Bicentenario, logros o fracasos
Nos ha correspondido ver en esta década una serie de atropellos, inventos, y naturalmente celebraciones de toda índole por doquier. Este gobierno y revolución vive en un festejo permanente sobran las tarimas, actos y cadenas para celebrar logros, somos una potencia en todos los órdenes, una potencia que ha dilapidado 900 y pico mil millones de dólares en una década, hemos terminando importando comida, plantas eléctricas, medicinas, tecnología obsoleta, casas, tractores, aviones, radares y cuanta vaina le ofrezcan al máximo jefe. Hablamos de desarrollo endógeno pero todo absolutamente todo se importa.
La revolución sabe que tiene el sol en la espalda y pretende convertir los fracasos en logros. Tenemos la mejor salud, la mejor educación, la mejor infraestructura de carreteras, las empresas del Estado que están cerradas (Sidor – Alcasa – Venalum ) eran rentables hasta que las asumió el gobierno. La propiedad privada está cada día amenazada y esto afecta las inversiones, la productividad y las propias empresas. En fin, has desajustes y con buena voluntad no se come ni se gobierna y sin embargo se festeja, se invitan a los jefes de Estados y primeros ministros a cumbres, encuentros, acuerdos y demás en los que el país eroga recursos a cambio del apoyo timorato de un grupo de gobiernos izquierdosos que ven en el gobierno venezolano oxigeno, recursos y apoyos.
La revolución ha querido estructurar sus bases en una falacia según la cual somos una potencia por tener petróleo, unos aviones y un par de rifles o fusiles. No quiere el gobierno entender que el único recurso real y palpable es el talento, la educación, el conocimiento, la preparación, la juventud, la salud, el capital social, la confianza, la democracia, el trabajo productivo y no súbditos sino ciudadanos.
La conmemoración del bicentenario del aquel histórico 19 de abril de 1810, no sólo reunió a los jefes de Estado de algunos países latinoamericanos, centroamericanos y del Caribe, sino que se transformo en un acto que desdice de lo que fue el 19 de abril de 1810, como un acto y expresión de reafirmación cívica, soberana, democrática, ciudadana y profundamente civil que no se corresponde con desfiles, marchas, actos, charreteras, cohetes, y exacerbación de lo militar cuando justamente fue un ingrediente insignificante en la Independencia de Venezuela. Independencia y revolución es lo que han logrado algunos países y gobiernos democráticos que se autoabastecen, producen, tienen extraordinarios estándares de educación, empleo, seguridad, alimentación, ciudadanía, institucionalidad, transparencia y calidad de vida para sus nacionales esa es la única independencia y revolución que los venezolanos queremos.