Chávez, pasando aceite
Pasaron pena el domingo, en unas elecciones de delegados con una bajísima asistencia, que sólo algunos de ellos conocen, El Consejo Nacional Electoral no lo divulga y los funcionarios del partido, no contestan esa pregunta, pero no somos pendejos para no darnos cuenta de la bajísima asistencia a unas elecciones, cuyos resultados se manejan en chiquitito, sin demostración alguna para ninguno de los que asistieron a votar de buena fe. Democracia chucuta que produjo una lista de delegados, que algunos inocentes asumen como elegidos por la base. Eso no es todo, no sabemos de donde salieron los casi setecientos elegidos, pero por si esto fuera poco, la cuarta parte de los delegados al congreso del partido oficialista, para llegar a mil, los decide personalmente el presidente Chávez, quien es presidente también del partido, sin necesidad de ser elegido, por aclamación pues, y de por vida. Gobierno del pueblo, en la más pura lógica versionada por estos arribistas politólogos rojos.
Este es un estilo que se repite en cada accionar. Democracia participativa significa que ellos le participan al pueblo sus decisiones. Así lo hacen en todos los ámbitos. Desprecian cualquier cosa que no provenga de ellos mismos incluyendo a los partidos aliados, que no son consultados, ni informados. Esos sólo sirven para hacer bulto en las elecciones.
De los millones de activistas que dicen tener, sólo una pequeña fracción asistió a esas elecciones, empujados muchos de ellos por la necesaria visibilidad que deben aportar para cuidar sus intereses laborales o de cualquier género. Que grande le queda a Vanessa Davis, arrimar su rostro a la pantalla para afirmar con vehemencia que el partido está muy feliz por la participación que tuvieron el domingo. Mejor papel hace el ancianito Muller Rojas cuando dice que todos los que se quedaron en su casa, no son activistas, que los activistas deben asistir a las movilizaciones del partido, reconociendo entre dientes y rabias, la baja participación que alcanzaron.
Tuvieron muchas horas para cuadrar los resultados, para poner a rodar las barajitas que la revolución necesita en ese congreso, las que garantizan apoyo y soporte a la elección de los candidatos a las elecciones que se nos vienen por delante. El reparto de cuotas, produce esas intestinas luchas, que no se ven, pero que se sienten. En ningún lugar apareció la lista de votos por centro electoral, por mesa y los resultados cuantificados de los ganadores y los perdedores. Pobres patrulleros, que entregaron su domingo a la revolución, para montar este show mediático de baja densidad.
Me recuerdan a los magos de oficio, que con un paquete de cartas, le hacen creer a los inocentes que escogieron una carta, que ellos mismos pusieron en su mano, para luego, un par de minutos después, sorprenderlos adivinado cual fue la carta escogida. Magia de bolsillo parecida a la magia roja que nos muestra esta decadente revolución.
Chávez está pasando aceite, dejo de ser ese poderoso motor que movía masas y arrastraba cuanta viejita se le atravesaba. Falta menos, cada día menos.