Carta urgente a la AN
Honorabilísima Presidenta, demás autoridades
y diputados…
«¿Reforma, revolución de la enseñanza? Donde habría que hacerla es en las cabezas de los que enseñan, o por lo menos en las de los que han de enseñan. Soy de los muchos que creen que cualquier plan es bueno; todo depende de quien lo aplique» Unamuno.
Desde Maracaibo, dirigirse a vosotros impone el empleo de su gramática, empero no con su intimidad, su proximidad, su cercanía, su transparencia, a veces también iconoclasta habla, sino en los justos términos que cortesía impone, por lo avezado, sabio, bien fundamentado de los discursos y, en algunos casos, su exuberante genialidad para legitimar la reforma a la constitución propuesta por nuestro Excelentísimo Señor Presidente y por vuestros aportes, que según decires, son tan numerosos o más y tan cualitativa o más que la propuesta originaria. Tuve la fortuna de escucharos, a Vos, Presidenta, también la dicha de atender al Prf. Herrera. A vos, vuestras acusaciones al alto clero, a esos bandoleros de sotana, y al maestro Herrera, en sus lecciones sobre la universidad, confieso que jamás habían visto mis oídos ni escuchado mis ojos tanta enjundia juntas, tanto dominio temático, tanta belleza en las exposiciones. El origen de la universidad (s) y lo que ellas son, ocupará un lugar en la historia de la cultura universitaria mundial, y, el llevar la democracia en su más universal de sus valores, el voto y mediante éste hacer iguales a todos, obreros, estudiantes, empleados, profesores, es una conquista de tales proporciones que no hizo más que perfeccionar lo que el sabio Dr. Caldera, con tan buen tino logró con su reforma de la ley de universidades de los reaccionarios Sanabria, De Venanzi, etc.. Su visión de la democracia, a pesar de que Caldera parecía autoritario, hizo que se modificase la ley y no sólo los doctores doctos podían ser autoridades, sino todos aquellos que no doctores ni doctos contasen con el favor del voto democrático. Pero, ah! qué desdicha, quedaron fuera los obreros y los empleados, los profesores instructores y quedó un sabor a élite, pues, los estudiantes, en ese mercado electoral, fueran reducidos a un cuarto en su valor de cambio.
Este reconocimiento a vosotros, a vuestro trabajo, es un acto de plena justicia. Pero, me parece que dejasteis incompleta la hazaña por lo cual os pido incorporéis en las disposiciones transitorias algunos textos más que, si me permitís, podrían ayudar a superar algunas deficiencias que surgen a primera vista. Para poner en orden a los obispos, debiera volverse al Patronato, ejecutado en Colombia, (1824) asumido por Venezuela a plenitud en el 1883. Qué deciros que sobre esto no sepáis, pero sería el mejor modo de devolver a la Iglesia su estricto oficio en asuntos puramente religiosos y su subordinación al Estado, de modo que se obligue al Vaticano a reconocer a los obispos, etc., propuestos por el Gobierno y, para mayor legitimidad, que estos obispos sean electos por el voto de curas, feligreses, o sean elegidos en las futuras comunas. Aplicarles a ellos que entre sus electores se incorporen también a los seminaristas, novicias, aspirantes, monaguillos, monaguillas, etc., desde luego, una vez cumplidos los 16 años. Pero debéis ir aún más lejos, por una parte permitir a los feligreses, a los comuneros, la escogencia de su párroco o semejante, y permitir que las feligresas, las monjas, puedan ser igualmente preladas, obispas, monseñoras… ¿Qué revolucionario en sano juicio rechazaría esta avanzada propuesta que recoge las aspiraciones más sentidas de la humanidad religiosa? ¿No será –al fin –la superación del imperio papal?
Y en cuanto a la universidad, ha de ser superada la ambigüedad que puede dejar el artículo tal como lo redactase el Prof. Herrera. Podrán votar todos los empleados y profesores activos y jubilados. Pero, además de hacerlo para la escogencia del rector, vices, etc., secres… lo hagan, igualmente, para la elección de los decanos, directores de escuelas, departamentos, y, además, que se les conceda el legítimo derecho a ser elegidos para ser autoridades, decanos, directores…Las razones son obvias. Quien lo más puede, puede lo menos! Y aun cuando no parezca obvio, debiera establecerse también el voto de los representantes, padres y estudiar la posibilidad de que la propia ciudad, estado, en donde la Universidad tiene su espacio, sus habitantes puedan tener derecho al voto. Ya sabemos, el pueblo es sabio. La voz del pueblo es la voz de Dios. Eso no es poca cosa, es casi todo: es la palabra de dios. Y, en el principio fue el verbo.
