Opinión Nacional

Carta a Capriles

                                              No más    Crímenes contra el Zulia.

                                                                                          .

            La responsabilidad inmensa que usted ha asumido es un complejo que se mueve entre lo épico, lo real concreto, lo imaginario, ese indefinible  que  denomina  realismo mágico, la santería socializada, las religiones delirantes, algunas por  asumir de nuevo la plenitud de sus hegemonías, apenas agraviadas, otras nerviosas por perder algunos privilegios. Los miles de cubanos que quieren saltar de tan obscura sima y que  de nada, a ciencia cierta, sirven.

Los buenos profesionales se van al gran imperio, aquí querrá quedarse ese ejercito de sufridos  vacios de saberes, amanuenses de sus propias tragedias.   Las universidades ajenas a sí mismas, lejos del mundo, entregadas, las más, a rumiar la estupidez, la ineticidad, plenas de eso que a las universidades les es ajeno, la democracia, esa que hace del igualitarismo una  ideología de identidades pérfidas,  legalizada por la reforma Caldera y perfeccionado su cáncer con estas cosas del chavismo que hace idéntico lo que por definición, misión,  su  esencial  función, es desigual y, pero, postradas por el pedagogicismo y el cientificismo del siglo pasado mediante el cual  han logrado que en su seno, un voto vale más que un teorema y un poema carece de valor.  Ni una carreterita buena, los aeropuertos y las líneas aéreas…los hospitales derrumbándose, los enfermos sin médicos idóneos, sin medicinas, las escuelas, los aviones, los cacharros por puesto, los buses, en pocas palabras, miles de   plagas mas  que la siete que eran diez  que se tragaron  a Egipto,  pero muchas mas, muchas mas, pues si bien allá se ensangrentó el Nilo, el agua corriente se recupera, aquí los lagos están muertos, así los valencianos y los maracuchos no lo crean, la  inseguridad, asesinatos,  pero sin las bendiciones de Jehová para recuperarnos  y menos una vaca buena. Hambre, desempleo, limosneros, sin carne, ni maíz ni caraotas…Ah, casi lo olvido, las escuelas y sobre todo, nosotros los dadores de clases  tan lejos del saber, ayunos de ciencia, escasos de arte… No sigo… de esto sabe usted mas, solo que yo sufro más que usted, por obvias razones.

            Valiente usted, como nadie. Gobernar en Francia después de Sarkozy o antes es sencillo, como lo es en  el corazón del Imperio, o en Japón y más fácil en Suecia,  Suiza, Alemania…aquí no era tan complicado, AD y Copey  en mano vuelta… con los mismos monjes, los mismos rectores, los mismos, mismos. Y usted sabe, acabaron con mucho, corrompieron casi todo pero legaron a  Chávez el placer de exterminar cuanto quedaba.  Ambos tuvieron un rotundo éxito en su afán de hacer mal las cosas. De ese pasado infame si se guarda  un recuerdo ha de ser para no repetir lo malo hecho.  Aquellos, los de la IV, ante  el tiempo del mundo ya eran viejos, Chávez es el regreso al pleistoceno.    A usted le toca, pues, el esfuerzo de ser el capitán de altura, civil desde luego, de un barco  del que apenas queda una micra para terminar de hundirse.

 Pero si esos males son tantos, contra este pueblo, el Zulia,  las cosas son peores.  Padecemos los mismos males sintetizados arriba, pero casi que ya estamos acostumbrados a andar muertos con la impresión de que estamos vivos. O para no ser tan radical, como sonámbulos  con la creencia firme de que estamos  despiertos.  Anote usted, al azar, Guzmán Blanco dispuso que Caigua fuese su capital. Alguien le dijo donde quedaba ese pueblo, cómo era, lleno de su poca gente pero buena. Los dictadores, los caudillos, los jerarcas, los pillos, delincuentes, los farsantes  temen a la gente buena. Por esas cosas ya dichas, crea el Estado Zulia-Falcón, Capatárida como su capital. Un estado sui generis, como ve, Maracaibo capital del  Zulia,  Coro  de Falcón. Todavía hay falconianos que se quejan de la disolución de este estado  de ficción. El pretexto, frenar el separatismo que,  como fardo pesa sobre el Zulia.  Luego, ahora no importa cuando, se construye el muro Bachaquero-Lagunillas -Cabimas. Pretextos todos, según la Shell,  eliminar las ciénagas, mosquitos, zancudos,  en fin, por la salud del pueblo.  Oh, siempre el pueblo! Pero no, no era eso: fue cerrar los ojos a la gente de la COL y borrarles del alma su lago, donde ayer se bañaron, bebieron de sus aguas, pescaron… y coronaron  la hazaña con el incendio de Lagunillas de Agua, que fue obra óptima de la ingeniería indígena.  Ah, don Henrique, con los ojos  vendados, quedó  todo en manos de la voracidad sin límites de las petroleras, todo el Lago, ahora suyo,  para explotarlo,  asesinarlo y eso hicieron muy bien. Creo que los muertos fuimos todos pero nunca supimos que estábamos muertos, lo que, por lo demás, es de simple inferencia, los muertos no saben ni sabemos si están muertos, si estamos. Por si poco fuese eso, por alguna maldición  de esas infalibles e inapelables  que echara el Dios de los Judíos a los embusteros, (y ojalá siga en eso!) se  fue destruyendo cada pueblo bello. La Rita, Los Puertos, Bobures, Gibraltar,  El Batey,  Pueblos de Agua,… en fin,  usted dijo que pasaría casa por casa, ojalá encuentre casas en sus espacios  y no la soledad de almas, como la bien descrita por Miguel Otero.

