Cada día son menos
Los maquillados resultados de las elecciones internas del PSUV, mejor conocido como PUS, no dejan lugar a dudas, cada día son menos los venezolanos que atienden los llamados de Hugo Chávez. Tengo conocimiento de las groseras presiones que se efectuaron sobre empleados públicos, contratistas, proveedores y becarios de los diferentes programas de asistencia social del gobierno, para que acudieran a votar, por lo que a los ya infladas cifras presentadas deben efectuárseles una considerable resta. Basta comparar el resultado de las elecciones de Diciembre de 2006, (evidentemente fraudulentas), del referéndum constitucional de 2007, y éstos menguados y escuálidos números del 1ero de Junio para que se patentice el desmoronamiento del apoyo popular hacia éste régimen desquiciado. Y no podía ser de otro modo, los venezolanos no somos tontos aunque lo aparentemos. Diariamente aumenta el número de ciudadanos que llega a la conclusión de que estamos en presencia del gobierno más corrupto e incapaz de nuestra historia, y que sólo se mantiene en pié por la evidente conchupancia y complicidad de una oposición descastada, donde privan más los intereses crematísticos personales de la dirigencia que el interés colectivo nacional. Prueba irrefutable de ello la tenemos en el hecho cierto de que en el mes de Julio de éste año se les cumple la mitad del período a los parlamentarios miembros de la Asamblea Nacional, electos con una pírrica votación, responsables directos de todas las tropelías realizadas por el régimen al que sirven perrunamente, y sin embargo ningún factor de esa oposición cretina se plantea la convocatoria de un mega revocatorio para esos parlamentarios.
Revocar a la Asamblea Nacional representaría ponerle un freno a los desmanes y al irrespeto constante de Hugo Chávez hacia la voluntad de los venezolanos. Implicaría poder reestructurar el Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Supremo de Justicia, al Poder Moral, ponerle fin a la Ley Habilitante y derogar muchas de las ilegales e inconstitucionales leyes que han salido de contrabando gracias a ella, y a tanta legislación nociva a los intereses del pueblo venezolano. Además permitiría revocar todas las acciones antidemocráticas, meterle la lupa a todos los actos irregulares y corruptos de los altos funcionarios del gobierno y aclarar muchos cangrejos como el Caso Anderson y el apoyo al narcoterrorismo.
Pero para la oposición encarnada en los partidos es mas importante ponerle la mano a gobernaciones y alcaldías, que manejan presupuestos y otorgan contratos y otras prebendas que puedan saciar los agotados bolsillos y el apetito voraz de riquezas y poder. Es lamentable que en muchos estados y municipios pretenda suplantarse la corrupción e ineficiencia chapista por corrupción e ineficiencia dirigida por gente que se autoproclama antichavista aunque sus actuaciones y moralidad no se diferencian en lo mas mínimo de los desafueros del chavismo. Vemos con estupor como reconocidos corruptos opositores exhiben con desparpajo sus dineros mal habidos en ostentosas campañas preelectorales, pretendiendo implantar obscenamente el nepotismo para crear especie de oligopolios y monopolios políticos, para lo cual cuentan con el respaldo de rapaces empresarios, en muchos casos dueños de medios de comunicación que buscan cambiar la democracia por una plutocracia nepótica y corrupta a la que debemos combatir con todos los hierros. No podemos salir de la trampa chapista para caer en una peor. Los venezolanos honestos no podemos inhibirnos ni abstenernos. Debemos actuar decididamente para sanear nuestra sociedad y consolidar una democracia fuerte, que dé respuestas efectivas al pueblo, combatiendo a los corruptos y mafiosos de ambos bandos. Nuestra mayor ventaja es que los seguidores de Chávez cada día son menos.