Una más os ruego prestéis vuestra atención a mis mas que peticiones, propuestas, es rogatorio. Quien no celebra la muerte del claustro, es desde luego un reaccionario monástico y monárquico. Quizá sea también nazi-fascista, lacayo del imperio. Se infiere de lo que habéis dicho y verdad es. Pero al matarlo (al claustro) habéis dejado con vida a uno de sus mayores hijos, el verdadero monstruo donde se cometen los mayores crímenes contra la democracia, la libertad, el centro mismo del poder, en su extrema perversidad. El consejo de facultad y el consejo universitario. Habéis resuelto con equidad y justicia el asunto del voto de los empleados, obreros, no así la representación de los egresados…etc., pero si miráis, no les disteis representación en el superior organismo de la Universidad” el CU. Tampoco en el CF. Os pido entonces, que como hizo el dr. Caldera, que dio representación a los profesores ante el CU, le concedáis a los trabajadores (Emp-Obreros) la representación ante esos organismos y que se asuma un criterio de equidad, de justicia, de democracia participativa, protagónica. Os sugiero mantener los Cinco representantes de profesores, y que de allí en adelante sea directamente proporcional el número de integrante de cada sector (obreros, empleados, totalidad de estudiantes). El Dr. Merentes os podrá ayudar en ese cálculo y jamás habrá error. La cantidad de empleados y obreros, creo que, es unas tres veces mayor, en su conjunto que el del profesorado, deber, en consecuencia, tener tres veces más representas ante esos dinosaurios monásticos, que los profesores. Y con los estudiantes, superad la injusticia. Aplicad el mismo criterio. Pero para todos los casos añadid la paridad de sexos o la tripartidad según sea necesario. Hombre, mujeres y el resto, cumpliréis así también con la reforma constitucional que incluye a esa nueva sexidad en la constitución nueva o reformada, según queráis.
Y, finalmente, que establezcáis en todas las universidades, los seis poderes que constituyen uno de los grandes aportes de nuestra revolución a la humanidad. Habréis cumplido así la hazaña y en breve eso que llaman por defectos culturales excelencia académica será una nueva verdad: la universidad que queremos podrá decidir la ciencia, la tecnología, el arte, la cultura que necesitamos para construir el Socialismo del SXXI y podremos exclamar, como el mayor orgasmo que jamás se ha gozado, que ha muerto la ciencia, el arte y la tecnología imperial, oligárquica, elitista…y al hacerlo felices enterraremos al Imperialismo, la última etapa del capitalismo. Amén.
Permitidme estas sugerencias, que parecen extemporáneas, pero por donde yo vivo no tuve acceso al parlamentarismo de calle que tan bien hicisteis y no pude allí haceros estas propuestas, que quieren recoger la virtud de ser muy sentidas por la comunidad, de tener un valor revolucionario y alcanzar los grados de una verdadera revolución cultural que democratice el arte, al ciencia, la tecnología, el saber… y todos marcharemos unidos al entierro del claustro y si necesario es el fuego para la purificación que así sea. Nada os costará, según habéis procedido para ampliar la reforma de nuestro Señor, presidente, acoger estas justas peticiones para hacer justicia.
Perdonad que no me haya presentado. Venezolano, mi papa campesino y mi mama también. Juré que defendería su nombre como amar a Dios. La amistad, mi familia, toda libre para pensar según son sus reflexiones, convicciones, conocimientos, saberes y gustos, mi mayor valor. No he podido ser nunca anti, porque suelen ser los anti idénticos a aquellos a quienes se plantean superar, destruir. Y si no he podido ser anti tampoco he podido ser pro, éstos a la larga pueden ser traidores. Y si eso no he podido ser eso, menos algo que me amare a dogmas, salvo el amor, para mis únicas batallas, la paz, la tolerancia. Y estudio para ser acontista, pero no se si lograré alcanzar el diploma. Os digo esto por si alguna vez queréis responder a mis pedidos, a mis quejas ante vuestras ausencias, a mi reconocimiento a vuestra sabiduría…tengáis el adecuado adjetivo para identificarme. Américo Gollo Chávez.
Nota: os informo que ya en algunas universidades los candidatos a autoridad para la elección el próximo año, ya tienen conversaciones muy adelantadas. Bonos para los empleados que están en el máximo escalafón y para todos aquellos brillantes empleados y obreros que por sus méritos alcancen sus victorias, prometen algunos candidatos de la academia. Direcciones, administración, personal, extensión, relaciones internacionales e interinstitucionales, consultorías, asesorías, planificación,..son parte de los académicos acuerdos que pueden adelantarse con los empleados, transporte, mantenimiento, vigilancia, aseo, jardinería, auxiliares, etc.… son también componentes del atractivo paquete para su reparto equitativo, justo, proporcional, participativo, protagónico etc., anima a los trabajadores obreros.
Os dejo esta disposición que deberéis ubicar según sea vuestro recto saber. Quede prohibido a los candidatos y a las autoridades electas o ya en ejercicio decir: la universidad oferta las siguientes nuevas carreras…que hemos aperturado, tal vez sean estas las únicas limitaciones para ser rector, vice, secre, decano… etc.