Argenis Gamboa Marcano
Conocido como el Virrey de Guayana en tiempos de la Gran Venezuela, este ingeniero siderúrgico margariteño ha sido uno de los más relevantes gerentes públicos que ha tenido el país.
Promotor y administrador de la industria siderúrgica nacional, protagonista de la Nacionalización de la Industria del hierro y gestor de las reformas fundamentales para que la Corporación de Guayana asumiera a plenitud sus diferentes y complejos roles, Gamboa dejó su huella en una generación de venezolanos que asumimos la tarea de hacer de Guayana un punto de referencia y orgullo nacional.
Agudo en su pensamiento, perspicaz en sus apreciaciones, sensato en su actuar, mordaz en sus comentarios, inquisitivo en su razonar, Gamboa supo orquestar la acción de uno de los organismos estatales más complejos de la Venezuela democrática: La Corporación Venezolana de Guayana. Tuvimos en esa ocasión, la oportunidad de aprender y compartir con Gamboa las innumeras iniciativas que regentó para que ese monstruo de siete cabezas marchara al unísono de un solo cerebro corporativo y con profundo criterio de país.
Argenis, buen amigo, excelente conversador, consecuente aliado, promotor de nuevas generaciones y fino gastrónomo, fue uno de mis tutores fundamentales en el área gerencial, lo reivindico como uno de esos maestros solidarios que – sin planteárselo – me hizo ser mejor profesional y sobre todo mejor venezolano.
En estos renovados tiempos de un Capitalismo de Estado que es más bien del Gobierno, subrayo la sinigual gestión de un venezolano ejemplar que no conoce de distingos de ninguna índole para expresar su cristalina amistad personal y su abierto criterio gerencial.
Al momento de comerme unos Piñonates – ese turrón isleño y mestizo – que me llegan de la Margarita recóndita, celebro el recuerdo de este margariteño universal, nacido indistintamente para el mundo de la gerencia pública y privada, en San Juan Bautista, en esta nuestra Nueva Esparta paridora de insignes venezolanos.