Capriles debería estar preso
Para que exista el fascismo son necesarios 5 elementos básicos, el primero que el liderazgo de un solo hombre proponga una «revolución popular» (Payne 1983) un «socialismo nuevo» o «una tercera vía entre el marxismo y el capitalismo». El segundo es tratar de crear un partido político único, al entorno de un caudillo al que las masas obedezcan. El tercero es la implementación dentro de un concepto de patrioterismo desmedido en la que el discurso sea la «Patria Grande» (Hitler, discursos selectos 1990), «Della Patria Grande» (Cartas de Mussolini, Suttora 2011, Pino 1973) por ello el cuarto es la necesaria diferenciación entre los que están con «la revolución» y los que no están, llamados «traidores a la Patria». Y en consecuencia el quinto, es la creación de escuadras, círculos, comandos o grupos organizados bajo el mando de líderes locales (Crociano 2010), que usaran un brazalete distintivo como símbolo de pertenencia y dispuestos a atacar a la oposición y medios de comunicación libres.
Dicen que Capriles debería estar preso porque está tratando de implementar este tipo de régimen en Venezuela, aunque el que tiene orejas, rabo y se parece a un cochino, es el que está implementando el Gobierno.
Por otra parte en el juicio que se sigue por el genocidio de Ruanda, constan casos como el de los grupos organizados por el Gobierno con megáfonos en los barrios populares, llamando a la gente a actuar y acudir reactivamente a diferentes lugares bajo los supuestos de que sus enemigos opositores pretendían destruir sus propiedades o quitarles sus derechos (Thompson 2007). A esto se le denominó «llamados al odio» en la jurisprudencia de crímenes contra la humanidad. Así que cuando vemos que en Venezuela están implementando un modelo ya denunciado en Ruanda, Somalia o Bosnia y que: «en el barrio La Quebradita, los vecinos denunciaron que un camión con personas afectas al oficialismo recorrió el sector diciendo, por un megáfono, que opositores quemarían el CDI de la zona e identificaban a una de las líderes comunitarias, que no comparte los ideales chavistas, como la autora intelectual del supuesto ataque», (EUD- 18/5) se da el supuesto contemplado en La Haya.
Uno de los aspectos fundamentales, que debe entender el organizador de tan conocido modelo comunicacional por los tribunales de Lesa Humanidad, es que el responsable del mismo programa de Ruanda fue juzgado y sentenciado a 20 años, aunque no estuvo presente durante los llamados al odio, por ser «responsable de ese modelo de comunicación» en el que cualquiera con un megáfono podía incitar irresponsablemente al odio como en el caso de La Quebradita.
Dicen que Capriles debería estar preso porque está «llamando al odio», aunque en el Tribunal Penal Internacional el modelo que tiene rabo, orejas y parece un cochino es el que implementa el Gobierno y que tiene 27 jurisprudencias de Lesa Humanidad. (entre ellas ICTR200164T, 9844CT, 200061T, 951T y 951AT, 0582T, 6414T, 9952T).
Soy «un hombre comprensivo». «Los tolerantes éramos nosotros», «la masacre fue culpa de la oposición» dijo Radovan Karadzic ante el genocidio demostrado por los fiscales de la Corte Penal (Daily Mail 16/10/12) Hace ya muchos años oímos a un ministro de propaganda decir lo mismo: «les rompimos la crisma porque nos provocaron» explicando a los medios extranjeros que los «judíos provocaron la situación» que los llevó a su muerte (Life 28/11/1938).
75 años más tarde volvemos a presenciar explicaciones sobre un diputado al que le propinaron una golpiza «por provocador» (Dávila) mientras el responsable del orden arengaba a los suyos a través de micrófono, llamando a la oposición: ¡Fascistas! ¡Asesinos! Unos días más tarde nuevamente justificó otra paliza a un diputado «con rotura del hueso malar y rotura de la mandíbula» porque éste, como los judíos, provocó la situación. Siendo la misma razón por la que dieron otra paliza a una diputada opositora fracturándole en «cuatro partes sus huesos de la nariz, con desplazamiento del tabique nasal y latigazo en la columna cervical».
Para entender las contradicciones de este artículo, debemos acudir al diccionario chavismo-castellano. Capriles es un terrorista, no porque ejecute acciones terroristas en el significado real de la palabra, sino porque Capriles los aterroriza y les produce terror dejar el poder, el chofer y el guardaespaldas. Henrique es un fascista porque no se podrán esconder en ningún lugar de la «faz» de la tierra, cuando los gobiernos del planeta que insultaron, vejaron y expropiaron pasen las respectivas facturas. Capriles es un asesino, porque matará el estilo de vida de «ricos y famosos» que tienen muchos. Por eso no es que Henrique provoque con sus acciones la violencia, sino que a los chavistas les provoca golpearlo que es muy distinto. Así que en su diccionario, Capriles es un fascista, terrorista y asesino que debería estar preso y en «su realidad» creen tener la razón.
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