Baduel, quien a hierro mata a hierro muere

Da pena escuchar hoy las lastimeras expresiones de personajes de la vida pública nacional por la detención, por algunas horas, del general Isaías Baduel, ex Ministro de la Defensa y ex hombre fuerte del fascismo izquierdizante de Venezuela.

Me tocó conocerlo en Maracay, en una rueda de prensa en su oficina de la IV División del Ejército, en donde él responderá a «una presunta (según él) compra de acciones de una TV local»; obviamente, para la ocasión, yo llevaba los documentos que probaban que él era dueño del 40% de dichas acciones.

En esa oportunidad, el General Baduel, se refirió de muy mala forma a una joven periodista de Radio Caracas TV, Anaís Cruz (28 de enero 2003), a quien trató soezmente, como lo hacen todos los patanes de uniforme. Yo salí en defensa de la dama periodista, a quien Baduel le había puesto condiciones para quedarse en dicha rueda de prensa. Le dije al general, «mire señor, un caballero no le pone condiciones a una dama»; ante el asombro de la docena de reporteros y periodistas que allá estábamos, se paró de su asiento y me dijo «¿cómo es la vaina?»; le repetí, que «un caballero no le ponía condiciones a una dama»: Ante eso, se para enojado, balbuceando no sé qué y dice «bueno; si la cosa es así no hay conferencia de prensa». Nos retiramos todos. Y la mayoría de las damas periodistas, quienes habían sido alumnas mías, más los jóvenes periodistas me preguntan «Profe, y ahora que hacemos». Yo les digo, no cubramos su conferencia; e informemos a nuestros medios lo que pasó, total muchos de ustedes lo tienen grabado y eso es un tubazo.

Así se hizo, menos por un lacayo del régimen que cubría pauta para el diario «el siglo» de Maracay. Más tarde, el general en cuestión andaba preguntando quién era el «chileno coño e’ madre que le había jodido la conferencia de prensa».

Esa, no era la primera vez que dicho general arremetía en contra de la prensa ni sería la última. Famoso era por su mal carácter, sus «amenazas revolucionarias», y persecuciones. Los militares perseguidos por el General Baduel, pienso que no han olvidado su comportamiento, el cual, nunca fue democróptico. Ahora que le toque a él es bueno, así, de repente aprende en carne propia quien es el monstruo a quien él ayuda a perpetuarse en el poder.