Chávez en su laberinto
Se dice que un animal y algunas personas son mas peligrosos cuando están acorraladas. Si aplicamos el dicho a la actual terrible situación del comandante-presidente y «salvador del planeta» por iniciativa propia, llegamos a la conclusión que estamos en presencia del hombre más peligroso del mundo. Las salas situacionales trabajan 24 horas diarias estudiando y proponiendo toda clase de barbaridades, claro, no tienen que preocuparse por ninguna ley, Constitución, tratado o esos incómodos derechos humanos. Habiendo Chávez destruido al país y corrompido la fibra moral de sus seguidores ya no le queda otra opción que prometer el «Armagedón» a menos que él se quede en Miraflores. Esa es una actitud criminal muy común en los dictadores genocidas como Saddam, Gadafi, Ahmadinejad y Assad. Todos «hermanos del alma» del centauro de Sabaneta.
Nuestra querida y sufrida Venezuela se maneja hoy como un casino o una lotería, donde no hay que hacer nada sólo esperar sacarse el premio gordo que se reparte casi a diario en cadena nacional. ¿Porqué nuestras jóvenes mujeres en los barrios tienen que buscar al «choro» en lugar de aceptar ser cortejadas por un honesto trabajador? Pues porque al igual que Chávez, es el que les puede «resolver».
La única propuesta válida ante tal espanto es la de una revolución ética donde el trabajo honesto sea la base del progreso. ¿Cómo es que el mundo está en crisis y aquí tenemos la más grande fábrica de millonarios? Muéstrenme un dirigente pobre y le mostraré un idiota. ¿Cómo salimos de esta mafia? Pues adivinen, pero yo no me siento en la mesa con mi verdugo.
«Un hombre puede morir por su país, pero un país no puede morir por un hombre». ¡Será!