Argelia, Egipto y el balón tierra
Egipto y Argelia disputaron recientemente un partido de fútbol buscando un pase al Mundial 2010. El equipo argelino consiguió el boleto a Sudáfrica en un partido extra en Sudán, luego de que los egipcios obligaran a este tercer encuentro, tras ganar un dramático partido en El Cairo.
La competencia entre las dos selecciones del Magreb – la parte norte de África conformada por naciones árabes – generó disturbios en localidades de ambos países, pero también, en otros lugares como Marsella ¿Por qué en una urbe gala ocurrieron los mayores hechos de violencia por esta disputa futbolística? Para ahondar en esta cuestión habría ahondar en la historia de las colonias francesas en el Medio Oriente y en África del Norte, en general, y la de Marsella, en particular, pues esta ciudad portuaria – la segunda más poblada de Francia – ha sido centro de inmigración de magrebíes desde la década de los 30, y hoy, un 25% de su población es de origen árabe. Lo ocurrido en Marsella es emblemático del problema demográfico de un continente que ve con preocupación el incremento de su población musulmana y árabe, sobre la autóctona europea.
El partido Egipto vs. Argelia demuestra que las barras bravas del fútbol, embriagadas por nacionalismo, xenofobia y racismo, son un fenómeno de la globalización de un deporte en el que cada vez más, las tensiones políticas se reflejan fuera de la cancha como lo demuestra la reacción del gobierno egipcio al convocar a consultas a su embajador en Argelia, luego de su derrota en Argel, y la protesta oficial del otro país a El Cairo por disturbios frente a su embajada durante el siguiente juego. Sin embargo, más airada fue la “guerra” de declaraciones por Internet entre fanáticos de ambos bandos, en la que se popularizó una canción contra Egipto que tenía como estribillo “Israel los venció en seis días en 1967” y su respectivo contraataque: “Nosotros (Egipto) los liberamos de los franceses que los hicieron sus esclavos”, en alusión a que el Frente Nacional de Liberación Argelino (FNL) fue fundado en El Cairo, y recibió apoyo egipcio para lograr la independencia de Argelia en 1962.
La rivalidad egipcio-argelina no es tan solo la de dos países con excelentes selecciones de fútbol, sino también, un síntoma de como las poblaciones de ambas naciones han sido educadas para sentirse las abanderados del mundo árabe: Egipto, que en los años 60 promovió el “Pan-Arabismo” con Gamal Abdel Nasser como su líder, intentó aglutinar a todas las naciones del Medio Oriente y del Magreb bajo una ideología trasnacional, mientras que Argelia, en esa década, inspiró a millones árabes a sentirse orgullosos por el éxito de sus hermanos tras su larga lucha anticolonial contra Francia.
La rivalidad entre Egipto y Argelia da mucha tela que cortar sobre el nacionalismo árabe y su confrontación con el islamismo (Los gobiernos seculares de El Cairo y Argel vs. los movimientos La Hermandad Musulmana y el Frente Islámico de Salvación, respectivamente), la emigración árabe y musulmana a Europa, etc., pero en todo caso, demuestra la importancia que tiene para los árabes la búsqueda de un líder, una tribu, y hoy, de una nación, que los unifique en un sentimiento común como grupo étnico, aun si se trata del único cupo que les quedaba para representarlos a todos en el próximo Mundial.