Y seguimos. Usted fue electo diputado por el Zulia. Aquí inició su fáustica carrera, que yo  pido a Dios culmine con la presidencia de la República. Una y única vez.  La única manera de preservarlo, de que  no lo devore el poder y decida continuar haciendo las cosas bien hechas, asumiendo los riesgos. Entonces usted ya sabe que bajo el gobierno de Caldera y de Hilarión asaltaron la razón histórica, asaltaron hasta casi aniquilar el  alma de este pueblo, destruyeron su memoria poética y su ardiente vida, le hablo de  la destrucción de El Saladillo.  Una gaita, excepcional, bella de poesía,  previno la tragedia, tiempo después otra gaita la describe, ambas cantadas por un ser inmenso, Goterita.  Voz de armonías repletas de música, de alma, de consciencia, de historia.  Juan Pablo o Tomás Guanipa  deberán entregarle en sus manos estas obras maestras de verdad repletas.  Hasta el Puente, Don Henrique,  obra ejemplar  de la ingeniería  de Marcos Pérez J, mutilada fue por ese odio que contra el Zulia se ejerce desde Caracas, Betancourt lo minimizó.  Ese puente, si pasamos de las apariencias, del espectáculo, del fenómeno  a esencia,  ha de inscribirse como uno de los más eficaces medios para generar  distancia entre el ser zuliano y su lago. Aliado  eficaz en afirmar y reafirmar el distanciamiento de la gente consigo mismo pues el zuliano tenía en su lago, no solo un universo de aguas limpias,  sino el espacio natural de su encuentro, su  reencuentro permanente consigo. De amar la belleza. Bueno, por ahí anda usted de casa en  casa, verá que las construcciones de la “modernidad” han eliminado el lago de los ojos,  con ello  enterraron su lago, pero también se han enterrado ellos.  Así, en esas condiciones se hizo muy  fácil tirarle todo el estiércol. Y hasta sentirnos orgullos de ello. El dragado de la Barra para que se llenara de aguas saladas  y se muriera de salmuera y durara mucho muerto  y los barcos petroleros se llevaran  impunemente  el “oro negro”  para ellos y dejaran sus excrementos en estas tierras.  Al final quizá propongan hacer un museo, de esos que por muertos nada dejan. Pero,  el último  gran crimen grande contra el Zulia, contra toda Venezuela, fue el haber aniquilado el proyecto ferroviario del Zulia.

Permítanme alguna palabra sobre este proyecto.  Era parte de un gran programa  cultural para el Zulia, que bajo mi iniciativa y responsabilizad fueron diseñados y propuestos. La meta, darle unidad orgánica cultural científica, estética, ética al Zulia. Hacer de su economía igualmente la objetivación de ese proyecto cultural. Tres programas en torno a las cuales se darían las líneas de investigación  y sus acciones correspondientes, el proyecto  cultural Lago de Maracaibo, el Sierra de Perijá y el Sistema Ferroviario. Del proyecto  Sierra de Perijá tuve la inmensa ayuda de  trabajadores de la Secretaria de Cultura de la gobernación, Lolita era la jefa, mientras del proyecto Lago, mi familia, científicos, expertos, ecólogos, sociólogas, poetas, matemáticos,  artistas.  Del proyecto ferroviario, mi familia, artistas, matemáticos, economista, ingenieros, los vinos. La propuesta teórica en lo sustantivo fue publicada en Panorama, medio donde escribí por más  de dos décadas, a plenitud de libertad de mi pensamiento. Debo a Esteban Pineda mi gratitud por el respeto que me guardó. La ferrovía debía dar la vuelta al Lago desde su cabeza mas extrema  en la Guajira, hasta encontrarse  de vuelta en la otra orilla del Lago, en Los puertos de Altagracia. En fin, crear el sistema ferroviario para el Zulia, a fin de dar la unidad comunicacional cultural necesaria para su integración consigo misma, eficaz para recuperar y mejorar la unidad del Zulia, prestar los servicios culturales a todas las regiones sin menoscabo de las iniciativas locales, sino, mas bien, incorporando a éstas igualmente con la ciudad. Y reconstruir y potenciar su universo económico social.  Obvias sus conexiones  con los Andes, Facón y Lara. El país.  Obvias.

