¡Ay, Luis Vicente!
Analizar por qué van a votar «Sí», en vez de descargarse a Luis Vicente León
Yo creo en las encuestas, por difícil que resulte explicarse algunos resultados. Por eso es que las encuestas sirven: si todos pensáramos igual, no las necesitaríamos. Y la oposición ha fallado consistentemente en desestimar las encuestas cuando no la favorecen. «Matan al mensajero», que en este caso es Luis Vicente León de Datanálisis. Craso error. El Gobierno sí las cree, actúa en consecuencia y esa es una de sus fortalezas.
Analicemos esta última semana en Venezuela:
El presidente de la República sigue siendo el principal propiciador de la violencia, no sólo por su verbo castrense, sino por las burlas, improperios y amenazas a sus adversarios políticos. Se queja con el mayor desparpajo de «los violentos» y ordena rociarlos con gas del bueno y planazos (por no mencionar los perdigones y otros métodos).
Muchos de los gobernadores y alcaldes de la oposición no han podido ocupar sus oficinas, ya sea porque fueron saqueadas o porque están tomadas por grupos afectos al gobierno y los poderes Judicial y Moral se hacen de la vista gorda ante semejantes atropellos.
Los maleantes andan sueltos y las cifras de asesinatos, como los de El Vigía, alcanzan partes de guerra. Pero el Gobierno, como si aquí no pasara nada, arma una tremenda alharaca porque un grupo de estudiantes «quemó el Ávila» y expulsa al Embajador israelí en protesta por los muertos de Gaza. De los muertos de aquí, ni pío.
Los cuerpos de seguridad del Estado en vez de estar luchando contra el hampa, lo que hacen es reprimir estudiantes que tienen el pleno derecho a protestar, disentir y manifestar de viva voz sus opiniones.
El ministro de Información tiene el tupé de quejarse del ventajismo de la campaña del «No», como si los demás no viéramos, viviéramos y padeciéramos el abuso de recursos, personas y medios en la campaña del «Sí».
El Director de Cultura de la Alcaldía Mayor es sacado de su despacho y llevado detenido por miembros del colectivo La Piedrita, que hacen lo que les da la gana, porque gozan de absoluta impunidad. Tan sólo una semana ilustra cómo nuestro país marcha al revés del resto del mundo civilizado (y no tan civilizado, por desgracia). Pareciera clarísimo por cuál opción votar. Pero la mitad del país dice que va a votar que sí. ¿No es más sensato analizar por qué, en vez de matar al mensajero?
