Carta de un docente a sus alumnos
Hoy tengo que llegar a ustedes a través de este medio, lamentablemente no puedo estar en el aula debido al conflicto que mantiene el ejecutivo del Estado con los docentes por el incumplimiento de los acuerdos establecidos en octubre y diciembre del año 2001. Sí, otra vez estamos en huelga, una vez más se ven perjudicados ustedes por la marginación de la que somos objeto sus maestros y profesores.
Hoy la clase es para compartir algunas ideas entorno a los reclamos que hacemos los educadores por un trato justo y digno como ciudadanos, trabajadores y profesionales venezolanos que somos. Ustedes ya saben que desde mediados del año 2000 reclamamos para que se nos iguale en el trato profesional con los docentes dependientes del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes; quienes en Mayo de ese año firmaron un contrato colectivo y comenzaron a recibir una serie de reivindicaciones que mejoraban su situación como profesionales de la docencia. Hoy un año y nueve meses después solo hemos recibido un treinta o cuarenta por ciento de los beneficios contemplados en ese contrato colectivo, que por ley también nos corresponde a los docentes estadales. Es decir el Gobierno Nacional le ha cancelado tres veces a sus docentes lo que el Gobierno Estadal le ha cancelado a los suyos. Eso sin hacer referencia a la protección social que tiene el docente nacional mediante atención médica, seguro de hospitalización, cirugía y maternidad, medicinas, prestamos para vivienda, prestamos personales, planes de recreación, capacitación y pare de contar, que un docente nacional recibe y los docentes dependientes de la Gobernación de Mérida tan solo pueden soñar.
Como verán no solo se trata de dinero, también está la protección social que un trabajador debe esperar para su familia y el Estado está en la obligación de garantizar. No podemos enfermarnos, ni permitir que nuestra familia se enferme. A toda esta situación prolongada por este tiempo se le suma que por la mala situación económica que sufre el país se nos va disminuir el sueldo, ya que una parte del mismo lo van a pagar de forma retroactiva luego, después, cuando existan los recursos, es decir que debemos los trabajadores financiar la deficiente gerencia del mal gobierno. Así están las cosas.
La educación en el país es un derecho de todos los venezolanos, lo establece la Constitución Nacional en su artículo 103, “toda persona tiene derecho a un educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones.” Y que más adelante recalca “el Estado realizará una inversión prioritaria, de conformidad con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas”. También en la novísima Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente está contemplado este derecho para todos ustedes, que en su artículo 53 expresa “todos los niños y adolescentes tienen derecho a la educación. Asimismo, tienen derecho a ser inscritos y recibir educación en una escuela, plantel o instituto oficial, de carácter gratuito y cercano a su residencia.”. En el primer parágrafo de este artículo resalta “el Estado debe crear y sostener escuelas, planteles e institutos oficiales de educación, de carácter gratuito, que cuenten con los espacios físicos, instalaciones y recursos pedagógicos para brindar una educación integral de la más alta calidad. En consecuencia, debe garantizar un presupuesto suficiente para tal fin”.
Como está establecido en las leyes de la República es el Estado, y esto incluye a las Gobernaciones, quién debe hacer las previsiones presupuestarias para que las escuelas y planteles educativos oficiales funcionen durante el año escolar, impartiendo una educación de “la más alta calidad”. No dice en ninguna parte de la ley que los docentes deban costear la educación, ni que deban trabajar con sueldos desmejorados, en condiciones de préstamo y deuda permanente, descuidando su familia, o desmejorando la calidad de vida de nadie. La educación es responsabilidad del gobierno, son ellos quienes faltan a su deber y violan el derecho a la educación cuando no dan el presupuesto necesario, no el mínimo sino el necesario, para el desarrollo de una educación de calidad, que debe tener un docente preparado y motivado con el pago justo de sus servicios profesionales. Esto está claramente señalado en la Ley Orgánica del Trabajo cuando en el artículo 135 señala que “a trabajo igual, desempeñado en puesto, jornada y condiciones de eficiencia también iguales, debe corresponder igual salario”, es decir que un docente estadal debe cobrar igual que uno nacional pues desarrollan la misma actividad laboral.
Y entonces, ¿cómo quedan ustedes? Tienen razón en preguntárselo. ¿Qué hacer si los docentes no tienen como darles clases?, ¿qué hacer si el Estado no toma las previsiones presupuestarias necesarias para su educación?. No tengo respuesta cierta en un país que durante décadas ha descuidado el sector educativo, en un país donde la educación recibe lo que queda de otros sectores nacionales. Yo no he escuchado que en Venezuela los militares se queden sin balas, que los gerentes de PDVSA no reciben sus pagos, o que se suspende una recepción oficial porque no hay para el vino o los quesos, o que los embajadores se devuelven al país porque no hay como costear sus gastos, que los diputados no sesionan porque están manifestando porque no tienen como pagar el alquiler de la vivienda familiar, o que la policía muda temporalmente su sede mientras reparan el techo de su local permanente. Son sectores importantes que no se pueden descuidar, estamos claros, pero y no es igual de importante la educación nacional. En un país donde la salud y la educación son olvidados no puede sino esperarse que crezca la delincuencia y la mendicidad.
Es lamentable que ustedes no tengan la atención en escuelas y liceos, pero es la última forma de lucha que me queda por mis derechos laborales, y al parecer la única medio efectiva. Solo puedo recomendarles que también se manifiesten para que les den una justa atención en sus instituciones, pero no a los docentes que están a diario con ustedes, que a diario les dan la cara, que sufren con ustedes las deficiencias del plantel, en fin que les dan educación por sobre todas la dificultades. Sino a las autoridades que fallan en disponer los recursos presupuestarios para su educación, contra las malas autoridades que en vez de dar soluciones solo incumplen promesas, mienten descaradamente, enemistan la comunidad con los docentes y amenazan con represión y violencia.
Los docentes tarde o temprano, dependerá de la actitud del mal gobierno, volveremos a las aulas a seguir aprendiendo con ustedes, seguiremos llevándole información, dándoles consejos, ayudando a dar luces a sus inquietudes, acompañando su crecimiento, con nuestras virtudes y limitaciones, pero dando la cara humana de la educación. Es decir que solo estamos retardando el proceso formal de enseñanza – aprendizaje. Eso se recupera con tiempo, el interés de ustedes y un esfuerzo mayor de parte nuestra. Lo que si no se recupera es la indignación por el maltrato que estamos recibiendo de un mal gobierno que no presupuestó prioritariamente los recursos para la educación en el Estado Mérida, un maltrato tanto para ustedes alumnos y sus familias, los docentes y sus familias, en fin para el humilde pero combativo pueblo merideño que no olvida y castiga a quienes ensombrecen el futuro de la patria. Ahora quedan ustedes con la palabra.
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