Carta para Arias Cárdenas
La razón de este texto está más allá de mi voluntad. No estaba en mis propósitos ocuparme de usted, mi desinformación en psiquiátrica y psicoanálisis, en teoría de moral y de ética, a pesar de mis mantenidos esfuerzos en lograrlos, no cubren las posibilidades diagnósticas que el caso merece, pero, por esas cosa que solo Dios dispone, hube la fortuna de escuchar a una dama, tan inmensamente bella, como la poesía. Profunda como Hypatia, transparente como el verso de Valery, una ecuación perfecta. Indómita, más cerca de Hannah Arendt que de Sor Juana Inés, pero con mucho de ésta en el culto a la palabra y figura impecable para la música sin límites de Eros, según las pinturas que hace de las caderas Rafael.
Deja hoy, dijo, a Heidegger y conversa con la gente que andamos de a pie, que cruzamos las calles y en ellas nos retratan con piropos que a veces nos subliman con la metáfora y otras nos provocan asombro por sus instintos de impulsos desbordados. Conversa con la gente que en el súper se atropellan para salir primero, y se ponen amargos al pagar más allá de cuanto puedan dar, porque para todo alcanza mucho menos, quiero decir, que para menos se necesita mucho más… Pregúntales qué ha pasado. Queda atento a las mamás, que de pánico viven pegadas tras sus teléfonos para saber a qué hora ha de llegar el hijo que al salir no se sabe si podrá regresar. Sale y anda, camina, vete al mar, a la playa, a la esquina y date cuenta si allí puedes estar. Cuánto, cómo. Habla con al gente, con nosotras, las mujeres, con los seres adultos y todos los demás, para saber qué sienten si en las calles, el cine, las escuelas, peluquerías, en todas partes, algo pasa siempre que no habría de pasar. Quiero que esto hagas, a fin de que le hagas público cuanto pesa en mi alma, ante la pretensión de Arias Cárdenas de ser gobernador de este estado. No se si será interesante que él lo sepa, me es imposible imaginarme lo que él pueda hacer, lo que es capaz de deshacer, pero sí siento que lo debe saber nuestro pueblo, este, el zuliano, de la voz de mi voz en tu eco y de tantas y tantos que debemos sumergirnos en el silencio no por ausencia de dignidad sino por la inmensa responsabilidad que sobre nosotros pesa, garantizar al existencia de nuestras familias, en catacumbas, tal como ayer vivieron los primeros cristianos.
Yo, acompañé a Francisco Arias Cárdenas cuando aspiró y fue electo gobernador. Pero hasta allí llegué. Estuve cerca sin acercarme a su éxito, estoy lejos de él, a veces si la angustia me llega, me recuesto a una encina ubicada bien lejos, ajena al ojo, sumida en su rescoldo escucho sus consejos, refugio mis angustias y bebo sus palabas que hago mías, sin importarme cómo creció la encina, cual sea su jardinero, ni si otros seres como yo se refugian de la magia de sus sombra, sus sombras son mi luz. O viene a mí la encina y nos tiramos juntos a descubrir misterios cuando nos escapamos para encontrarnos en el alma y hacernos uno en batallas de verdades y sueños. No fue el caso. No había ambición alguna en mi apoyo sino alegrías de lo posible, para que esta región siguiera en ese ascenso que ha labrado con tanta dedicación, trabajo, esfuerzos. Francisco colmaba de esperanzas la región, convocaba con propiedad a los zulianos y a quienes aquí nos hemos encontrado con nosotros mismos, cada zuliano es una obra abierta, donde es fácil leer, cada zuliano es una casa bella donde cada quien puede llegar y descansar, compartir y amar. El zuliano es abierto detesta el emboscado. Era un ser diferente, digo mejor, corrijo, era un ser ideal para representarnos como zulianos y reafirmar su historia por la libertad. Y el zuliano supo y sabe que la libertad es más que un discurso, es la vida real libre de necesidades, de temores, de miedos. Tomó de Lolita sus aportes, que le permitieron continuar el juego de la democracia real, de la participación real en la descentralización, que ha sido el anhelo más bello de este pueblo, porque en ella ve el ejercicio de su autonomía.
La autonomía del zuliano es especial. Amó más a las vacas que al petróleo, tal vez sea su defecto principal, jamás tuvieron particular interes en ese infierno, no exagero…lo que en Venezuela no pudo destruir el paludismo lo pervirtió la plaga petrolera, así dijo Nazoa, si bien me acuerdo. Ama más el trabajo diario para producir bienes, los que durante tantos años garantizaron las proteínas de Venezuela. Ama la ciencia, que aquí ha tenido desarrollo privilegiado. Ama el arte, sus colores embrujaron a sus pintores de aquí y los de allá que aquí vinieron para llenarse de la intensidad de su luz y dejarnos los colores de ellos. El cine tuvo aquí sus primeros partos, el beisbol llenó al mundo de estrellas… hay un modo de ser que es especial, el extranjero puede ser objeto de una broma, pero de inmediato la mano abierta y la palabra dulce que lo obligan a entrar y aquí quedarse. La música de aquí, su gaita, sus valses, danzas y todo lo demás, aquí se hizo tan bueno que se sembró en toda la tierra donde Venezuela tiene sus linderos.