La propuesta de este proyecto fue asumido  por CORPUZULIA, bajo la dirección del Economista Dr. Alfredo Rincón, quien a la sazón era presidente de esa institución, diagnosticada por mí como un fracaso en un breve ensayo, Contra La Corriente, editado en Analítica, no por el trabajo y cualidad de su gente, bien calificada por Dámaso Campos Suarez, negada por otros, sino porque su sustentación  carecía de base realmente científica y orientación ética que  le permitiese deslindar claramente sus fines y tener la continuidad orgánica necesaria para que sus acciones concretas permanecieran  y se privilegiaran  las relaciones dialógicas hombre-naturaleza-sociedad  y, en consecuencia que su primer objeto fuese la vida,  que en el Lago y la Sierra de Perijá tienen a la par sujeto y objeto.  Se adelantó  el diseño, se estudió la factibilidad, incluso la seguridad que  reclaman su  construcción dados los problemas fronterizos y que podrían poner en riesgo la  estructura  de la ferrovía. De esto último tres oficiales de alto rango del ejercito, especialistas, expertos en la cuestión militar y de las guerrillas colombianas.   La gobernación del Zulia, con Arias a la cabeza, se comprometió con la obra y se culminó en un encuentro fastuosos en La Fría, con obispos, gobernadores, editores, periodistas,  ganaderos,  Corpozulia, pero…

Ah! pero otra vez la maldición que pesa sobre el Zulia destruyó ese proyecto,  Tuvo como enemigos a empresarios vinculados con el Dr. Caldera, interesados en mantener el monopolio del transporte del carbón, sus gandolas y sus gabarras se transportarían carbón y el lago que se contamine mas, no era su problema, añádase la  hipocresía del gobierno regional,  pero sobre todo, el enanismo y la complicidad  de quienes dirigieron la Corporación,  de donde, entre otras cosas, desapareció el proyecto ya formulado por el Economista J. Gandica.  Quiero establecer radicalmente  que nada tuve que ver con este capitulo,  e incluso, como puedo probar, sugería que para la formulación y diseño del proyecto se hiciese por concurso internacional, dada su envergadura científica, tecnológica y la premisa cultural que lo debiera sustentar, para lo cual bajo esa concepción, fuese el mas moderno de los sistemas de trenes y nos zafásemos de la visión aldeana  con la cual solemos predeterminar muestras acciones. Esa que dice, por ejemplo, Maracaibo la primera ciudad de Venezuela.

Algo hicimos mal, recordará este título de una de los más reflexivos textos que  conoce América Latina. Es de Oscar Arias. Pues bien, culpar al centralismo de  todos los males del Zulia es disculparnos de nuestros propios pecados. Es disculparnos de nuestras propias traiciones. Ineptitudes, incapacidades. Servilismo   Y así es. Este estado alimentó de comida (no de petróleo, aunque usted no lo crea)  al país, muchos años.  Aquí creció el arte, la ciencia, la técnica, el comercio, el cine, la leche, el queso, el maíz, el plátano, el pescado,… porque como sabe y bien por la CORPOZULIA de Chumaceiro, creo recordar bien, se dijo la riqueza del Zulia son los zulianos  y, agrego, los  aquí venidos que como ellos se han dedicado a la creación, al arte, al trabajo.  Pues bien, eso le pido.  Lo único  que le pido, que deje a los zulianos dignos, honestos, capaces, idóneos,  trabajar en libertad, pero que usted evite también que otros zulianos bien ladinos, se valgan de  las relaciones de poder para medrar, alimentarse, engañar, estafar, engordar, vivir de ese servilismo a la burocracia perversa que, siendo  normalmente  ajena a Caracas, se aposentó allí y ha convertido a  Caracas  en la mayor victima  del “centralismo”.

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