Carta abierta a Andrés Izarra
Muchos habitantes de esta tierra (ya no me atrevo a llamarnos ciudadanos, ya que su líder máximo y ustedes, sus acólitos, intentan convertirnos cada día más en súbditos, componentes de una masa uniforme y obediente) hemos visto la semana pasada la entrevista por CNN con mi amigo y colega Roberto Briceño León, Elisio Guzmán (Director de la Policía del Edo. Miranda) y usted sobre los datos de la extrema violencia que reina en nuestro país, con más de 15.000 muertos por homicidio durante el año 2009. No olvidaremos jamás sus abiertas risas cuando Briceño León presentó las cifras del OBSERVATORIO VENEZOLANO SOBRE LA VIOLENCIA que dirige y, mucho menos, su respuesta al entrevistador cuando le preguntó por que usted se había reído ante la descripción de una verdadera tragedia – en sus palabras más o menos que “estos datos son una manipulación de los media y de los que los dirigen: el imperio y la oligarquía local”. Le recuerdo, además, que desde el año 2004 el régimen al que sirve no publica cifras emanadas del gobierno sobre esta violencia. Muchos de nosotros no olvidaremos tampoco que, en declaraciones a la prensa unos días mas tarde, usted justificó sus risas con las mismas palabras. En resumen, usted superó con creces la indiferencia de su líder frente a la inseguridad y la violencia que son los tópicos más inquietantes de los venezolanos: el teniente coronel no ha expresado en ninguna de sus largas y frecuentes cadenas e intervenciones publicas ni una sola vez su preocupación por esta situación, mucho menos su duelo y su solidaridad con las victimas, sus familiares y allegados, para no hablar del intento de instrumentar una política publica para combatir una situación tan perversa en términos de la condición humana.
Dígame, Andrés Izarra, cual es el objetivo de semejante indiferencia, de la negación del humanismo que usted, su líder y el entorno de él de ministros, altos funcionarios (como la Defensora del Pueblo y la Fiscal General de lo que sigue llamándose – ¿irónicamente? – “República”) proclaman como contenido esencial de la “Revolución Bolivariana-Marxista”. Dígame si no es otro que sembrar el temor entre los que vivimos en este país, para que así se callen las voces de la disidencia (hasta en las propias filas del PSUV) y de la resistencia de la alternativa democrática que no han logrado a silenciar (pese a todos los trucos de la “hegemonía comunicacional”, que fue su sueño-proyecto hace años). Dígame si usted y otros seguidores del “socialismo del siglo XXI” (que el padre del líder, Fidel Castro, ha reducido, a través de VTV, a lo que en verdad es: el comunismo del siglo XX) realmente se atreven a reírse a mandíbula batiente de las preocupaciones que nos aterran a todos los venezolanos día y noche.
Y no me venga a decir, Andrés Izarra, que los que discrepamos del “pensamiento único” de su jefe, somos todos una cuerda de apátridas, de traidores de la patria, de potenciales magnicidas, de agentes de la CIA y de los oligarcas locales. Usted sabe que ello no es cierto. ¿No fue en la Embajada de nuestro país en Washington hace unos años que usted me dijo que el pluralismo tenia que ser una “marca registrada” de esta “revolución”?
Le invito a hacer un acto de pésame y consentimiento y a replegarse, esto es: a convertir sus risas en lágrimas verdaderas, acerca de la posición que asumió en el programa mencionada. Si lo hace, se reconstituye tal vez como ser humano. Si no, usted va a caer en el mismo desprecio publico que crecientemente el régimen al que sirve experimenta.