Si, así es, Pancho, así llamábamos de cerca a ARIAS CARDENAS, descubrió que era así, y así como son los zulianos se metió en cada casa, en cada alma y triunfó. Triunfó porque mientras Chávez llamaba a la abstención, él convocaba al pueblo a ejercer sus derechos por la vida en paz. Por el Zulia. Por su pueblo, por sus cosas también. Y siguió a ese Francisco que se parecía a él en su lucha por la conquista de sus sueños, que se cercaba a la esencia de este pueblo y creímos que podía dirigir la gran aventura por la vida libre que es la batalla de siempre de este Zulia nuestro. Se distanció de Chávez, que se entregó sin combate inmolando vidas para saciar sus caprichos. Era un buen ejemplo para el buen combate. Asumió la descentralización que con Lolita se asentaba en las leyes, y en unos cuantos hechos, y prosiguió incansable. Francisco puso su voluntad a todo eso que en el fondo del alma vive airoso en cada zuliano. Francisco recogió la grandeza del espíritu rebelde de la Grey Zuliana, de la gaita que traduce la tragedia de Cabimas, los sufrimientos de los pueblos del Sur del Lago, de la hidalguía de la Gaita Perijanera, que son oración y rebeldía lambien. Que es reclamo y justicia también. Son poemas también, digo mejor, son eso, son poemas. Francisco ganó al Zulia con el Zulia, distanciándose y poniéndose muy lejos de Chávez.
En medio de errores que explicables son, ese Francisco de la primera era, enfrentó a Chávez bajo contradicciones, tal vez aberraciones inexplicables, lo hizo de manera ajena a aquel que era. Rebelde pero irracional, ese incidente de llamarlo gallina, de acusarlo ante el mundo tener las manos llenas de sangre, lejos de acercarse a la consciencia de nuestra gente se alejó de ella, de toda Venezuela también, provocó el efecto inverso, separó a Arias del alma de la gente y lejos de cuanto buscaba, contraponerse como demócrata, humano, ayudó a sembrar la figura de Chávez, porque, a fin de cuentas, las diferencias se asumen a su tiempo …pero, no se si fue por eso, solo se que ese no es el estilo de este pueblo: Arias Cárdenas, con mayor saña repitió el discurso de Chávez. Fue como intentar superar a ese tal maestro. Que Dios me perdone, si caigo en error, si con esto peco, pero la única explicación que pueda yo tener para observar, no se si con asco o terror el regreso de Cárdenas a la sumisión a Chávez, sea sencillamente eso que aquí dije, eso que llaman identidades esenciales. Pero, te dejo esos estudios y a la gente que como tú se ocupa de eso, yo quiero referirme a un hecho que me produce horror, asco también, esas cosas que nos provocan inevitable náusea. Explicable, gallina, cobarde; manos llenas de sangre: asesino. Así definió Arias de su comandante. La definición de Chávez, esa que Francisco describió en mal lenguaje, impedía estar cerca de un ser así, de un ser de tan monstruosa naturaleza. Yo quiero solamente traducir mi sentimiento inenarrable, indescriptible, al ver, sentir, de este Francisco, el tufo, la hediondez de la tracción que se hace a sí mismo. La que hizo de Chávez, se explica y su verdad puede estar en la impunidad que al delincuente protege, en la muerte a la que condenaron a Forero y a todos los demás y la que condena a la Juez Alfuini, por decir y asumir la verdad.
Creo que bien puedo reducir la vida de Francisco, su conducta ante el Zulia, de este modo: Ayer ganó la gobernación del Zulia con el Zulia contra Chávez, el Francisco de hoy quiere la gobernación del Zulia con Chávez contra el Zulia. Observe, ese Francisco primero hizo de la descentralización su bandera, pero el de hoy, ¿donde se escondió cuando nos arrebataron el Puente? ¿Donde estaba escondido cuando nos arrebataron sus carretas y el desarrollo de sus autopistas? ¿Donde quedó la vía alterna? ¿Dónde se escondió para no ver la ranchificacion del aeropuerto y el despojo que se hizo del puerto? ¿Donde estaba cuando Aristóbulo grita que buen gobernador chavista tiene que acabar con las gobernaciones y alcaldías? ¿Donde se escondió para huir de ley de asignaciones espaciales, bandera de su primera era? ¿Donde se metió para engavetar las ley de hacienda pública regional?¿ donde, donde? ¿Donde estaba cuando asaltaron las fincas de productores de leche, de carne? ¿Dónde?..¿ Donde estaba cuando le arrebataron las fincas de plátanos a nuestros productores para entregarlas a manos extranjeras? ¿Que donde?, me es amargo decirlo, estaba con Chávez.
