Bolchavismo
¿Hay campesinos en Venezuela?. ¿Cuántos son?. ¿Dónde están?. ¿Qué cultivan?. ¿Cuánto valen sus cultivos?. ¿Exportan?. ¿Están Organizados?. ¿Existe alguna teoría que explique la persistencia en el campo?. ¿Se han ocupado los políticos, el estado y los gobiernos de los campesinos?. ¿De cual manera?. ¿Cuál es la definición de “Campesino” en Venezuela?.
El desarrollo de una doctrina con respecto a los ciudadanos “del campo” constituye uno de los hechos más significativos del movimiento político de nuestra época.
La supervivencia de grandes dominios territoriales y de ciertas formas de “trabajo en el campo”, en el país, han originado excesivas y violentas reivindicaciones económicas en torno a la propiedad de la tierra por parte del presente Gobierno.
El actual “comandante golpista indultado” (cgi 1) especula a cada momento y descarga su ira y frustración contra los “terratenientes”, contra los dueños de la tierra. Y, por su deseo, “hay que acabarlos”. Pero hay que preguntarse ¿Por qué hay latifundistas?. ¿Quiénes son los latifundistas?. ¿Dónde están los latifundistas?. ¿Son productivos los latifundistas?. ¿Cuánto empleo generan y sostienen los latifundistas?.
¿Por qué se coloca en un escenario de guerra, su “Guerra”?. Porque, según opiniones, entre ellas las “comunistas”, las guerras, por conflictos de intereses, contribuyen a la decadencia de la aristocracia “terrateniente” y a la elevación del “campesino” como productor de subsistencias, ofreciéndole una oportunidad para sus avances. Como consecuencia, precisamente de la guerra, el campesino ha logrado su participación en la “democracia” y en el reparto de la propiedad de la tierra y, mas recientemente, mediante Leyes.
Falta demasiado desarrollo de esas Leyes y medidas para una obra de socialización e integración al proceso industrial y global; la tierra persiste, en gran proporción, en manos del Gobierno y, en menor cuantía, en manos privadas. Así que el “proyecto” parte de una falsa premisa.
Mientras los obreros de la industria se inclinan por doctrinas “más participativas”, ”sindicalistas”, los trabajadores “del campo” parecen más predispuestos al sostenimiento de un punto de vista “mas individualista”, menos distributivo, hasta el punto de que el Ejecutivo estimula y privilegia el “conuco”. En lo que se refiere a los mercados, admiten, a poco ritmo, la política cooperativa, casi impuesta a los realazos mediante dadivas y fuerza bruta. ¿Contradicción conceptual?. ¿Fascismo en la forma y comunismo en el fondo?. ¿Bolchavismo?.
¿Faschavismo?. ¿Bolfaschavismo?. ¿De que habla?.
En Venezuela aparece “la reforma agraria”, convertida en Ley, en 1.961, inspirada en el régimen comunista, no obstante ser éste uno de los países más atrasados en el aspecto industrial, tal como lo fue Rusia para Octubre de 1.917.
La “corrupción política”, el colapso de los partidos políticos, el fracaso económico, el “bochinche” gubernamental, social, moral, ausencia de ética mejor definida y carestía de una generalizada cosmovisión hacia el futuro, permiten que, en la década del 90 y por la vía electoral, alcance el poder un “militar golpista”, como el Duce, que se opone, aparentemente, al socialismo reformista, con un discurso electoral liberal con matices conservadores y religiosos, y, una vez en el Gobierno, evidencia su fascismo, comienza a establecer un sistema basado en la supuesta nueva teoría del “bolchavismo”, forma extrema de antagonismo de las clases “pobres” frente a las clases “ricas”, liberales y neoliberales, terratenientes, “oligarcas”, según ruge a cada momento en su típico discurso.
Los voceros del bolchavismo siguen, en sus supuestas “doctrinas”, la concepción de la lucha de clases de C. Marx, tratando de sustituir, principalmente, en su durable “cantaleta” lo de la “dictadura del proletariado” por la dictadura “cívico militar”, cuando su “guerra”, entre “oligarcas” y “pobres”, adquiera todo su despliegue y así aplique su modelo de “sociedad unánime”. Otro “guacho” mal copiado, en este caso, del fascismo y del comunismo leninista.
El bolchavismo concuerda con el comunismo de Lenin, porque percibe en el Estado un arma de dominación de la clase rica, aprovechándose de su poder económico y de los medios de comunicación para influir sobre la población; y por la imposibilidad con que le indica a los “pobres” la inutilidad de la acción política en el asalto al Estado. He aquí la razón de su “guerra” y de su “avanzada” militar suficientemente anunciada y publicitada contra “todo oponente”.
El bolchavismo defenderá, como gato acorralado, el usufructo del Estado, máxime cuando lo obtuvo, según su versión, tras una “guerra revolucionaria” y necesita emplear sus poderes y recursos económicos para aplastar a los ricos venezolanos. Proclama la obligatoriedad del trabajo, como lo esta haciendo y, en particular, con los empleados públicos y los de Pdvsa, para vencer la resistencia de la “inteligencia y cultura” y borrar las distinciones de clases. Al instalar su dictadura por métodos fascistas, autocráticos, delega en la “unión cívico militar” la consolidación de un “régimen” de democracia industrial, comenzando por el control de divisas.
El bolchavismo impulsa el gobierno de las supuestas clases trabajadoras con exclusión de los capitales nacionales y preferencia al extranjero. Justifica el empleo de la fuerza, para asegurar el control del Estado y ahogar cualquier intento de restauración del sistema liberal, capitalista. Imposible permitir la libertad de prensa, de palabra, de cualquier medio de comunicación y, en materia de educación, impone un régimen de intervención, con el fin de propagar las doctrinas bolchavistas.
En lo económico promueve, aun sin lograrlo, el control de los trabajadores en todas las industrias. De allí sus ordenes de allanamiento, saqueo y amedrentamiento suficientemente conocidas. Inicialmente instigó a los trabajadores a tomar las fabricas y formar comités de empresas para dirigirlas, tal como ocurrió en Rusia en 1.917, en Italia; ahora esta amenazando con nacionalizar los bancos y otras empresas.
Aceleradamente esta patrocinando, sin el debido conocimiento y experiencia, invasiones y repartos de tierras, dosificación de patrimonios privados sin observar los procedimientos y garantías constitucionales. Pero tropezará, seguramente, con la tendencia tradicional venezolana en el campo y con los valores de democracia y libertad arraigados en el pueblo.
El bolchavismo acoge, en su proyecto político, el sistema funcional de la representación para, en un principio, confundir y ganarse a los pluralistas, en esencia demócratas. Pero el verdadero fundamento es parecido al Soviet, un cuerpo representativo a todos los niveles de Gobierno, que descansa en la elección a base de oficios, de especialidades y agrupaciones; luego congregándolos nacionalmente en una especie de federación con una jerarquía complicada, que al final termina privilegiando a quienes trabajan en el sector industrial con una grosera e injusta ventaja sobre los que se ocupan en el campo.
La teoría del bolchavismo esta suficientemente expuesta en los largos y tediosos monólogos radiados y televisados del “comandante golpista indultado” y en los escritos en folletos, periódicos, gacetillas, Internet, publicaciones de todo orden pagados, en su mayoría, con dineros del Estado, que cubren gran parte de la geografía nacional e internacional. Pero gran casualidad, la mayoría carece de autoría. Caso curioso.
Lic. Nelson Maica C.
Politólogo –