los suyos, de alguien que está llamado a ser un ejemplo de virtudes. ¿Cuál es la fórmula de un liderazgo de matones, que enseña a su pueblo a insultar a cuanto ser lo adversa?
Ahora, como suele hacerlo, retrocede y tiende puentes de amor, en preparación para la reunión que sostendrá el próximo martes. Ahora le pide a la guerrilla que baje sus armas y entregué a los secuestrados. Ahora sólo ahora, declara que no permitirá que fuerzas enemigas, incluyendo a la guerrilla, penetre en nuestro territorio. Yo no escucho lo que dice, yo vigilo lo que hace. De pronto las bases de los americanos dejarán de ser un motivo y de repente, los oligarcas colombianos, serán de nuevo sus mejores aliados. Tamaña hipocresía. Por dentro lleva más de lo mismo. Odio en las capas transversales de su masa cerebral.
Santos es Uribe y Uribe es Santos. Ambos representan los mismos intereses y corrientes de pensamiento. Cuando el presidente manda largo al carajo a Uribe, hace lo propio con el presidente Santos. Es así como si los colombianos mandaran al carajo a Rafael Ramírez. La poco diplomática escuela de este presidente parece no entender eso. La ambición desmedida por estar en las primeras páginas, ahora debe llenarse de actos como este, llenos de insultos, para motivar comentarios.
El continente y el mundo entero dejó hace rato de considerar a Chávez como un paladín de la justicia, un nuevo redentor y salvador de pueblos. El mundo entero observa su desmedida conducta y sigue sumando al expediente que el propio Chávez se está construyendo con sus actos. Pérez Jiménez huyó en su época en un avión de hélices a Dominicana. Lo hizo desde la Carlota. Los tiempos han cambiado, los aviones también.