Carta a la Mesa de la Unidad Democrática
Como todos saben, llevo ya tres años preso “cautelarmente”, es decir, a ver si finalmente resulto “culpable”. Esto además, dentro de un cuadro de irregularidades violatorias del derecho a la defensa y del debido proceso que evidencia que soy un preso político más de este régimen abusivo y totalitario.
Aragua sabe que siempre he sido un periodista comprometido con la lucha social, con la causa de la democracia y de la libertad, particularmente contra la corrupción judicial hasta en sus mas altas esferas, y eso me ganó el odio de la elite política enriquecida en estos últimos 11 años de gobierno de la mal llamada “revolución”, que para mejor definirla hay que hacerlo a través del término como se le conoce popularmente: “robolución”.
En Maracay la tomaron conmigo Didalco Bolívar, conspicuo depredador de los dineros públicos, Alejandro Ramírez Saavedra, su testaferro, y otros personajes de ese grupo privilegiado del que posteriormente se comprobó su verdadera naturaleza de mafia política; mafia que me persiguió de manera inclemente.
En Caracas Luisa Estela Morales, desde la mas alta jefatura del poder judicial ha guiado cuidadosamente los pasos de la “justicia” para mantenerme en prisión a todo trance, sin respetar las normas legales ni constitucionales que protegen a las personas de ser privadas de su libertad mientras se les sigue juicio, y que garantizan la defensa en todo estado y grado del proceso.
Tuve que declararme en huelga de hambre que casi me cuesta la vida para que se humanizara algo mi cautiverio que me mantuvo junto a presos comunes en calabozos de la cárcel mas violenta y peligrosa de Venezuela como lo es “La Planta”.
Hago este rápido y apretado recuento de mi caso para reclamar que se me incluya en el grupo de prisioneros del régimen que el pueblo libere con su voto en las elecciones parlamentarias de septiembre próximo, y además agrego que en aquel proceso constituyente de 1999 cerca de 50.000 aragüeños me dieron su voto como candidato a la Asamblea Nacional Constituyente.
En razón de lo expuesto, pido que se me postule como candidato a diputado, y vaya mi compromiso a que de resultar electo, continuaré con la misma línea de acción que siempre me caracterizó y por la que se me conoce ampliamente en todo el estado Aragua.
Ratifico mi compromiso con los valores y principios que se diseñó en nuestra Constitución, por el rescate de las libertades democráticas, por la lucha a fondo contra la corrupción.
