Chávez es pura muela
El país que Chávez dice amar se descompone a pedazos por la estúpida terquedad de un enfermo de cáncer y poder.
Acaso no era pura y simple muela la declaración de hace menos de un año estableciendo que la crisis eléctrica estaba superada. Decenas de transmisiones en cadena mostrando nuevas plantas de generación, megavatios fantasmas, plantas distribuidas y fantasías con cascos rojos para caernos a muela. Venezuela vive una crisis eléctrica, aun después de habernos ensartado una factura de tamaño incalculable, importando chatarra desde Cuba para hacernos creer que controlaron el problema. Los votos de la revolución se esfuman en cada nuevo apagón. Pura muela Chávez.
Una revolución agrícola, manejada por otro delincuente, para expropiar tierras a venezolanos que la estaban trabajando. Ahora ni siquiera hablan de las cifras de producción pues ya la muela no da para más. La agricultura de Venezuela sube, pero en contenedores desde los puertos venezolanos. Acabaron con el agro y también con la operación de Agropatria. Inventaron fábricas de tractores iraníes, centros de producción ganadera, centrales azucareros reformulados. Proyectos generados a la sombra de incalculables guisos que no le dejaron nada al país. Se acabo la muela que nos vendía Chávez – en las aburridas cadenas dominicales- desde las fincas que arrasaron para incorporarlas a la revolución.
Se les acabó el cuentico de la producción masiva de viviendas. Las sopotocientos mil que nunca nos enseñaron. La muela artesanal de la revolución transmitiendo caras felices de personas recibiendo su vivienda llega a su fin. Miles de damnificados en su tercer año de refugiados son la más clara demostración de la gran misión mentira que ampara la exigua producción de viviendas. Las pocas que han logrado entregar, eran las que le quitaron a los constructores y estaban en su etapa final de construcción. El proyecto Ciudad Caribe no avanza y las colas de personas para bajar y subir desde ese terraplén del infierno son de marca mayor. Eso ahora cuando sólo 800 familias habitan ese inhóspito lugar. Chávez nos vendió un discurso de urbanista que ha demostrado ser un fracaso.
Muela de la buena nos empuja todas las semanas con una recuperación total de una enfermedad que lo consume. A punta de fe, lleva a este país por un despeñadero, sin importarle un bledo lo que nos ocurra a los venezolanos. Importa la silla, su soberbia, su revolución de pacotilla y su desmedida manera de mentir. La revolución ahora nos cae a muela con la especie acerca de su juez estrella –revolucionario y rojito- “comprado” por la CIA para desestabilizar al país. Que capacidad para engañar sin que les ruede una salivita por la comisura de los labios.
Nos sorprenderemos de la cantidad de gente que ya entendió que las mentiras de este gobierno no nos llevan a ningún lugar. ¡Vamos Venezuela que vamos de salida!