Lo vimos apoyando el chip de la gasolina y escuchamos que tenía intereses de que ello ocurriera…. En fin el Francisco de Chávez se alinea a todos aquellos que han querido desaparecer al Zulia, se alinea a Guzmán Blanco que dejó al Zulia sin capital, poniendo, primero, a Casigua, luego crear el estado Zulia-Falcon, y por capital, Capatárida- Arias se alinea con el cierre de LUZ, por miedo a la verdad.
Eso es imperdonable que lo haga Francisco, adalid de la descentralización en la su primera era, luchador por la identidad y autonomía del Zulia. Hoy es otro Francisco, o quizá lo que era, quien sabe. ¿Sera idéntico al Chávez que prometió respetar la propiedad privada, la libertad de expresión, ser demócrata, jamás ser comunista, que consagra en la Constitución el carácter federal de la república? Y más y más afirmaciones que contravienen en los hechos sus enunciados. Los expertos deben y tienen que estudiar la conducta de Arias, paranoica sin duda. Mi inquietud y tristura es más directa, como dije antes, ¿Donde quedó ese Arias, quien es?. Tengo consciencia de su distancia en la primera era de Chávez. Ya lo dije. Y que aquella fue una diferencia necesaria, que ayer sus amigos de hoy llamaron traición y que nosotros celebramos como justa distancia. Pero el Arias de hoy traiciona al Zulia, a su historia, a su fe, a su constancia por la libertad y autonomía. Esa traición detestable, empero, me es explicable, pero donde está el Hombre que se traiciona a sí mismo? ¿Que se puede esperar de quien huye de sí mismo? ¿Es la renuncia a sí mismo lo que como converso tiene que hacer para probar su fidelidad al comandante, al supremo jefe? ¿Tendrá que aniquilar la dignidad del Zulia, su rebeldía, su espíritu de trabajo, de libertad, para probarle a Chávez que confíe en él, que es su heredero más perfecto? Porque ¿será eso lo que la ambición sin límites lo impulsa, ser heredero de Chávez y en el camino probar que es peor que él, lo cual pasa por aniquilar la dignidad del Zulia?
La conducta de Arias es un problema ético, mas allá de la necesaria investigación psiquiatra, psicoanalítica, histórica, es en la ética donde se debe inscribir esta traición a sí mismo. La conducta humana tiene como sustento los valores. Sin ellos la existencia humana es una farsa, es miseria que puede sustentar la existencia, pero es ajena a la libertad, a la dignidad, al amor, a la fe, a la verdad. Y los valores son perennes. Pero se hacen verdad en cada uno de nosotros, en cada uno, en ti, en mí… Cada ser humano puede equivocarse, puede errar, pero no es posible traicionarse a sí mismo echando los principios por la borda y asumiendo la inmoralidad, la ineticidad como forma de existir y hacer política y todo lo demás. No hay valores cuando se tiene como símbolo a quien como su éxito ha alcanzado el poder sin escrúpulos y así se mantiene en él. Sea en el universo intimo o en el público, la diferenciación es inmoral. Es perversidad porque se relativiza la ética, se manipula la moral.
¿Puede el Zulia creer en la palabra de Arias que ayer con sus razones y evidencias acusó a Chávez de tener las manos llenas de sangre, de enemigo del Zulia y hoy arrodillarse a él? Solo alcanzo a pedir a Dios que el espíritu de Ricardo Aguirre salga a cantar el himno del alma de este pueblo, La Grey Zuliana. Que La Chinita sea coro con La Virgen del Rosario, que San Benito luche… Que Dios nos ilumine a nuestro pueblo bueno, sano, rebelde, bello para mejor saber qué hacer.
Una nota final antes de irme. El tiempo que me espera en estos días ha de estar despejado, quiero vivir la intimidad de mi encina. Nada quiero pensar que no sea ese mi juego. Pero se que entre Arias y Chávez hay una gran diferencia. Creo que Chávez ha sido consecuente consigo. No se ha traicionado. Y la gente se aferra a él porque alimenta al pueblo con ficciones, de esas que dan sentido a la muerte porque se cree en la resurrección. Es la clase de amor, amor al fin, que vive el miserable por su ídolo. En él deposita todas sus esperanzas y su vida también.