Cambio de escenario
Mayo del 2007 será recordado como un punto de inflexión en la historia contemporánea de Venezuela. Se trata del inicio de un proceso cuyos tiempos son impredecibles. El cierre de RCTV y la confiscación de buena parte de su infraestructura tecnológica han activado un cambio cualitativo relevante en el escenario político nacional y en el internacional. Los estudiantes de la casi totalidad de las universidades del país, que por años habían permanecido desmovilizados y despolitizados, han salido inteligentemente a la calle en defensa de las libertades de expresión, información, pensamiento y de la propia autonomía universitaria, que la creciente deriva totalitaria del régimen ponen en peligro. La juventud universitaria también se ha dado cuenta que su futuro como profesionales está amenazado y que son los que más tienen que perder, si se consolidase un régimen totalitario y colectivista. En el sistema internacional, el cambio es realmente sustancial. La crítica de la decisión chavista de cerrar el único canal televisivo opuesto al régimen con cobertura nacional, contiene declaraciones por parte de partidos como el socialista francés, de gobiernos como el socialista español, de mayorías parlamentarias en países como Brasil y Chile, que incluyen partidos miembros de las coaliciones de gobierno de los Presidentes Lula y Bachelet, personalidades como Ted Kennedy, Hillary Clinton y Barack Obama y periódicos como Le Monde y el País. Todo esto convierte en ridículas las afirmaciones del Presidente de que sólo la extrema derecha internacional se le opone. Las encuestas registran una declinación considerable de la popularidad de Chávez, que baja al 36%, lo que no se verificaba desde el año 2003. La creciente inflación y la escasez de productos de la cesta alimenticia refuerzan la tendencia. Los efectos de todas estas variables ya se advierten dentro del propio chavismo, empezando por PODEMOS y el PPT, que han sido por cierto muy maltratados por Chávez. Hay informaciones fidedignas de que en otros sectores de la coalición chavista hay preocupación sobre la deriva totalitaria, comunistoide y continuista del Presidente. En este nuevo escenario, la oposición debe dejar de “disparar a los lados” y orientarse hacia el modelo de la Concertación Chilena, donde los partidos y grupos mantuvieron su identidad y autonomía de acción, pero concertaban semanalmente, al más alto nivel, su acción frente al adversario común. Hay que estar a la altura del tiempo histórico.