Chávez: Ahora si creo en ti
El presidente de esta nación piensa que somos un núcleo social con un limitado coeficiente intelectual. Necesitó de un largo programa dominical para vendernos la figura de que él no tiene nada que ver con el desastre bancario al que apenas le vimos la primera página, la que él nos permitió ver. Tampoco tiene que ver su familia, hermano incluido, ni quienes desde el gobierno mismo, enviaron dinero a manos llenas a esos bancos, siguiendo instrucciones de quien sabe quien. Los platos rotos los pagó Jessie.
Tampoco nos dimos cuenta de que once años después está sumamente preocupado por que hay casinos ilegales, que han estado allí, protegidos por quién sabe quién, haciendo dinero sobre la base de arruinar a venezolanos humildes, en lugares no permitidos por las leyes venezolanas. Alguien tiene que cerrarlos y él no sabe a quién le toca esa misión. Dentro de poco nos dirá que hay que acabar con las invasiones ilegales y con las milicias armadas que viven en el 23 de enero, de lo cual él no estaba enterado, pues no le queda tiempo para hacerlo todo.
Casi no nos dimos cuenta de que ahora, disfrazado de cordero, nos ofrece un mundo ideal, que comenzaremos –como siempre- a construir a partir de ahora, sobre la base de una sociedad socialista que reparte mucho amor. Ahora el entiende mejor las cosas y ha venido aprendiendo como se gobierna. Todos cabemos en esa sociedad socialista, incluso los banqueros privados que ayer le reían su show a mandíbula batiente. Él les hace creer que los respetará y ellos le hacen creer que ellos se lo creen. En ese juego de creencias, conviven en una relación parasitaria que terminará cuando a él deje de convenirle esa convivencia. Ellos, se dan cuenta, pero estiran esa hipócrita relación.
Chávez debería, se me ocurre a mí, para dejar clara su responsabilidad y su papel en este juego, para que todos nos demos cuenta de su transparencia, hacer lo que abajo sugiero. Iluso yo, pero dice el dicho: “El que no llora, no mama”, a lo mejor me escucha o me lee y se atreve a hacerlo:
Exhibir una lista de los depósitos que el estado perdió en los bancos intervenidos. Esto nos daría una clara indicación de la estrecha relación que había entre el gobierno y los banqueros de cuello rojo. Es dinero del pueblo que tiene su derecho a saber cuanto perdió en manos de esos “desalmados”
Exhibir una lista de los particulares que perdieron dinero allí, si estos particulares cumplen la triple condición de ser empleados del estado, perder una cantidad que exceda cincuenta veces su sueldo y pertenecer a la lista de admiradores del partido socialista unido de Venezuela. Nos llevaríamos algunas sorpresas.
Exhibir una lista de los casinos ilegales y sus propietarios para que encontremos ciertas correlaciones que nos dejarían claro del porque permanecen abiertos, protegidos por dictámenes legales que se engavetan debajo de un puño de dinero.
Vamos Chávez, anímate, para que te ganes unos votos.